𝙲𝚞𝚒𝚍𝚊𝚍𝚘𝚜

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Tercer Acto:

☻:Némesis

✦:Khirt

✦:Khirt

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Nuestra plática se extendió, hace tiempo que no hablaba mucho con alguien, a tal punto que no notamos que el descanso había terminado.

Entonces, el timbre sonó.

—Creo que ya es hora de irnos ¿no crees?— 

No dijo nada realmente, pensé que al iniciar tan coqueto, bastaría con conocerme un poco pero parece que esta muy pensativo, demasiado

Y pensar que nada de lo que esta pasando es idea mía, realmente no pensé que fuera tan, ¿Fácil? el chico prácticamente mantiene esa esencia de un ángel, pero esas fotos muestran todo lo contrario, sin embargo, no es el momento para hablar de eso.

—Tienes que disculpar el atrevimiento, pero me preguntaba si no te molestaría que me acompañaras, por donde vivo tengo que pasar por un callejón bastante extenso y la última vez pase, me asaltaron y se llevaron mi navaja, ¿Qué dices?— hablar es sencillo, si sabes a donde irás.


Realmente, no imaginé que aceptará, digo, nadie lo hace, se lo pedí a varías personas de mi clase e imaginé que él haría como mismo. Por ahora solo caminamos, el ambiente no era tenso pero tampoco era agradable, sentía que nos seguían, en realidad mi paranoia siempre es más grande que yo, mientras seguimos caminando me detuve, sentí que algo se movió entre la basura. Tenía miedo, él también se detuvo y me miró por el rabillo del ojo antes de que pudiera soltar una palabra, ya estábamos en suelo siendo sometidos sin previo aviso, mi paranoia había acertado, después de está, conseguiré otro lugar en donde quedarme.

—Tu rostro es similar al de una chica que pasó por acá con anterioridad.— Él bastardo saco una navaja lamiendo la con su asquerosa lengua, espera dijo ¿Una chica similar? ¿Mi hermana? Ella no podría, ¿Qué haría por acá? ¿Y por qué nunca me dijo nada?

—Ella corrió con suerte, pero no creo que tú salgas igual.— Se acercaba más a mi rostro, casi podía olfatear su olor a cigarros y alcohol, sentía que vomitaría en cualquier momento, su navaja ya estaba en mi uniforme, sentía como poco a poco se rasgaba, me hubiera gustado morir de otra forma.
Rogaría lo mi vida, pero creo que ya he vivido demasiado. Creo.


Tres tipos nos intentaron asaltar, pero sus intenciones no eran robarnos nuestras cosas, ellos deseaban ora cosas, uno de ellos me tiró al suelo, otro trataba de abusar de  Khirt, y otros dos intentaban hacer lo mismo conmigo, al voltear podía ver cómo Khirt tenía miedo, pero sus ojos, sus ojos reflejaron odio y miedo, parecía resignado, pero yo no.


Cómo pude me levanté y plante una patada en la cara de uno y derribando al otro, empuje al tipo que estaba con Khirt e intenté pelear, le grité —¡LEVÁNTATE IMBÉCIL!— no pareció reaccionar, estaba asustado, ¿Lograron tocarlo? ¿le hirieron?

Necesito desquitar esté jodido coraje.

Para cuando me di cuenta, ya tenía un arma en mis manos, la sangre que me recorría se detuvo, necesitaba clavarlo, necesitaba acabarlo 

Mi sonrisa era lo único en lo que podía pensar, la sangre de esos tipos en mis manos, la necesitaba y sin duda alguna, la conseguiría 

Con un golpe letal en la nuca del más cercano a Khirt giré mi arma contra la cabeza hacia al tipo en el suelo con el único fin de enterrarla, pero antes.—¿Alguna ves han probado la sangre de un gay? Es deliciosa—Pase mi lengua por el rostro del tipejo, antes de poder tener una brocheta de su cabeza.

—¿Crees que te tenemos miedo, basura?— 

—Tienes suerte, me encanta que supliquen por su vida.—

Lo levante del cuello, me daban unas tremendas ganas de morderlo y arrancarle la piel, pero mi arma merece más pintura. Su sangre me recorría el rostro, no seré vampiro, pero beber la sangre es un fetiche muy grande, hace tanto tiempo que no experimentaba el éxtasis de esto. 

Y para colmo, los otros se levantaron y se quisieron dejar venir hacía mi, pero yo tengo ganas de bailar.

Uno alcanzó a clavarme su mugrienta y oxidada navaja, bueno si se le podía llamar eso, mi éxtasis y la adrenalina eran mucho mayor que el dolor, y con el fierro aún en mis manos lo golpeé en la cara hasta que dejó de moverse, el crujido de su cabeza fue la música perfecta para el vals que estábamos teniendo.

Pero el último, el último, tan adorable, tan joven, tan aterrorizado, imploraba perdón, me rogó por qué lo dejara vivir. Lastima.

No me gustan menores.

—¡TE JURO POR DIOS QUÉ A NADIE LE DIRÉ! ¡ES MÁS! ¡YO ME ENTRE— Ni ganas tenía de escucharlo, su cuello se rompió como un palillo de madera, su hueso se marcaba tanto, que salió incrustado en su rosto. Será un regalo magnífico para él próximo que pase por el callejón. Me encantaría saber quién será

Respiré profundo. Él éxtasis y la adrenalina continuaron antes de llegar un dolor intenso de cabeza, entonces sentí la puñalada en el abdomen, ¡Cielos! Dolía como los mil demonios —Hace tanto tiempo que no sentía tan placer—como pude levanté a Khirt en mis brazos y lo lleve a mi casa, lo que no le había dicho, era que había sido yo quien compró la casa del final de la calle.


Y era más que obvio para que.

¿𝔑𝔬𝔰 𝔄𝔪𝔞𝔪𝔬𝔰? ˗ˏˋ𝕭𝖔𝖒𝖇𝖔𝖓𝖊𝖘 𝕬𝖘𝖊𝖘𝖎𝖓𝖔𝖘ˎˊ˗ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora