Addict. [KiHo]

Nothing Is Going To Be Okay.

Esto es corto y muy kk, la vdd, no me odien ahre.

No sé como sucedió. Tres años después, todavía pienso que es un milagro, que alguien ahí arriba me compadeció y decidió en darme una segunda oportunidad.

En estos momentos, entro a la habitación de mi hija, en plena madrugada, porque sé que no puede dormir. Y yo tampoco.

Cargo a la pequeña Young Mi, que, con la sonrisa de Kihyun plantada en sus labios, estira sus brazitos hacia mí. Acaricio el poco pelo en su cabeza, observándola con ternura. Con las pocas palabras que es capaz de decir, es el recuerdo más vívido del amor de mi vida que tengo.

Subo los escalones hacia la terraza y me siento en la mecedora, al instante, la pequeña en mis brazos comienza a sollozar, lo que me hace rememorar todas las veces que Kihyun se alejaba de mí en la noches y subía aquí, en la época cumbre de su depresión. Supongo que Young Mi, en cierta forma, recuerda aquello.

Dejo mis labios descansar sobre la frente de mi hija mientras lágrimas calientes comienzan a empapar mis mejillas. No me separo de ella hasta que dejó de llorar, unos veinte minutos llenos de sollozos sobre la piel de la pequeña.

Recordarlo duele, duele como el infierno, pero no hacerlo dolería mucho más, así que me pongo a pensar.

Kihyun estaba extendido en la cama, a mi lado, con su cabeza reposando sobre mi pecho desnudo, justo sobre mi corazón. Yo acariciaba su suave cabellera rosa, recibiendo sonidos similares a ronroneos.

Amaba las tardes así, sólo él, yo y el amor rondando por encima de nuestras cabezas.

-Hey, ¿en que piensas? -Kihyun me miró, dándose vuelta, quedando así sus labios a unos diez centímetros de los míos-.

Sonreí inevitablemente-. En lo mucho que te quiero.

Avergonzado y con las mejillas rojas, el pequeño se escondió en mi pecho, goloeandome sin fuerza.

¿Como hubiera sido si hubiésemos podido tener estas escenas con Young Mi? ¿Como hubiera sido si yo no hubiese sido tan jodidamente imbécil? No quiero imaginarlo, no alcanzando el nivel suficiente de sadomasoquista.

Besé su mejilla, luego la otra, continuando por toda su nariz, su entrecejo, seguido de su barbilla, su frente, sus sienes, su mandíbula, acabando en esos preciosos labios magenta.

El oequeño debajo de mí se rio infantilmente, sus manos entrelazadas en mi nuca, acariciando con suavidad mi pelo.

-¿Alguna vez te dije que te amo? -sus mejillas se sonrojaron mientras me observaba-.

-Solo unas cuantas -puchereé-, no son suficientes.

Kihyun volvió a reír por mi comportamiento infantil.

-Te amo -me dio un piquito-, te amo mucho -rozó nuestras narices cuando sus ojos se empañaron-.

-¿Kihyun? -pregunté alarmado-, ¿que pasa, bebé?

Él solo negó y volvió a besarme, sollozando y respirando entrecortadamente.

Miro hacia el pasado y me doy cuenta de lo estúpido que fui, de cuanto pude haberlo ayudado, de cuan cerca había tenido la felicidad que yo mismo arruiné.

Salí de casa, suspirando. Kihyun había tenido un ataque de ansiedad en el trabajo, el tercero en todo el mes.

Entonces, la puerta de enfrente se abrió, revelando a un alto y esbelto chico, que me regaló una sonrisa tranquila y confiada mientras se acercaba.

-Hey, me llamo HyungWon, espero que nos llevemos bien.

Mierda, no. Las lágrimas se volvieron a amontonar en mis ojos mientras yo comenzaba a sollozar de nuevo.

Oí pasos detrás de mí, pero no volteé. El menor se acercó a mí y me rodeó con sus brazos calientes, murmurando palabras tranquilizadoras. Apenas me giré para mirarlo volví la cabeza. No era su desastrado cabello rosa, sino una mata de pelo demasiado peinada castaña.

-Te vas a resfriar, y harás que mi bebé se resfríe contigo -su voz no era tan dulce, sus palabras no eran reconfortantes ni cariñosas-.

-Tienes razón, HyungWon -susurré-.

-Vamos dentro -asentí y le seguí, forzando a mi enfado a reducirse una vez el muy hijo de su madre me quitó a Young Mi de las manos-.

Se fue a la habitación, ni siquiera mirándome una vez me quedé en el sofá.

Extrañaba a Kihyun. Demasiado.