No te estaría contando esta historia si fuera algo corriente, aún que al principio parezca que todo es normal, nada realmente lo es. Esa es una lección que tarde en aprender.
Mientras te cuento mi pasado, ten en cuenta que miles de cosas están pasando en el presente y sinceramente no se cuanto podre contarte, pero fíjate en los detalles, en esta historia todo cuenta.
2012
Sinceramente no tengo ni idea de como lo hace, todos los malditos días con el mismo buen humor. Pensé mientras veía a Georgie ponerme el plato de tortitas enfrente.
Georgie llevaba viviendo conmigo desde que empezó la universidad, era una chica normal de un metro cincuenta a la que le encantaba la comida y eso era algo que se le notaba físicamente, pero siempre había sido muy amable conmigo pese a lo que la gente hable y lo antisocial que pueda llegar a ser yo.
- ¿Sirope? - Pregunte sacando la leche de la nevera para seguidamente darle un trago y dejarla en su sitio. Mi compañera asintió.
Una vez me senté me di cuenta finalmente de las miradas que llevaba dándome G toda la mañana. ¿Tenía algo en la cara? Me mire en el reflejo de la pantalla de mi móvil, no había nada, después mire mi ropa.
- ¿Qué es?
- Nada. - Contesto. Pero demasiado rápido. - Llevas dos semanas sin traer a nadie.
- Llegan los finales, cuando acaben, traeré la orgía entera, no te preocupes. -Bromeé.
Llevaba estudiando artes cinematográficas casi dos años pero no podía no sentirme mal conmigo misma. Tres sitios a mi derecha siento como alguien no para de mirarme. Sonrío. Siempre me ha gustado ser el centro de atención, sin embargo ese sentimiento de seguridad desapareció, cuando a cuarta hora, seguía sintiéndome observada.
Tire el lápiz con cuidado, en un intento de cogerlo y ver quien me observaba en ello. Intento fallido.
2014
Aquel sentimiento nunca se evaporo como pensé que pasaría, sin embargo creció, en vez de sentir un par de ojos mirarme sentía que todo el mundo estaba al tanto de lo que hacía. Esas dos semanas sin traer nadie a casa se convirtieron en meses rápidamente y esos meses en años. Mi paranoia se había convertido en la razón por las que mis notas bajan drásticamente. Georgie había amenazado con irse si no me tranquilizaba, lo que era la razón por la que estaba mas tranquila, o al menos la mantenía escondida. Pero las cosas empeoraron rápidamente cuando ella apareció.
G decidió que lo mejor para mi sería salir, así empezó nuestra nueva tradición de ir cada día a un restaurante diferente de la ciudad, al fin y al cabo en Los Angeles habían miles de sitios y ninguna persona sería capaz de visitarlos todos con solo una vida.
Y en uno de aquellos restaurantes pasó, aquello que haría que mi compañera de piso deje de mirarme como si estuviera loca. Aquel flash que salto sin querer y hizo que mi cabeza girara y encontrara una sombra mirándome fijamente. Corrí tras ella, saliendo del restaurante.
- ¿Qué cojones es eso? - Fueron las primeras palabras que dije, casi sin aliento cogiendo aquella tarjeta del suelo.
Pronto me daría cuenta de que en la tarjeta habían fotos mías que empezaban el día que comence a sentir aquellos ojos observarme en cada movimiento. En aquella tarjeta no solo habían fotos mias, si no de gente, normal viviendo sus vidas y fotos de lo que parecían problemas resueltos en una pizarra, algún tipo de ciencia.
Cogí el coche dirigida a L.A.P.D con Georgie de copiloto. Cuando una furgoneta aparco bruscamente enfrente nuestra. Mi paranoia se había vuelto real. Lo que nos lleva a este momento, en una furgoneta, con mis extremidades atadas y una bolsa sobre mi cabeza.
Sinceramente no tenía ni idea de que iba a pasar después de esto, pero había perdido toda la esperanza en que fuera algo bueno.
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Remember Me (representación LGBTQ+)
Science FictionEsa es mi historia, una historia que pocos creeran porque es de locos. Pero esta es la historia de como cambie el mundo, sin querer.