Anon (Louis Tomlinson)

¿Un amigo?

Él extendió su mano hasta que ella la tomara. — U-un gusto. —Rose extendió también su mano estrechando ligeramente la de él. —Soy Rosette Anderwood. —le dijo con una sonrisa tímida. —Pues un gusto.—la miro y sonrío. «Que sonrisa tan... », no encontraba las palabras para describir la sonrisa de Axel en sus pensamientos, así que sacudió su cabeza levemente para salir de aquellos y preguntó. — Eres nuevo aquí, ¿cierto?... di-digo, es que nunca te vi por aquí. —bajo un poco la mirada y acomodo sus lentes—.

Si, soy nuevo y me impresiona como son los estudiantes aquí, son muy amables y sobretodo encantadores.— Siguió sonriendo.

—Pues se nota que aún no conoces a todos, no hay muchos estudiantes a los cuales conoces bien y siguen siendo encantadores como tú dices—. Ella rió levemente y él se unió a su risa.

—Pero, por ahora lo han sido, en especial tú— El calor recorrió las mejillas de Rose, haciendo que se sonroje solo un poco. —Eh, que te has sonrojado.— Axel rió un poco.

—Lo siento, es que no acostumbro a recibir esa clase de comentarios. —Le respondió ella sonriendole.

«La campana suena»

—Creo que es hora de que vaya a clase, ¿me podrías indicar cuál es el aula 28? —La miró sacando un papel de su bolsillo mientras salían del aula donde habían estado hablando.

—Si, claro, justo voy para allá. —Rose sonrió y empezó a caminar hacia aquella aula que mencionó Axel.

En clase Rose y Axel se sentaron juntos, hablando entre murmullos y riéndose levemente mientras se hacían muecas graciosas. Durante la clase comentarios como «Wow, que linda sonrisa», «Sus ojos son hermosos» y este último no fue un comentario, sino una pregunta que le estuvo rondando por la cabeza durante los últimos diez minutos, «¿Que me está pasando?». Al salir de clase Rose pensó de que tal vez ese 'algo' que sentía se debía a que Axel se había comportado de una manera no habitual para ella, pero, ¿sería eso?

—¿Me podrías ayudar a encontrar mi casillero? Por favor.— Le preguntó Axel a Rose con una sonrisa encantadora.

—Claro, no hay problema, ¿que número te dieron? — Le devolvió la sonrisa mirándolo y siguieron caminando ambos por los pasillos de la escuela.

—Según este papel... —empezó a desdoblar un pequeño papel que acababa de sacar de su bolsillo delantero— 332.

—¿En serio? —Rose río levemente y lo miró. —Solo un casillero nos separa. Vamos para mostrarte.— Ella volvió a reír y Axel se unió a su risa mientras caminaban hacia sus respectivos casilleros. Iban caminando entre risas, y sin fijarse alguien había chocado con Axel haciendo que tire sus libros al suelo.

—Ten más cuidado, cabrón.— Le dijo el chico con quién habían chocado a Axel.

—¿Y por qué tu no tienes más cuidado?— Rose se interpuso haciendo que el chico voltee. «Ay no» fue lo único que pudo pensar Rose al ver al chico con el que había chocado Axel.