Único capítulo

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Las cosas no volvieron a ser como antes desde aquel incidente. El solamente se alejó y se sumió en su trabajo para no sentirse culpable de lo anteriormente ocurrido.

(...)

Ese día era igual que todos los anteriores desde hace un año. Llegaba tarde a su hogar después de ponerse como reto terminar todo el papeleo, el cual era bastante extenso y agotador. 

Al salir de su auto correctamente estacionado, se estiró, escuchando el placentero crujido de sus huesos. Volvió a inclinarse y metió su brazo dentro del coche para sacar el maletín negro de cuero que siempre cargaba. Cerro la puerta y con el pequeño mando que colgaba de sus llaves encendió la alarma al presionar uno de los botones.

Entró a su casa y cerró la puerta detrás de sí. Ninguna luz estaba encendida. Boto un suspiro y se quitó los zapatos, sustituyendo el elegante calzado por unas cómodas pantuflas colocadas en el recibidor junto a otro par de zapatos .

Arrastro los pies hasta la cocina donde dejó sobre la barra su maletín. En silencio busco en el refrigerador algo de cenar que fuera simple de calentar en el microondas. Nuevamente se encontraba hambriento después de tanto trabajo, y comenzaba a cansarse de solo comer ramen instantáneo, extrañaba los guisados de su esposo.

Azoto la puerta al no encontrar nada más que vegetales e inmediatamente se arrepintió.

No escucho nada, ni un regaño o algo que le hiciera saber si su esposo estaba ahí, pero sabía que lo estaba porque había visto sus zapatos en el recibidor.

Nuevamente ignoraba su llegada.

No le culpaba, eran pasadas de las doce, aún así, si pudiera regresar al tiempo sería en aquellos tiempos en que incluso si llegaba tarde, Sasuke se mantenía despierto, aunque le regañara de forma suave, finalmente le acercaba un plato de comida, a veces ramen casero, cuando estaba de buenas.

Se aflojo el nudo de la corbata y desabrocho los primeros dos botones de su camisa para enseguida tumbarse en el sofá después de descalzarse, revelando unos calcetines de un anaranjado chillón. Planeaba ver la televisión, pero el cansancio que tenía le hizo caer dormido de inmediato.

(...)

Naruto entro a su casa, la hora era más temprana que ayer, no pasaban de las siete de la noche. Aquel día no tuvo algún pretexto para que su compañero Shikamaru le dejara quedarse y adelantar el trabajo del día de mañana. 

No estaba muy emocionado por volver a casa y ver a Sasuke. Eso le provocaba una punzada en el pecho, posteriormente la culpabilidad le inundaba y no podía evitar pedirle disculpas a cada instante. Las cosas cambiaban a ser tensas entre ellos cada que esas palabras llenas de arrepentimiento escapaban de su boca.

Escucho murmullos venir de la sala, por lo que a paso lento fue hasta ahí, descubriendo al azabache hablando por teléfono. Estaba sentado en uno de los sillones que constituía la sala de estar.

Su mirada le analizo rápidamente de pies a cabeza. Llevaba pantuflas, un pantalón corto y flojo además de una camisa cualquiera. 

Como un ladrón silencioso en una casa donde iba a robar paso caminando por la sala para ir a su habitación y de su pareja y buscar algo más cómodo que aquel traje gris con una camisa blanca de manga larga y botones. 

(...)

Al encaminarse a la cocina en busca de otro bote de ramen instantáneo le sorprendió el delicioso olor de la comida que su esposo preparaba. Apresurado y hambriento entró a esta. Sasuke le daba la espalda, con suavidad giraba un gran cucharón dentro de la olla, la cual desprendía aquel aroma que hizo rugir su estómago.

Intentarlo de nuevo (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora