Undertale One - Shot

Completamente Solos...

El humano se acercaba lentamente a la entrada de Waterfall, después de aquel terrible acto que acababa de cometer anteriormente.

Sientes tus pecados arrastrándose por tu espalda...

Pero ya nada importaba. Ya lo había hecho y no habrá otra salida, no importa cuanto su corazón se oprimiera, la curiosidad podía más que cualquier resto de arrepentimiento que nacía dentro de esa alma inestable.

Lo que no sabía era que el no había sido el único espectador de su acción. Otros ojos más lograron observar también, mientras su corazón de rompía en pedazos al ver a toda su familia irse ante sus ojos, y, verdaderamente, no poder hacer nada.

Mientras que Frisk se adentraba en Waterfall, curiosa por que no encontraba al esqueleto sonriente, él se encontraba dirigiéndose a uno de los lugares donde más pasaba el tiempo.

Grillby's

El lugar se encontraba completamente vacío y desdichado, no parecía el mismo lugar que él de hace unas semanas, donde todo era diversión y chistes malos.

Pero todo eso había cambiado...

Se fue aproximando a la barra, para su sorpresa, Grillby seguía aquí, quien fue a ver quien era tras el sonido de la campanilla, la cual, no volvería a escuchar con frecuencia nunca más.

- Heya~ Grillby -. Dijo Sans con su típico humor.

- ¿Sans? ¿Qué esas haciendo aquí? Deberías haber evacuado ya -. Preguntó interesado, acercándose a la barra, mientras Sans se sentaba como siempre, solamente que sin esas risas y saludos de fondo.

-Tu igual - Tóuche -. Sin embargo, sigues aquí. - Empezó a juguetear con una botella de kétchup.

- Yo estoy aquí porque no tengo nada mejor que hacer, pero tú, ¿Sabes donde esta Papyrus? -.

El nombre le hizo estremecerse de repente, haciendo que agache la mirada, cosa que no pasó desapercibida por el de fuego. Temiendo por lo peor, se atrevió a preguntar.

- ¿Esta... Bien? - Las últimas palabras que necesitaba Sans para beber toda la botella en ese instante, respondiéndole con voz entre cortada.

- No quiero hablar sobre eso -. No insistió más. - Hey, Grillbz, ¿Me traes otra botella? Por los viejos tiempos -.

El dueño del bar no se opuso, sabía lo que pasaba era difícil de superar, tomar tampoco era la respuesta, pero, ¿Qué había que perder?.

Mientras el silencio aumentaba, las botellas también, las esperanza que los mantenía adelante se iba apagando poco a poco, Grillby simplemente se acostó en la barra, frustrado e impotente de no poder hacer nada sobre lo que estaba pasando, mientras que Sans se limitaba a beber tantas botellas de kétchup como su estomago se lo permitía, hasta que, finalmente, Sans comenzó a hablar

- ¿Quieres saber que le pasó a mi hermano? - Dijo, levantado la mirada, con los ojos llenos de tristeza y una sonrisa melancólica. Grillby simplemente asintió.

- Fue mi culpa que él muriera, si tan solo -. Las lágrimas empezaban a caer como una fuente hacia el mostrador. El de fuego se limitó a escuchar su historia.

- Si yo... No hubiera sido tan cobarde, si hubiera hecho algo cuando tenía la oportunidad. Desde niños, siempre he tratado de cuidarlo, de protegerlo, de hacerlo feliz. Y, ¿Ahora que? Si el ya no esta aquí, bueno, es por mi culpa, yo le prometí que lo protegería, que lo amaría por siempre, más que a todos, mas que como mi hermano. Esos hermosos recuerdos de cuando eramos niños, hasta los de hace tan solo una semana, esas alegrías, esos juego, no volverán otra vez -. Grillby solamente podía verlo con una mirada llena de compasión.

En ese momento, se acordó de su hija, quien fue a la escuela en Hotland. Sus impulsos lo hicieron ir a la parte trasera del edificio, donde había una televisión. Sans, a pasos torpes, lo siguió.

Rápidamente, buscó el canal de MTT, hasta que lo encontró.

Lastima que no le gustaría lo que pasaba en primer plano...

Su hija estaba gritando por piedad en el suelo, con sus ojos llenos de miedo, mientras que el humano se acercaba a ella con una enorme sonrisa en el rostro y un cuchillo en sus manos.

Un solo golpe fue suficiente para acabar con la chica. Grillby soltaba lágrimas de fuego, lleno de rabia, impotencia y tristeza, sacudía el televisor, hasta que finalmente calló de rodillas al suelo, dejando salir el dolor como padre al perder a su pequeña y hermosa princesa. La impotencia de no poder haberlo evitado, simplemente se quedó allí un rato.

- ¿P-Por qué ella? No hizo nada malo a nadie -. Musitaba entre sus sollozos, Sans solamente podía sentir empatía de él, y se quedó sentado en el piso junto a él, decidiendo que será la vida ahora sin su luz, sin su razón de vivir, sin su Papyrus, y Grillby compartía ese pensamiento. ¿Qué haría él sin su pequeña flamita? ¿Qué haría si ella? ¿Qué seria su vida sin ella?

Solamente se quedaron allí, en el cuarto de atrás.

Completamente solos...