Cap.-1 Un hombre misterioso.

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Era sabado por la mañana, en la casa de los Ichinose todo transcurría con normalidad, era un día como cualquier otro.
El olor a café recién preparado abunda la cocina de aquella casa, en el comedor se encontraban sentandos 3 individuos, Guren Ichinose el padre de aquella pequeña familia se encontraba sentando a la cabeza de la mesa el cual leía el periódico con tranquilidad mientras tomaba una taza de café, era un hombre de mediana edad semblante imponente, cabello oscuro, peculiares ojos violeta y complexión fornida cualquiera podría sentirse intimidado por su sola presencia y no era para menos, era Coronel en el ejército era bastante gruñón y en ocasiones agresivo. A su derecha estaba sentado su esposo, el cual recibía el papel de madre Shinya Hiragi era albino, su cabello era platinado, su piel era color pálida, era notablemente más delgado que Guren, tenía unos hermosos ojos color turquesa y por el contrario de su esposo este brindaba una aura amable y reconfortante eran totalmente opuestos, pero juntos hacían una excelente pareja no sólo de forma amorosa, si no también laboral, Shinya era la mano derecha de Guren ambos trabajaban juntos y eran prácticamente inseparables.

Por último a el lado izquierdo en aquel comedor se encontraba sentando su único hijo Yuichiro Ichinose un joven chico de tan solo 17 años, su cabellerera era color azabache que contrastaba perfectamente con el tono lechoso de su piel, tenía unos hermosos ojos color esmeralda eran grandes y brillantes llenos de vida, complexión delgada, ligeramente pequeño de estatura a los de su edad aproximadamente 1,69 cualquiera que lo conociera podría afirmar que era el hijo ideal, nunca desobecia a sus padres, sacaba excelente notas, se mantenía al margen y que decir de su personalidad era un encanto, siempre servicial, procuraba ayudar a los demás sin borrar su amable sonrisa de sus labios, sin embargo esto no lo hacía perfecto pues era berrinchudo, hijo de papis, consentido, algo torpe, miedoso e incluso tímido entre comillas un chico "bien portado" sin problemas o preocupaciones su único problema era mantener sus calificaciones intactas, pero lamentablemente eso cambiaría radicalmente.

--hoy vendrán a jugar póker unos compañeros de trabajo, así que preparará algo delicioso.-- informó Guren apartando la mirada de su periódico para observar a su esposo el cual sólo atinó a sentir con la cabeza.

--¿Otra vez vas a tomar?.-- expresó con molestia Yuichiro quien mordia un pan tostado con mermelada, a el azabache menor le molestaba las visitas pues su padre terminaba siempre pasado de copas y se ponía violento con Shinya.

El mayor fruncio las cejas en un acto de molestia, la última vez había prometido no tomar pero cuando la diversión se volvía una costumbre era difícil dejar aquellos hábitos que si no controlaba pronto podrían terminar en una adicción, no quería volverse alcohólico pero era difícil dejarlo por completo.
--No te metas en asuntos de adultos mocoso, estoy hablando con shinya.--

El ambiente se tornó ligeramente más pesado y quien decidió parar aquello antes de que se volviera una discusión fue el albino quien le regaló una sonrisa a su hijo.
-- Tranquilo Yuu, tu padre sólo jugará poker estoy seguro que no pasara lo de la última vez, ¿Cierto cariño?.--

Guren sólo suspiro con pesadez y asintió con la cabeza dando por finalizada aquella charla.

El día pasaba con rapidez, Yuichiro se dedicó a terminar sus pendientes escolares su tarea habitual de fin de semana y cuando la finalizó pudo notar que era más tarde de lo pensaba ya empezaba a atardecer y los amigos de su padre no tardarían en llegar, guardó sus útiles y decidió darse una larga ducha de agua caliente.

Estuvo aproximadamente una hora metido en el baño, adoraba las duchas largas le hacían sentirse relajado y mucho más fresco, una ves regresó a su habitación pudo escuchar voces nuevas provenientes de la sala al parecer los invitados ya habían llegado.

--tendré que bajar a saludar..-- susurro acompañado de un suspiro, se adentró en su habitación busco ropa casual y se vistió con rapidez al igual que secó e intento arreglar un poco su desordenado cabello, cuando terminó de arreglarse se echo un último vistaso en el espejo y sonrió, ya estaba presentable.

Sin más rodeos salió de su habitación y bajo las escaleras con cautela.

Como esperaba ahí estaban sus habituales visitas. Las cuales eran; Goshi un inseparable compañero de trabajo de sus dos padres, shigori la segunda al mando de Shinya y no podía faltar las dos secretarías de Guren Sayuri y mito.

Todos eran conocidos para el menor hasta que notó un desconocido entre los visitante.

Era un hombre notablemente mas joven que todos los ya mencionados, aparentaba aproximadamente unos 24 años, era de complexión semi delgada pero fornido, tenía una cabellera de color rubio que caía descuidadamente sobre su rostro en forma de rizos, su piel era blanca como porcelana y unas pequeñas ojeras sobre salían de su bello rostro.

Cuando menos lo noto se había quedado estático observando aquel hombre quien mantenía una platica casual con la castaña Sayuri, nisiquiera habían notado su presencia, pero eso no duró mucho pues aquel misterioso hombre pudo sentir la mirada de aquel torpe chico y no dudo en dirigirle la mirada con una sonrisa cordial en sus finos y pálidos labios.

El azabache por fin pudo saber de que color eran los ojos de aquel hombre pues se toparon directamente con los suyos poseía unos ojos hermosos,  tenía un intenso color carmesí era profundos al igual que cautivadores y misteriosos.

Rubí y esmeralda chocaron tan solo unos segundos, que fueron suficientes para erizarle la piel al jovencito y provocarle un pequeño sonrojo casi imperceptible.

Nunca antes había sentido que su corazón latiera con tanta rapidez y fuerza.

¿Amor a primera vista?
Posiblemente pero esto sólo ocurrió con el menor pues el mayor nisiquiera se inmutó o le presto mucha atención, fue uno de tantos chicos.

Pero..

En el caso de aquel misterioso hombre era completamente entendible el desinterés pues tenía una argolla en su dedo anular, asegurando su compromiso con su amada prometida, algo que el jovencito desconocía.

El rubio en ningún momento le pasaría por la cabeza fijarse en un chiquillo como Yuichiro.

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