Segundo.

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Kelsey volvió a refugiarse en los brazos de Justin. El chico le limpió las lágrimas a su novia cuando ella se separó.

—¿Ya estás más calmada? —le preguntó con voz tierna y suave, Kelsey asintió con sus ojos clavados en los contrarios—. Ahora sí... ¿por qué razón estabas llorando tanto, corazón?

La chica suspiró y contó mentalmente hasta diez para no ponerse a llorar una vez más.

—Paso otra vez. Sólo que esta vez... él la golpeó, Justin, él la golpeó. —le contó Kelsey.

Justin no supo que hacer, así que sólo la rodeó con sus brazos.

Kelsey ya no lloraba, pero él sabía cuanto estaba sufriendo por dentro porque podía ver el dolor en sus ojos.

Estaba muy sorprendido.

Jamás imaginó que George McMillan sería capaz de hacer una cosa como esa. Sabía perfectamente que el padre de su novia no era el hombre más paciente del mundo, pero no lo creía capaz de llegar a ese punto.

Obviamente, ahora sí sabía hasta donde podía llegar aquel hombre cuando se enojaba.

—Perdoname por lo que diré, pero tu papá es un maldito cobarde. —habló Justin después de unos segundos—. Todo estará bien, verás que muy pronto cada cosa se podrá en su lugar y después de la lluvia saldrá el sol. Aparte, yo siempre estaré contigo. —limpió el rastro de lágrimas del rostro de Kelsey—. ¿Segura que sólo por eso estabas llorando, amor?

Kelsey bajó la cabeza debatiendo con ella misma sobre decirle o no decirle al rubio sobre la terrible inseguridad que la había azotado desde anoche. No quería más problemas de los que ya tenía, pelear con Justin sería demasiado para ella.

Justin la tomó del mentón de forma delicada alzando su cabeza obligándola de esa manera a verlo fijamente a los ojos.

—Dime. —él sabía que había algo que le estaba ocultando.

En momentos como este, odiaba que la conociera tan bien.

—Bueno... es que, yo. —tartamudeó insegura —. Ya sabes... yo... me siento algo... insegura de mí, de nosotros, de nuestra relación ¿qué pasa si te cansas de mí al igual que pa...

Kelsey no terminó la pregunta ya que sintió como los labios de Justin impactaban contra los suyos.

Cuando reaccionó, le correspondió de manera inmediata moviendo sus labios sobre los de su novio.

Ambos empezaron a besarse de forma lenta y pausada, como si quisieran demostrarse todo el amor que sentían uno por el otro a través de aquel beso.

Él acariciaba su mejilla derecha mientras que ella tenía las manos alrededor de su cuello y jugaba lentamente con los cabellos de la nuca de Justin.

En aquel momento no le importaba que su padre fuera un completo tarado, que su madre no le prestara la más mínima atención o que de por sí ya tuviera un mal promedio en Biología por saltarse la clase de hoy.

Sólo quería sentirse amada y segura, y el único lugar donde se sentía así, era entre los brazos de Justin.

—Te amo y no tienes idea de cuanto. No sé como esos pensamientos pueden pasar por tu cabeza, eres una chica increíble y lo eres todo para mí. No importa que pase yo siempre te voy a amar porque eres lo mejor que me ha pasado. Eres el amor de mi vida y yo te ayudaré a levantarte cada vez que caigas porque te prometí que íbamos a estar juntos siempre y lo vamos a cumplir.

Aquellas lindas palabras lograron calmar a Kelsey considerablemente.

Volvió a envolver a Kelsey en sus brazos y la besó otra vez, para luego dejar un beso en su frente cuando se separaron.

—Estoy casi seguro que la campana está a punto de tocar y creo esta vez si debemos entrar a clase. Así que, en este momento quiero que muestres esa hermosa sonrisa que tanto me encanta y no pienses en esos temas. —le pidió después de estar unos segundos en silencio—. ¿Está bien, amor? —aplastando levemente las mejillas haciéndola reír.

—Está bien. —respondió Kelsey y sonrió de forma exagerada provocando la risa de ambos.

Ambos se apoyaron en el lavadero, la pelinegra dándole la espalda a el chico entre sus brazos mientras él tenía el mentón apoyado en el hombro de ella y sus brazos rodean su cintura.

—Eres una tontita. —besó su cuello causándole cosquillas—. Yo te amo, jamás te dejaría. —dejó otro beso en el mismo lugar.—Te amo, hermosa.

—Justin, no. —rió encogiendo un lado de su cuello.

—Ño. —dijo como un niño pequeño y mordió suavemente en el cuello de Kelsey.

—Amor, para. —la chica volvió a reír—. Bebé, no.

—Ño. —repitió—. No hasta que digas que me amas también.

La mordió otra vez en el mismo lugar y esta vez la risa de Kelsey salió junto con un pequeño gemido.

—Te amo. Te amo como no tienes idea. —le dijo después voltearse y abrazarlo por el cuello.

Ambos frotaron sus narices y juntaron sus labios otra vez.

Definitivamente iba a estar bien —pensó ella— con Justin a su lado, todo estaría bien.

All Was A Lie |j.b.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora