No es un adios, es un hasta luego

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Yazmìn se sentó en una de las sillas junto a la mesa de madera obscura que se encontraba en el comedor, su madre la miró fijamente y se sentó en frente de ella, en sus ojos se veía esa mirada que ponían los niños chicos cuando hacían una travesura y no querían admitirla. Alejandra se arregló el pelo rubio obscuro detrás de las orejas, se sacó la cartera roja, la colgó en la silla y dijo: - qué es lo que pasa?-; por como Yazmín la miró se dió cuenta que era serio y puso su mano el la pierna de su hija. -Má... conseguí el trabajo...-, su madre la interrumpío y le dió un abrazo, -QUE BUENO HIJA VES YO TE LO DIJE....-, pero Yazmín se soltó y dijo: - por favor me podes dejar terminar de hablar?- su madre la miró con cara de no entender nada, - si.. que pasa?-. Yazmín trago saliva, respiró profundo y le dijo: - me dieron el trabajo como profesora de baile de Valeria.. pero...- su madre la miró, y ella bajó la mirada: - tengo que ir a vivir a la casa de los Holand porque es un trabajo de tiempo completo-, Alejandra también bajó la mirdada y le preguntó: -entonces te vas a ir de casa?-. 
-si.. es una gran oportunidad para que pueda pagar la universidad y seguir con mi vida- contestó ella. 
-si.. ya lo se- y se le calleron unas pequeñas lágrimas de sus ojos grises, -pero... por más de que esté triste porque te vas... estoy contenta, porque es una gran oportunidad-. le tomó las dos manos la miró a los ojos, la abrazó y le dijo: -va a estar todo bien, te amo-. 
Yazmín la abrazó lo más fuerte que pudo y se hechó en lágrimas junto a su madre; Alejandra sabía que sería difícil sin su hija que era quien la apoyaba pero también sabia que era hora de dejarla ir, que en algún momento tendría que vivir su propia vida y que no era sano que dependiera de ella toda su vida; de pronto la separó y le secó las lágrimas con el dedo pulgar que llevaba en las uñas barniz rojo, y le dijo: - te ayudo a empacar tus cosas?- a ambas se les escapó una pequeña sonrisa y se pararon de las sillas; - bueno.. vamos-; subieron las escaleras juntas y entraron en el cuarto para empacar lo necesario para vivir en la casa de los Holand. Al abrir el ropero se se podía ver a la derecha unos estantes que tenían prendas como remeras, buzos y camperas, y del otro lado una varilla de madera en la que se colgaban perchas, de ellas colgaban los pantalones, las camisas y las faldas. Tomó dos valijas que estaban sobre el ropero y las colocó sobre la cama junto a su madre que se encontraba sentada observándola con cariño; comenzó a vaciar el ropero: primero las remeras, luego los buzos y camisas, y para terminar de llenar las valijas colocó los pantalones y las camperas. Después se dirijió hacia una zapatera que estaba junto a la puerta y tomó las botas de cuero negro, unos all star violetas, los zapatos de baile, las zapatillas de ballet y unas plataformas de color turquesa, luego tomó un bolso grande que se encontraba debajo de la cama y colocó cada par de zapatos dentro del mismo. 
Al terminar de empacar todo miró a su madre, le sonrió y le preguntó: -vas a estar bien?-; su madre le acarició la cara y le dijo: - no es un adiós... es un hasta luego-, y le dió una foto de ellas con Jesica e Irina; Yazmín la guardó en la valija y la cerró. Luego tomó las dos valijas y las bajó por la escalera hasta dejarlas al lado de la puerta de entrada, o más bien en este caso de salida, después subió por el bolso y al bajarlo lo dejó junto con  las valijas. Sin darse cuenta el tiempo se le había pasado muy rápido y ya eran las 5:30 pm; era hora de que llegara Irina de la escuela; su madre estaba en la cocina preparando una torta de chocolate para la merienda, Yazmín entró a la cocina y preparó una chocolatada para cuado vuelva Irina,colocó un mantel a cuadros blancos y rojos sobre la mesa del comedor y arriba puso la jarra de chocolatada junto con 3 vasos de vidrio transparente y 3 platos blancos para comer la torta. En eso sintió el sonido de la puerta, era Irina que legaba de la escuela, subío las escaleras rápidamente y tiró la mochila azul en la cama, se sacó la campera, la sejó en el piso y se tiró sobre la mochila; allí se quedó hasta que Alejandra la llamó para merendar; bajó las escaleras y se sentó en la mesa frente a Yazmín, tomó un pedazo de torta y comenzó a comérselo lentamente, al terminarlo se sirvió un  vaso de chocolatada y se lo tomó de un sorbo, ya sin hambre se retiró de la mesa y se encerró en su cuarto. Yazmín y Alejandra se quedaron en la mesa mirándose, de pronto su madre levantó los platos y los vasos y los llevó a la cocina, Yazmín salio detrás de ella y entró en la cocina respirando profundo, miró el reloj que estaba en la cocina, marcaba las 7 y 30, el tiempo pasaba muy rápido, solo le quedaban unas horas antes de irse a dormir, entonces tomó una olla del placar de abajo del lavabo, la llenó de agua y la puso a calentar sobre la hornalla, luego se dirigió a la alacena y tomó un paquete de tallarines, que cuando hirvió el agua lo coloco dentro. Al mismo tiempo tomó de la heladera una caja de pulpa de tomate y la puso a calentar en otra olla; le mezcló un poco de adobo, apenas una cucharadita de azúcar y sal y al hervir apagó la hornalla. Mientras tanto su madre puso los 3 platos, tenedores y vasos en la mesa; cuando estuvo listo llamaron a Irina y bajó para cenar, se sentó a la mesa  y esperó que su madre le sirviera. Aquello parecía un funeral, nadie cruzaba una palabra, no se sentía ni el volar de una mosca, exepto en un momento que Irina miró a Yazmín y le preguntó: -te vas mañana?- y ella le contestó: -si-; al terminar de comer Irina se levan tó de la mesa y dijo: -me voy a dormir-. Nuevamente Alejandra y su hija se quedaron solas en la mesa; de pronto Yazmín dijo: -qué es lo que pasa con ella?- , su madre tomó los platos y los llevó a la cocina, los apolló en el mármol gris y agachó la cabeza: -no se..., la psiquiatra dijo que era un trastorno en la conducta y que si tomaba las pastillas mejoraría.....pero... no se... sigue así, fría, ya no habla con migo .... no se-. Yazmín le dió un abrazo y le prguntó al odio: - querés que me quede?-, y su madre le contestó: -mejor vamos  a dormir que mañana temprano tenés que estar en casa de los Holand-, entonces agarró un vaso de los estantes de arriba, abrió la heladera, tomó una jarra que tenía jugo, se sirvió y subió las escaleras directo a su cuarto; Yazmín subió detrás de ella, se puso el pijama que había dejado apartado, se cepilló los dientes y se acostó en la cama mirando al techo.  

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