Flashes

|Uno|

"Debes salir"

"Haz algo más que tocar guitarra"

"Te la pasas encerrado"

"Ya superalo"

"Ya terminaron"

--Claro, como si olvidar una relación sea fácil....--Dijo con pesadez mientras caminaba molesto con las manos en los bolsillos de sus pantalones negros; caminaba pesado, no sabia que otra cosa hacer que no sea tocar guitarra y cantar aunque su amiga le había dicho que no era necesario irse muy lejos de la rama del arte. --Solo sera un hobby más...--Se repitió al entrar a las instalaciones de Bellas Artes, miraba cada una de las salas aunque estas no llamaran mucho su atención. Se quedo recargado en una de las maquinas dispensadoras de la institución y al fin algo llamó su atención, o mejor dicho, alguien.

--¿Te quitas?-- Dijo agresivamente un pelirrojo con ojos ambarinos mientras lo veía sin ningún interés más que el mero interés de sacar un producto de aquella maquina expendedora.

El oji-verde se quedo congelado ante la presencia del más alto, es decir, aquellos ojos que miraban tan fijo que estremecerían a cualquiera, aquel cabello tan vivo como el mismo fuego y la agresividad de su personalidad que, de alguna extraña forma, atraían a nuestro protagonista. tragó saliva y se quitó del camino del peli-rojo. --Si--Dijo el peli-turquesa, para hacerse a un lado y volver su mirada al piso, se sentía extraño el posar su mirada tanto en el pelirrojo.

¿Como dicen que se llama eso?

Si, "amor a primera vista", pero ciertamente parecía... Imposible, es decir, una persona se encuentra con muchos extraños al día y no los vuelve a ver pero este, este pelirrojo de curiosos ojos se sentía diferente, o al menos al punto de vista del protagonista.

Entonces entró en pánico.

El tan solo pensar que nunca lo volvería a ver lo hacia inquietarse más de lo común, es decir, el pequeño Bon solo quería seguir viendo esos ojos de un amarillo intenso, esos cabellos de un rojo tan saturado que parecía de ensueño y aquellos labios tan fascinantes ante la mirada verde del pequeño peli-turquesa... Entonces se escucho un curioso sonido, uno conocido por todos, una cámara.

Aquel sonido hizo al chico de curiosos cabellos azulados volver a la realidad, intentando encontrar el origen de este sonido.

Era una chica; la cual, curiosa ante la situación, decidió inmortalizar aquel momento y, cuando se dio cuenta de que ambos chicos la estaban mirando, solo les sonrió, aquella chica de cabello rojizo que terminaba en naranja y con bonitos ojos verdes se fue de la escena mirando la pantalla de su celular con satisfacción.

--Agh--Un gruñido salió de la boca del chico más alto, tiró al bote de basura la lata de soda ya vacía y miro por tres segundos más al peli-turquesa, así regresó a donde sea que debe ir.

El joven moreno se quedó mirando la silueta de su más reciente encuentro y, por alguna razón, no despego la mirada de aquel lugar aun cuando el objetivo ya se había marchado de su vista.

Sintió un pequeño cosquilleo en su estómago que hace tiempo ya no sentía y creía se había extinguido y, como si hubiera sido causa del destino, supo donde pertenecía. --Fotografía-- murmuro el chico mientras su mirada verdosa seguía perdida en el mismo infinito.

Después de unas semanas el chico de ojos esmeraldas ya se encontraba con una cámara en sus manos. Empezó a fotografiar lo típico; flores, paisajes, una que otra vez a sus amigas, pero aun no llenaba todo el potencial que la misma fotografía le brindaba.

Sus esperanzas bajaban si se trataba de volver a ver al chico, cada determinado tiempo iba a la maquina expendedora donde lo encontró aquella vez, con la esperanza aun viva de volverlo a ver pero nada, así que, rendido, decidió tomarse un respiro de todo. Aquel día, agotado, se sentó en una banca del parque,donde solía practicar con esa persona.

Lo superó aunque después de aquella tan incomoda... Problemática pensó que jamas podría volver a acercarse, que jamas querría a alguien más o que siquiera podría ser feliz pero pudo, y ahí se encontraba, sentado en la silla donde ocurrieron tantas experiencias sin que ninguna le afecte en lo absoluto.

Suspiró y miró al suelo, mirando como sus agujetas se encontraban desabrochadas y conservaba sus tenis sucios, rió por lo bajo y le vino a la memoria aquella tan mencionada frase que le decía su madre. --Todo un desastre-- Sonrió el chico y ató sus agujetas pero, al mirar al frente, pudo ver a cierto chico pasar delante de sus ojos.

Se levantó con rapidez y fue detrás de él mientras que su corazón latía con fuerza, sabía que debía de ir detrás de él, algo de él lo hacia atraerse, como un imán y un metal que debían estar juntos o bueno, al menos así lo sentía. Miro a todos lados fijando su vista en un árbol color café obscuro y subió a él para tomarle aunque sea una foto al misterioso pelirrojo y, al estar en una zona considerable, empezó con su nueva pasión, fotografiar al chico de ojos ámbar.

"Primera foto de la galería".