En ese momento se aclaró mi error, mi virtud y mi locura. Otra vez envuelta en mi propia telaraña, tratando de trepar. Tratando de salir de mis estúpidas fantasías.
Sabía que no llegaría tan lejos, distraída sentí un ruido que me hizo piedra. Caía un trozo de algo parecido a un papel pintado y el dolor intenso en mi brazo izquierdo no me dejaba consentrarme. Mi piel se estaba quebrando.Me aferré a una cuerda de tantas. Tan fina y delicada que podría romperse en segundos, tal como las demás.
Gotitas de un líquido rojo salían de mi, intentando escaparse.
Sentía cómo mi corazón se iba quebrando conmigo.
El precio de la mágia pensé. El precio de pensamientos fantásticos, ilusiones perdidas y sueños rotos.
El paisaje se volvió oscuro. Todo se movía a mi alrededor, confundida miré hacia arriba y pude notar que perdía el poco equilibrio que me quedaba.
Antes de caer, alguien con hermosas alas aparecía frente a mi. Extendiendo su mano. La tome como pude pero fue muy tarde, luego de eso, perdí el control y caí sin saber lo que me esperaba.Desperté, estaba en mi cuarto como siempre. ¿Fue un sueño? Pensé.
Todo seguía ahí, esperando a que reaccionara. Me levante de mi cama y caminé hacia el comedor. Al pasar por la puerta pude notar una telaraña en ella, me acerqué a verla detenidamente y para mi sorpresa había una mariposa intentando liberarse. La saqué con cuidado de no romper sus hermosas alas y se quedó en mi mano durante unos segundos. Voló en dirección al comedor.
-Gracias- escuché que me decía una voz varonil desde afuera de la habitación. Cuando fuí a ver quien era había desaparecido, pero la mariposa seguía ahí posada en la ventana.
-Gracias a ti- alcanzé a decir. Y lentamente se fue de mi vista.
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La telaraña de mi locura
NouvellesUno mismo siempre termina cayendo en sus propias telarañas. Lo importante es saber con quien escapar.