1999 Hardwood, EUA
El pequeño niño de cabellos oscuros se sentó en una de las bancas del patio de su escuela, sentía el aire fresco pegar en su cara y el saliente sol dar en su cabeza. Su primer día de clases fue como esperaba, los niños de su edad jugaban alegres, él lo estaba también, observando como los demás reían y hablaban, aunque solo escuchara silencio… le hubiera gustado integrarse al grupo, pero por su condición sabía que era imposible, nadie lo aceptaría ni se daría el tiempo en intentar hablarle, para un niño de 7 años es difícil vivir así, incluso la mayor parte de las ocasiones se llevaba mejor con los adultos, ellos podían hablar con él y entendían su condición.No siempre fue sordo, aun recordaba sonidos de antes y gracias a eso se había vuelto un buen lector de labios y experto en lenguaje de señas para comunicarse, aunque los demás niños no entenderían si el intentaba hablarles de la única forma que sabía, a través de este medio.
Cerro sus ojos intentando escuchar el ruido a su alrededor, le gustaba la nueva ciudad en que sus padres lo trajeron a vivir, Hardwood, el clima era cambiante y la mayoría de las veces era calido, pero hoy había un vendaval grande y templado.
-Hola-abrió sus ojos de pronto al escuchar una vibración. Una niña hacia círculos con su pie nerviosa en el césped frente a él, entre sus manos llevaba una cajita con el logo de Hello Kittie* de color rosa, el niño supuso que debía ser su almuerzo, la miro saludándola con una sonrisa, las mejillas de las niña se volvieron color rosa, tenía el cabello hasta la cintura y era de un color castaño intenso al igual que sus grandes ojos, llevaba puesto un vestido rosa y zapatitos de charol negros, en contraste con sus calcetas blancas, era la niña más linda que le había visto, ese pensamiento lo hizo sonrojar.
-Humm…puedo sentarme junto a ti?-pregunto nerviosa apretando los dedos a su cajita, el niño leyó atentamente sus labios y luego asintió mientras sacaba del lado de la banca su mochila, ella le sonrió y se sentó a su lado.
-Mi nombre es Emmalyn Goolldan, tu puedes llamarme Emma-le tendió su pequeña y blanca mano, él la tomo sacudiéndola un poco, pensó que el nombre era igual de lindo que ella.-Cual es tu nombre?-lo miro mientras intentaba abrir su cajita sin lograrlo, soltó el aire enfadada por no lograrlo, el toco su hombro y tomo de su regazo la cajita, en un movimiento de su mano logro abrirla y se la tendió de vuelta.
-Oh!, gracias-sonrió-eres un niño fuerte…eres como mi hermano Jayden, él practica en un gimnasio-el niño leyó sus labios nuevamente, y asintió sonriendo, ella lo había encontrado fuerte…-A sí que cual es tu nombre?-pregunto llevándose un pedazo de su emparedado a la boca.
El dudó un momento, abrió sus boca para contestarle perno no podía articular palabras, tenía miedo de asustarla si volvía a salir su voz como gemidos ahogados, llego a su cabeza una idea, tomo su mochila e indicó la parte de atrás de su mochila donde estaba escrita su identificación, ella dejo su emparedado en la cajita y miro atentamente lo que el indicaba.
-Tro-y, Bo-rruws- la niña sonrió con suficiencia por lograr leer unas frases en poco tiempo, aun le costaba juntar sílabas, pero hasta ahora era la mejor de su clase leyendo su libro de textos, le gustaba practicar en casa leyendo sus cuentos de hadas. A sí que el niño se llamaba Troy Borruws… pensó que se parecía al príncipe encantado de su libro.
-Hablas poco-sonrió volviendo a toma su cajita-eres tímido ¿cierto?, yo también lo era mi primer día, me costó acostumbrarme-sonrió llevándose otra vez el emparedado a la boca-¿tienes hambre?-lo miro sonrojándose, el quedo aturdido un momento y luego negó con la cabeza haciendo círculos en su estómago-Ah… ya almorzaste-el asintió-Entonces tengo algo para ti-metió la mano a su lonchera y saco dos paletas-Una para ti-se la entrego-y otra para mí, Tía Mia dice que hace mal para los dientes porque ella es dentista, pero mi hermano a escondidas me da una-sonrió traviesamente, él la miro ladeando la cabeza, ¿Quién era Tía Mia?-Es la futura esposa de mi hermano-la pequeñita le dijo adivinando sus pensamientos-es mi dentista pero a mi hermano le gusta, ellos se casaran algún día, yo también espero casarme-soltó un suspiro, él se la imaginó con un vestido blanco caminando por el largo pasillo, él había ido a muchas bodas con sus padres, no las entendía muy bien ya que desde el lugar en donde él se encontraba era difícil leer los labios de las personas, su madre siempre se daba el trabajo de traducirle en señas lo que ellos iban diciendo.
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Amor A Señas
RomanceEl amor no tiene obstáculos o barreras siempre y cuando sea verdadero logrará triunfar