Prólogo "Nuestra Promesa"

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—"Cuando grande quiero ser cantante"— el pequeño alza los brazos y corre, se mete entremedio de las cortinas blancas y pasa por debajo de la cama, salta otra vez y se acerca a la mujer, coloca los codos a los pies de está y apoyando ambas manos recarga su mentón haciendo un puchero adorable — ¿puedo mami puedo? —

Entonces el pequeño principito salta, corre y levanta sus manitos al techo (como queriendo tocar el cielo) "Puedes ser lo que tú quieras cariño", eso le había dicho la mujer y es inmensamente feliz porque él quiere ser cantante, porque él quiere ser famoso, porque quiere cantarle a su madre y quizá al escucharlo ella pueda mejorar...

—Este no es un lugar para correr Luhan ¿qué van a pensar los doctores? — le reprende el hombre apenas atraviesa el umbral de la habitación y sinceramente al menor le importa poco lo que piense el resto, excepto su madre.

A veces cuando vuelve de la escuela  se recuesta en su cama y se pregunta si podrá volver a dormir con su mami como lo hizo alguna vez, no lo recuerda muy bien (probablemente lo soñó o ensoñó...) y es que es lógico porque a su edad solo deberían mimarlo. A Luhan nunca le ha faltado nada (en el sentido material claro), a su corta edad lo tiene todo, las últimas consolas del mercado con los juegos originales (probablemente todos), el celular de último modelo y un montón de cosas más, una vida llena de lujos pero una vida vacía para el castaño porque sin su tierna, cariñosa y atenta madre Luhan no tenía nada... Nada.

Con solo escuchar la voz del mayor el menor se detiene en seco dándole la espalda y es cuando voltea que puede verlo con un gesto serio acompañado de un ceño fruncido, Luhan ya se conoce esa cara de memoria ¿Cuándo fue la última vez que lo vio reír?, ni siquiera lo recuerda. Hay veces que por las noches no puede dormir porque se siente solo y necesita de su madre (todo niño necesita de una madre en casa), además nada mejora con su miedo a la oscuridad, un asustado Luhan todo lo exagera, el sonido del viento, el crujir de la puerta, los bichos, al menor todo le asusta, muchas veces muere de ganas por ir a la habitación de su padre y dormir con él pero... "eres un hombre Luhan, los hombres duermen solos" le había dicho en un pasado y el principito nunca volvió a pedírselo.

Es en una noche en particular que él menor abrumado y lleno de miedos corre a la pieza del hombre implorando ser rescatado de todos sus miedos nocturnos (a su lamparita de noche se le acabaron las pilas dejándolo a oscuras en plena tormenta) "Vete a tu cuarto Luhan, mañana tengo una importante reunión", "te encanta joderme la vida"... de vuelta en su vació y oscuro cuarto al menor la pena lo envuelve entero, escondiéndose entre las sabanas con un hilo de voz implora al cielo "Por favor dios ¿podrías cambiarlos?... podría mami volver en vez de... él?"

—No seas duro con él, apenas tiene 6—la mujer con una sonrisa lo ilumina todo, y cuando su tierna mirada se encuentra con la de un menor cabizbajo por la reprimenda extiende sus manos y este corre a su encuentro —Con que un cantante...— comenta la mujer acunándolo entre sus brazos y acariciando sus hebras castañas.

— ¡Sí mami sí!— dice el menor entusiasmado—cantaré para ti, todos los días y... y, y podrás verme por la televisión y seré famoso y te dedicaré todas mis canciones...

Al menor  le encantaba escuchar el cantar de los pájaros arriba de los árboles de su casa, pero cuando escucha la risa de la señora Lu, no le quedan dudas que ese es el mejor sonido del mundo, sobre todo cuando había pasado mucho tiempo sin escucharla reír (sonreír sí, pero reír...) además, en la visita anterior la mujer estuvo claramente decaída, pálida y agotada, Luhan tuvo que conformarse con verla dormir casi todo el día, probablemente producto de los fuertes sedantes suministrados, pero hoy, hoy es todo completamente distinto, hoy su mami luce hermosa, radiante, saludable ¡invencible! ¿Y si el cielo lo escucho?

Retrouvailles (Lumin/Xiuhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora