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La lluvia parecía querer inundar la ciudad y los relámpagos cada vez eran más constantes, los pequeños golpeteos se hacían cada vez más intensos pues con las bajas temperaturas las gotas se habían transformado en granizo que ahora se encontraba rompiendo las hojas de las plantas que no podían cubrirse de aquél ataque. Un destello fugaz llenó de nuevo el pequeño apartamento, 1, 2, 3.......... el estruendo resonó por toda la ciudad haciendo temblar los vidrios de algunas ventanas cercanas a la zona de impacto. Una aguda voz llena de temor gritaba y lo llamaba desde la única habitación de aquél lugar, corrió hasta ahí y entró para tomar en brazos a la pequeña Lilith quien se encontraba llorando debajo de las cobijas abrazando al peluche de caracol que había recibido días atrás.

-Tranquila bebé, ya estoy aquí- la acomodó en su pecho y la tapó con las  cobijas para que no sintiera el frío que la tormenta estaba causando.

-Hay un mostruo afuela, oí cuando lugió- decía entre sollozos la pequeña mientras se aferraba al cuerpo del mayor.

-Solo fue un trueno, no tengas miedo, yo estoy aquí para cuidarte y no te dejaré sola, lo prometo-

-Glacias Shun-.......


Estaban en la sala de la casa que Hansol compartía con la señora Lee desde hace algunos años, ella lo apoyaba con la niña cuando necesitaba ir al trabajo o cuando tenía que hacer las compras pero su pequeña familia se volvió aún más pequeña tras su muerte unos meses atrás, Hansol tenía dificultades al momento de tener que dejar a su princesa con alguien que la cuidara, no quería dejarla en una guardería donde probablemente la tratarían mal así que decidió que la llevaría al trabajo en lo que conseguía una niñera. Por buena o mala suerte Jun apareció de nuevo en su vida, no era que no deseara verlo pero tal vez aún no estaba listo para enfrentarlo y mucho menos hablarle sobre la bebé.

-Que bonito nombre, yo soy......-

-Es un amigo que no veía hace mucho tiempo- se apresuró a decir el de ojos claros mientras tomaba a su princesa para sentarla sobre sus almohadas y que jugara con sus peluches -espera aquí, amor, iré a prepararte algo de comer. Jun, tu sígueme- indicó al mayor a la vez que se ponía en marcha hacia la cocina seguido del más alto.

-¿A caso no puedo decirle?- preguntó al llegar a la cocina lejos de la pequeña-

-¿Decirle qué? ¿Hola, yo soy tu padre pero no estuve contigo todo este tiempo porque engañé a tu otro padre? no seas absurdo Jun-

-Ella tiene que saberlo, no puedes ocultárselo para siempre-

-No planeo ocultarlo, solo.......no creo que sea algo que puedas solo decir cuando eres un extraño para ella- 

-Déjame conocerla, Han, déjame pasar tiempo con ella-

-No... no lo se.... ha pasado mucho tiempo desde que te vi por última vez y no se si pueda confiar en ti- suspiró pesadamente mientras cortaba un poco de fruta en pequeños cubitos y los acomodaba en un plato formando un osito de colores, era algo que habitualmente hacía para que su pequeña comiera- Esta bien, te daré una oportunidad, puedes pasar tiempo con ella pero tendrás que ganar su cariño-

-¿Crees que todavía pueda recuperar el tuyo, Han?-

El mencionado tomó el plato y un cubierto de plástico sin puntas para llevárselo a su hija -Es muy pronto para preguntar eso ¿no crees?- sintió las manos contrarias rozar las suyas causando que se estremeciera por dentro-

-Yo se lo llevaré, no te preocupes- sonrió con una pequeña sonrisa melancólica y tomó las cosas para llevarlas a la sala y así poder darle de comer a la bebé de ojos claros que ahora se encontraba comiendo un cubito de mango con una gran sonrisa-


Me Equivoqué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora