A veces, una lágrima se pasea
por mis ojos taciturnos,
y amenaza con lanzarse
hacia el acantilado de mis mejillas.
A veces siento que no soy,
que no pertenezco a este mundo,
me siento forastero en mi tierra,
me siento abandonado en el olvido.
A veces la impotencia me gana,
y me desespero al no poder hacer nada,
y tengo que aguantar el peso,
del mundo que se derrumba sobre mí.
Y cuando me siento mal,
y me siento perdido,
sólo tus manos pueden curar,
la eterna soledad,
que en mi corazón se ha metido.
Por eso amor,
no me dejes, no me dejes,
sin ti estaría más que perdido,
te necesito aquí conmigo,
para calmar mi miedo,
para estar tranquilo.
ESTÁS LEYENDO
Desde que te conocí
PoesíaPoemario inspirado en el que yo pensé que sería el amor de mi vida, donde se recopilan los poemas que con mi amor le escribí a la que solía ser mi novia. Quien ya no está... (En su memoria).
