Capítulo 1

281 32 7
                                    

En el pasado, los seres humanos procuraban mantenerse alejados del bosque durante la noche. Pues se sabía perfectamente que muchos de esos territorios podían llegar a ser peligrosos y traicioneros. Las personas lo suficientemente valientes como para atreverse a entrar durante la noche, a veces no regresaban y eso causaba qué mitos y leyendas se formaran alrededor de esas enormes tierras inexploradas.

Las personas solían hablar de criaturas extrañas acechando desde los rincones oscuros de los bosques. Desde extraños seres humanoides tan altos como robles, hasta monstruosos lobos sedientos de sangre que aterrorizarían hasta a los más valientes guerreros.

Pero después de mucho tiempo, llegaron los científicos, los cuales comenzaron a dar explicaciones lógicas a distintos fenómenos de la naturaleza. En el pasado se solía creer que los eclipses eran causados por la ira de algún Dios, pero finalmente con la llegada de la ciencia se concluyó que solamente era un fenómeno natural completamente normal.

Conforme pasó el tiempo y muchísimos descubrimientos comenzaron a surgir, la gente comenzó a perder el miedo a las antiguas leyendas de los ancestros y comenzó a temerle a temas mucho más racionales y comunes. Hasta que finalmente llegó la época en la que las personas tenían más miedo a ser asaltadas o secuestradas que a ser atacadas por alguna criatura con cuernos y cabeza de perro.

Sin embargo, a pesar de todo, incluso en la actualidad el mundo aún es un lugar que no se ha explorado por completo y el cual aún guarda muchos misterios que aún no tienen respuesta o explicación.

Y lamentablemente, una joven chica terminaría aprendiendo de la peor manera que a pesar de que los bosques de Red Gate ya habían sido explorados casi en su totalidad, aún había bestias acechando en los rincones más oscuros, inexplorados y alejados de la civilización.

La oscuridad de la noche había cubierto en su totalidad toda él área boscosa que rodeaba el pequeño pueblo suburbano de Red Gate, Ohio. El sol se había ocultado y las únicas fuentes de luz ahora eran la luz de la luna llena y las bioluminiscencia de las luciérnagas revoloteando en el aire.

Los sonidos de la naturaleza estaban presentes en casi toda el área. Los lagos se habían llenado con el croar de las ranas, pequeños cantos de búhos se podían escuchar a la distancia y el fuerte viento que sacudía los árboles provocaba una ruidosa ventisca.

Y en medio del paisaje nocturno, en un pequeño claro rodeado de altos y oscuros árboles, una joven de 19 años había instalado un pequeño campamento, el cual consistía en una pequeña carpa verde y una fogata, la cual ya había sido apagada.

Dentro de la carpa, la joven Sharon Clayton se había quedado dormida dentro de su saco de dormir. Su cabeza reposaba con tranquilidad en una almohada y su melena rubia despeinada cubría su rostro blanquecino.

Habían pasado un par de horas desde que ella había caído en los brazos de Morfeo. Ella había planeado quedarse una noche en el bosque en un intento de distraerse de la presión que le ejercía la escuela, y pensó que quizás una noche de Viernes de campamento en el solitario bosque con solamente los ruidos pacíficos de la naturaleza cómo única compañía, quizás le ayudarían a relajarse un poco.

Y notablemente, ella había tenido razón. Lo demostraba el haber quedado dormida tan tranquilamente dentro de su carpa y que durante todo el resto del día que estuvo en el bosque, las ideas de los exámenes no habían pasado ni por un instante por su mente.

Sin embargo, Sharon despertó abruptamente al escuchar un extraño sonido fuera de su carpa. Era como si algo grande y pesado estuviera caminando encima de las hojas y ramas caídas de los árboles a causa de la ventisca.

En un principio, la chica no se inmutó. Pensó que quizás no había sido nada grave y que probablemente solo había sido una rama que había sido derribada de un árbol a causa de los fuertes vientos de la noche.

Realidad TrastornadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora