Volviste

2.4K 282 62
                                    

– Descansamos por favor, Kakuzu, mis pies me duelen. — se quejaba Óbito.

– Maldito Hidan, mira que perderse, ahora en lugar de disfrutar del viaje hay que buscarlo. — decía un molesto Kakuzu.

Después de descansar un raro ambos chicos decidieron volver, Kakuzu de mal humor no paraba de renegar, mientras Óbito tarareaba alegre una canción, cuando estaban por llegar al campamento, vieron como Sasori se alejaba siguiendo a alguien, una persona desconocida para ellos dos, esto alarmó a los chicos que comenzaron a llamar la atención de Sasori, gritando su nombre, pero él parecía no escucharlos, entonces Óbito emprendió la carrera hasta alcanzarlo y tomo la otra mano de Sasori, para evitar de esta manera que siguiera avanzando, esta acción hizo que el joven que guiaba a Sasori también volteara en el momento justo que iba llegando Kakuzu, ambos jóvenes se quedaron mirando fijamente a aquel chico, mal por ellos pues después de eso no supieron nada mas.

Mientras tanto Kisame e Itachi ya habían llegado al campamento, sorprendiéndose por el echo de que ninguno de los otros hubiese llegado aun, esto también los preocupo pues la noche ya estaba muy avanzada y corrían el riesgo de perderse también, Kisame trataba de apaciguar la tensión hablando sobre temas al azar, de repente escucharon como alguien se acercaba de manera rápida, ambos jóvenes se levantaron de sus asientos y vieron a Konan, la cual corría hacia ellos, apenas llegó, esta callo desmallada, los chicos se asustaron y con cuidado la acomodaron en una de las tiendas de campaña, esperando a que despertara y les contara lo sucedido.

Cuando Konan logro despertar, comenzó a llorar, Itachi trataba de consolarla, esta poco a poco se tranquilizo, y Kisame le pregunto el porque venia sola, esta al recordar eso comenzó a llorar de nuevo, después de unos minutos comenzó a narrar a sus amigos lo sucedido:

Pein y Konan caminaban ya de regreso al campamento, cuando escucharon cantar a alguien cerca de donde estaban, ambos jóvenes se acercaron a ver de quien se trataba, cuando pudieron ver quien era , parecía ser una joven, no se veía su rostro pues estaba de espaldas, ellos solo podían ver su largo cabello rubio y que estaba vestida de blanco, estaba sentada en una roca con la vista hacia el cielo.

–¿Crees que viva por aquí ? . — pregunto Pein a Konan.— si es así tal vez ella sepa algo de Hidan.

–No lo se .— contestó ella.— iré a preguntarle.

Dicho esto Konan se encamino a donde se encontraba aquella joven que aun no los había visto, la chica seguía cantando una melodía algo extraña pero que hacia sentir una gran nostalgia, cuando Konan estuvo tras ella le toco el hombro y pudo sentir lo frío de su piel, ante aquel toque la joven volteo quedando de frente a Konan, esta al verla cara a cara, se acordó de aquella historia que contara aquel anciano, pues su descripción encajaba completamente con los rasgos de ella, al darse cuenta de aquello un frío le recorrió de cabeza hasta los pies, el joven fijo su azulina mirada en Pein que se encontraba algo alejado de ellos, Konan al ver que el joven se levantaba de donde estaba, se echo hacia un lado, pero aquel espíritu, paso de largo y comenzó a caminar hacia Pein, Konan recordó entonces que en el relato aquel, el fantasma solo atacaba a los barones, entonces como si la vida dependiera de eso empezó a correr hacia Pein, pero había tardado demasiado en reaccionar y el fantasma ya estaba frente a su novio, ella le gritaba que hullera pero solo vio como el chico le decía algo que no alcanzo a distinguir y acto seguido Pein tomo la mano de aquel joven y ante la mirada atónita de Konan comenzó a caminar con él.

Konan no pensaba darse por vencida tan fácil así que tomo la otra mano de su novio y comenzó a tirar de ella pero no pudo hacer que Pein soltara a aquel chico, ni siquiera volteaba a verla, Konan entonces tomo una rama que estaba en el suelo y trato de golpear a aquel joven pero todo fue inútil era como si golpeara al aire.

Así una asustada Konan  echo a correr lo mas rápido que sus pies le permitían hasta que llego al campamento.

Una vez termino su narración comenzó de nuevo a llorar, mientras decía que el anciano tenia razón y ahora por no hacerle caso su novio y amigos morirían, Kisame trataba de calmarla mientras Itachi pensaba en que hacer.

– El anciano dijo que morían hasta que la luna llena pasaba así que aun deben estar vivos en algún lugar .— dijo Itachi, solo debemos encontrarlos y hallar una forma de despertarlos.

Un ruido se escucho a la entrada de el campamento, los tres amigos voltearon y allí estaba parado aquel chico, con su vestimenta blanca y sus largos y rubios cabellos que se mecían con el viento de la noche.

Itachi y Kisame se pararon delante de Konan como queriendo protegerla, pero el joven no se acercaba solo miraba a Itachi con lágrimas en los ojos.

– Sabia que vendrias por mí, Rai, llevo tanto esperándote.— fueron las palabras de aquel joven.

Itachi no contestó solo lo miraba en silencio, el se iba acercando y cuando estiro una de sus manos para tocar a Itachi una luz blanca empezó a brillar de aquel collar que le diera el anciano.

El fantasma al ver aquello comenzó a llorar mas fuerte:
– Tú no eres Rai, — una vez dicho esto giro el rostro y miro a Kisame ,este al momento estiró su mano y tomo una de las de aquel joven comenzando a caminar tras él.

Konan e Itachi no sabían que hacer pues aunque trataron de detener a Kisame el era mas fuerte que ellos dos así que los dejo de pie allí mientras caminaba tras aquel joven.

Itachi tuvo entonces una idea,echo a correr tras ellos, cuando estaba ya cerca grito “Deidara” alo que el joven detuvo su andar , Itachi comenzó a correr de nuevo hacia ellos mientras se quitaba aquel amuleto, una vez los alcanzo puso aquel collar en el cuello de Kisame, este pareció reaccionar al momento.

– Cuida a Konan, te prometo que traeré a los demás.

Una vez dicho esto tomo la mano de Deidara, y comenzó a caminar con el ante la mirada estupefacta de Kisame, Deidara llevaba una sonrisa en los labios su amado Rai al fin había vuelto.

EL JOVEN DEL AMANECER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora