-¿Hasta cuando volaremos en esta cosa? -viendo las nubes a su alrededor Jeimy ya se estaba aburriendo- Tengo hambre, Elsa. Sin contar que me estoy aburriendo de ver tantas nubes.
-Aguarda un par de minutos mas, por favor. -Murmure tranquilamente- Ya estamos por llegar, así que disfruta este paseo en avioneta junto conmigo...
-¿Elsa? -dijo cabizbajo- ¿Por que haces todo esto? ¿por que me salvaste ese día? Si ni siquiera me conocías...
-Pues, verás... - Lo mire un par de segundos para volver a mirar al frente- Mis padres también fueron asesinados en frente de mi cuando era pequeña, y no pude evitar verme reflejada en ti. Aunque no lo creas soy una chica buena...
-La mitad del tiempo solamente... -murmuro-
-Pero contigo no me he portado mal ¿o si? -sonreí de medio lado-
-¡Todo lo contrario! Te has portado muy cariñosamente conmigo y la verdad ahora se lo que se llega a sentir tener una madre.
Escuchar las palabras de ese niño me impactaron. Me veía como su madre. Y quizás era algo que agradecía a pesar de tener tan poco tiempo de conocernos el día de esa misión.
-Flash back -
Astrid y yo estábamos dentro de la enorme mansión acabando con todos los que se cruzaban en nuestro camino. No era tan difícil acabar con esa montonera de debiluchos que trataban de impedir nuestro avance. Éramos demasiado buenas en nuestro trabajo y no dejaríamos a nadie con vida. Llegamos por fin a la última habitación que nos quedaba por recorrer.
-Entra y yo te cubro... -susurro Astrid haciéndome una seña a lo que le afirme moviendo la cabeza-
-Tres, dos, uno...-Susurre de igual forma, para luego abrir la puerta de golpe, apuntando con mi revolver a cualquier morador que se encontrará ahí-
-Veo que son muy hábiles -hablo entre las sombras una voz masculina- Pero, no lo suficiente para acabar conmigo. -salio de su escondite y era un hombre gigante, musculoso, de apariencia muy fuerte- ¡Les llegó la hora, chicas!
- Veo que estás muy confiando, gorilon... - comento Astrid bajando su arma-
-¿Que demonios haces? - dije aún apuntado a ese hombre- NO BAJES LA GUARDIA...
-Déjamelo a mi, linda. Yo puedo con ese... -dijo muy segura de si misma- si no, mátalo a tu manera.
-¿Que esperas? Ven aquí.
-Espero que no llores como niña, como detesto a los hombres débiles...
-Pues no lo soy, y lo verás...
Así comenzó una gran pelea entre ambos, ninguno daba su paso a torcer. El claramente llevaba la ventaja. Veía a Astrid debilitarse tras cada golpe que le propinaba ese sujeto. Comencé por sacarme la chaqueta, sabía que si luchaba con el, me estorbaría. Aunque no tanto. Volví a colocármela pero la deje desabrochada. La ocuparía como arma de ser necesario. Un último golpe derribo a Astrid y su cuerpo cayó cerca de la chimenea.
-Ahora es tu turno, pequeña. -Hizo un gesto con sus manos para que me acercara- Ven, acércate. Prometo no ser muy duro contigo.
-No, aquí te espero. -dije en una pose normal, no como la de el que ya estaba en posición de combate- De todos modos, no podrás conmigo...
-¡Como quieras! -Lanzo un par de golpes que fácilmente esquivaba, la verdad no era mal combatiente, pero no lo suficiente para ganarme. En un descuido agarro mi chaqueta para atraparme, con una facilidad única me salí de esta, para hacerle una llave que lo inmovilizaría en un par de segundos.
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La Adrenalina Hecha Mujer [Jelsa Adaptación] //Editado//
AcciónFuiste entrenada para esto. Jamás podrás huir de tu pasado ni de lo que has aprendido toda tu vida. Lo llevas en la sangre que corre por todo tu cuerpo. Y aunque huyas lejos, tus manos siempre estarán manchadas con la sangre de otros... Nunca dejará...