Bad bitch » Yoonkook

d o s

Normalmente, como cualquier adolescente de mi edad, no quería ir a clases. Pero... ¿quien no querría ir con una compañera como Yoonji? Era una belleza. Comenzaba a pensar que en verdad me gustaba. Pero por ahora, tan solo era sólo una suposición. 

Ha pasado una semana desde que la pequeña Yoonji se transfirió y no hablamos mucho. Ella no habla con nadie. Batea a todos los chicos y las chicas mueren de envidia por el color de su piel y lo bien hidratada que está. Nadie se le acerca por mucho tiempo. La pelinegra sigue sentándose detrás mío. Sólo cruzamos palabras. Nunca he sido bueno conversando, o eso es lo que pienso y creo que a ella igual, pero es amable, al menos  conmigo. Taehyung también habla con ella.

Me acomodé prolijamente el uniforme y me observé por completo frente al espejo. Con una mano desarreglé mi cabello para que le diera un toque natural.  Volví a mirarme y asentí. Estaba listo.

Salí de casa y me dirigí hacia la estación más cercana. Llegué antes de darme cuenta y subí al tren. Busqué un sitio en donde sentarme, luego me coloqué los auriculares y  puse aleatorio. En el momento en el que la música comenzó a sonar en mis oídos, el tren tomo rumbo.

Al llegar al aula, entré y la mayoría de mis compañeros ya estaban allí. Unos estudiando, otros hablando. Me dirigí hacia mi asiento, el cual aún estaba vacío.  Observé que Yoonji ya se encontraba en el suyo. Situé mi mochila sobre la mesa y esta levantó su rostro y me miró. Sonreí nervioso.

—Buenos días.—la saludé.

—Buenos días.—respondió con una sonrisa ladina y siguió con lo que estaba haciendo. Su voz seguía pareciéndome gruesa a comparación de las demás niñas del aula y en general,  pero ya estaba logrando acostumbrarme, de todos modos también era muy  linda.

Me senté pegando la espalda a la pared, aprovechando que en aquella posición podía observarla,  y saqué mi teléfono del bolsillo. Comencé a simular escribir textos mientras la miraba de soslayo. Era muy linda concentrada. Estaba leyendo y releyendo un texto mientras anotaba cosas en una hoja. Sus manos eran grandes a comparación de las demás niñas. Ella era diferente al resto... ¿será por ello que me llama tanto la atención? No lo sabía aún.

Sus manos eran de un blanco precioso.  Sin darme cuenta, giré mi rostro por completo para contemplarla. Creo que no me cansaría de decir que su maquillaje era el mejor de todas las de la clase. Su piel era tan preciosa que te incitaba a que la observaras por horas y horas. Y mis pobres ojos no podían resistirse a tal tentación. Justo cuando ella levantó nuevamente el rostro y me miró con una ceja elevada haciéndome reaccionar y sonrojarme por completo,  el presidente de la clase llegó para salvarme la vida. Suspiré aliviado cuando lo escuche hablar mientras se sentaba en el asiento a lado de Yoonji.

—¿Puedo sentarme aquí?—preguntó un tímido Jimin. Me pareció raro que él fuera el que la estuviera buscando. Jimin era muy popular entre las mujeres, era tierno y muy lindo. Pero demasiado tímido, se decía que no correspondía a ninguna por vergüenza. Y nunca se lo veía buscando a alguna chica... hasta se llegó a pensar de que Park Jimin era gay, pero he aquí, Min Yoonji la excepción.

—Claro.—respondió ella mientras llevaba la vista nuevamente a sus deberes.

—Eres muy linda...—susurró.

—¿Parezco manejable?—preguntó de repente.

—¿Q-qué?—frunció su ceño.—¿No?

—¿Qué vas a hacer?

—¿A que te refieres? Creo que no me he representado formalmente. Mi nombre es Park Jimin, soy el presidente de la clase.—sonrió ampliamente. De verdad parecía un ángel. Reí mentalmente al verlo, estaba muy nervioso. Era seguro que luego de una larga semana Yoonji sabría quien era el presidente de su clase.

—Tengo un arma en mi bolso.—comentó casualmente.

—¿De qué hablas?—rió el rubio. Yoonji sacó de su bolso un arma y se la mostró con cuidado de que nadie más la viera. Se acercó aún más  a ella y susurró alarmado.— ¡Yoonji! ¿cómo puedes traer tal cosa al instituto?

—¿Parezco manejable?—volvió a preguntar.

—¡No, no!—respondió Jimin, ahora con más seguridad.— pero no lleves cosas como estas.

—Yoonji sonrió divertida— mi padre es comisario.—se encogió de hombros restandole importancia. Sin darme cuenta, reí. Ella giró a verme y elevó una ceja.— pareces de la clase de personas que serían criminales. ¿Debería de darte un castigo?—sonrió burlona y mordió la punta de su lengua. Mi respiración se agitó y no supe que responder.— Jimin, puedes seguir de largo.—giró a ver como el pequeño Jimin se levantaba del asiento y volvía al suyo sonriendo. Esta chica traía a todos locos por ella. Y tal vez, sólo tal vez... yo sea parte de ellos.

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no me drogo ok???????????? ok