2. Capítulo: Whriggles Prime

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"Te puedo acompañar, sabes?" Decía con nerviosismo Tyler, el 'adulto de confianza' de la representante de Drake que me iba a enseñar el hotel resultó ser su hijo, que apenas me bajé del avión se volvió un constante fastidio. Si no me acompañaba a la bañera era meramente porque cerraba la puerta con seguro. "Puedes necesitar de mi ayuda" Anunció con lo que se suponía era una voz seductora.

Sonreí por pura cortesía. En verdad este chico me incomodaba! Era tan pegajoso como chicle masticado! Desde el segundo día de tenerlo como sombra comencé a preferir que los ratones y palomas me enseñaran los lugares de importancia de esta ciudad, por desgracia parece que todavía no soy lo suficientemente rara como para hablar con los animales.

"Ya conozco el supermercado Tyler, no me gusta molestarte, ni quitarte tu tiempo".

"Yo tengo mucho tiempo, además.." Carraspeó. "Este es mi trabajo, le prometí a mamá que te ayudaría". Ah si claro! Y él era tan obediente que le hacía caso a mami.

"Sí pero..." Dije cansada. "Escucha: estaba pensando en ir a comprar cosas para todo el día pasar pintándome uñas, tratamientos de cabello, tu sabes... Cosas de chicas". Anuncié poco convencida ya que la verdad nunca había hecho eso, ni siquiera me había tinturado alguna vez el cabello o puesto uñas postizas, no es algo que encaje en mi personalidad ni con mi paciencia. "Pero..." Seguí. "Tal vez mañana me puedas acompañar a inscribirme en un colegio que me gustó, un internado más bien".

"Así que te funcionaron los folletos que te traje?" Preguntó feliz de haber sido útil para algo.

"Sí, me gusta mucho el internado que se llama Whriggles Prime." Anuncié satisfecha.

Levantó una ceja. "Ese es muy muy costoso." Y con tono de periodista de noticias dijo: "De hecho me parece que es para personas que no quieren que su vida privada se dé a conocer, tu sabes... el lugar es reservado, como para hijos de famosos y esas cosas". Completó con su tono jovial normal.

"Oooh, y ya que yo no soy suficiente no puedo ir". Dije con fingida tristeza y sarcasmo. "No importa, igual me gusta". Sonreí.

"Muy bien". Tomó una bocanada de aire. "Entonces mañana te vengo a recoger y vamos a inscribirte, si?" Sonrió. "Crees tener el dinero suficiente o vamos al banco por un préstamo o al exchange otra vez?" Preguntó.

"No te preocupes por eso Ty, si?" Le dí un beso rápido en la mejilla y prácticamente lo empujé hasta la puerta.

Cuando se fue me vestí para ir a comprar lo que quería. Me puse unos shorts negros con un delgadísimo cinturón blanco, una camiseta blanca por dentro con la bandera de Inglaterra que tenía un logo abajo que decía 'British Girls Rock The World', unas sandalias negras y una coleta de lado; desde que llegué, me la he pasado recogiéndome en coletas el cabello porque el calor de Los Ángeles es el extremo total considerando el frío húmedo de Londres al que estaba acostumbrada.

Una vez estuve lista me dirigí al supermercado. Agarré velas y muchas frutas que se me habían acabado, estando en esta ciudad, las frutas me refrescaban bastante. Después de coger manzanas me giré para dirigirme a las fresas, pero en lugar de eso me tropecé con un chico alto, ligeramente bronceado y con dos zafiros eléctricos, que hipnotizaban, como ojos.

"Lo siento!" Dijimos al mismo tiempo. "No te había visto." Agregué.

"Fue mi culpa, venía apurado y..." Algo estaba diciéndome pero sus ojos me desconcentraron y no escuché. Si bien yo también tenía ojos azules, los de él eran por mucho más impresionantes, los mios eran palidos, sin gracia como la lejanía del cielo, en cambio los del extraño eran muy vivos, de color intenso y poderozo.

"Perdona, qué?" Volví a la realidad parpadeando muchas veces.

Él se rió (oh Dios mío! Tenía una risa tan sexy! Pero con su toque de dulzura que... Ok, si no quiero volver a desconcentrarme tengo que parar de pensar en sus encantos).

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