Aubrey~Mi verdadero yo~

8- Él no te merece

-¡Aubrey!- dice mi padre saliendo de si habitación- ¿Por qué no estás en la escuela?- dice asombrado para prácticamente empujarnos a los 3 hacia la salida y pasarme mi bulto, y una mandarina que me comería en el camino

(...) En la escuela...

Nos tuvieron que dar pases de entrada por llegar tarde y así poder entrar a los salones

-Esto es su culpa- susurraEbe seria- ¡Gracias!- dice riéndo suavemente para que la profesora no escuchara

-Este podría ser el mejor año de mi vida- le digo a ella también en un susurro

-Lo sé, por eso podríamos llegar tarde todos los días y no pasar...

-Tosidos falsos- señorita Anderson, ¿podría hacer silencio?- yo asiento y simulo escribir algo rápidamente en mi cuaderno

-Psss- dice Jayden y yo volteo a verlo- ¿tienes la 4?- susurra pidiéndome las respuestas

-Ugh, 275

-Señor Stevens, ¿usted también?- nos ve desafiante- a la próxima los saco de mi clase, ¿Quedó claro?

-Como el agua- respondo algo fastidiada

-Psss... rubia- susurra de nuevo- ¿y la 5?

-¡Suficiente! A La Oficina de la directora

-¡Pero no hice nada!- respondo a causa de su injusticia

-¡Sin peros! ¡Afuera!

Ambos salimos con cara de "lo siento"

-¿Qué quieres hacer?- dice coqueto

-¿Ir a La Oficina?- digo obvia

-¿En serio irás? La vieja no sabrá si fuimos o no

La verdad es que eso era cierto, en primaria, Phoebe siempre lo hacía , yo me enteraba porque volvía al salón con gomitas de la cafetería

-En tal caso, ¿Quieres ir a la cafetería?- él asiente con una sonrisa y bajamos las escaleras hasta llegar a esta- Un brownie por favor

Al segundo en el que la cajera iba a pronunciar el precio...

-Yo invito- dice rápidamente y yo sonrío

-Es muy gentil de tu parte, Jayden

-Un caballero siempre debe complacer a una dama, ¿no es así?- yo río asientoendo con mi cabeza

Nos entregaron el brownie y las galletas que pidió Jayden

Y caminamos el resto del primer periodo por todo el colegio, claro, sin que los profesores nos vieran

(...) En el recreo...

A penas sonó la campana, se escucharon tantos pasos apresurados de todos, que parecía una estampida de elefantes en vez de estudiantes

-Hola, preciosa- dice la ya reconocida voz de Aaron tras de mí- ¿Cómo amaneció la bella durmiente?

-Bien, y ¿cómo amaneció el bello durmiente?- reímos y él asiente