Hay que ser perras.

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Pude ver las manos de herman dentro de la puerta de mi habitacion, es que acaso el solo me  quiere para molestarme ó para algo  más
- ¿ Podemos hablar?- Suavizo su voz  y  en lo que me decia eso acomodaba sus mangas de una manera limpia y pulcra, sus pomulos eran suavez, su nariz afilada, esa manera de relajarme.
- Se supone que deberias estar con Karla en estos momentos, es lindo que te preocupes pero no te lo pedi.
- se que no me lo pediste, pero necesito que me cuentes de estos sintomas que te dan al momento de que
- No me pasa nada Hermán, estoy bien, por favor vete.
-Mel, esto que te diagnosticaron es fuerte y no puedes con esto sola.
-¿sola? ¡Quien dice que estoy sola!- senti una corriente de energia y unas gamas de soltar una super bofetada, una donde dejara los cachetes , me aleje de el para no sentir mas coraje del que ya cargba en mi, pero el solo me arrastraba a que siguiera en el juego de sus provocaciones, el solo el,
Sabia que esto que estaba pasando me estaba lastimando.
Senti que el estuvo apunto de tomar mi muñeca, pero era tanto el coraje que le solte un puñetazo para que me dejara tranquila, pero desgraciadamente el lo esquivo, me tomo de ambos hombros y me recargo en la meza, trate de desafanarme y sentirme tranquila, pero mis esfuerzos fueron embano, me senti tan mal, hasta ver que me solto, por una vez en mi vida no puse resistencia a mi movimiento..
-¿Ahora si me vas a escuchar?
Solo senti como se aparto de mi
Dejandome libre de hacer mis movimientos.
- Herman, yo no quiero volver hablar de nada de esto.

Tentaciones oscuras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora