La maldición [BL/Yaoi]

Bendiciones para un maldito [Parte 1]

Solo queríamos decir que si un capítulo empieza sin que se mencione quien narra, el narrador será Percy. Cuando haya un cambio de narrador pondremos "XX POV".
Eso es todo, las otras advertencia deberían estar claras. Esperamos que os guste.
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El agradable sonido de las olas y el olor a salitre provocaron mi despertar. Miré confuso a mi alrededor, intentando comprender donde me encontraba, hasta que logré recordar, que esa era la playa en la que mis padres se conocieron.

El cielo completamente despejado y la fresca brisa marina hacían de ese lugar un paraíso terrenal para mí; tranquilidad era lo que necesitaba, debía aclarar mis pensamientos.

Dentro de veinticuatro horas debía abandonar permanentemente el lugar que fue como un segundo hogar para mí, y si eso no era poco, no tenía un lugar al que ir.
Ciertamente podría ir con mi madre pues a ella no le importaría, lástima que ya no esté aquí.

Hace seis meses que ella murió, os preguntareis la causa, fue mi culpa.

Flashback:

Estaba visitándola, estábamos pasando una agradable reunión familiar cuando algo rompió la puerta principal y nos golpeó. Caí sobre la mesa que acabó rompiéndose mientras mi madre se estrelló contra una de las paredes, el monstruo se acercó con rapidez a mi madre y la agarró por el cuello.
Me le levanté un poco aturdido por el golpe, alcé la mirada y palidecí ante lo que veía, solo pude observar como la piel de mi progenitora comenzaba a aclararse hasta que todo su ser quedó oculto por un fina capa de piedra blanca.
Sus últimas palabras, «Te amo mi niño, sé feliz», me despertaron de mi shock y cuando me di cuenta, la cabeza de ese ser ya rodaba por el suelo de mi amado hogar.

Solté la espada y me agaché abrazando la fría estatua en la que se había convertido mi madre, ese día fue uno de los peores de mi vida; ella jamás volvería, la había perdido para siempre.

Fin del Flashback

Por culpa de Medusa perdí a mi madre, por ser un semidiós, por ser yo.

Alcé mi rostro dejando que regueros de lágrimas descendieran por mis mejillas, finalmente me había roto; es gracioso, al parecer Leo no era la séptima rueda, lo era yo.

Unos cálidos brazos me rodearon,  el olor a mar se intensificó sacándome de mis depredivos pensamientos.

- Poseidón... -susurré intentando girarme, pero el dios no me lo permitió.

- No te gires hijo -dijo mi padre abrazándome con más fuerza-. No sabemos el alcance de la maldición.

Asentí un poco deprimido y mirando al horizonte le pregunté.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿Acaso puede haber otra razón que ver a mi hijo favorito? -respondió Poseidón divertido.

- Padre...

- Está bien, me he enterado de lo del campamento -dijo suspirando, no pude evitar tensarme ante la mención de ese lugar.

- ¿Tú también crees que soy un monstruo? -pregunté inseguro.

- ¿Crees que te abrazaría si lo pensara? -respondió mi padre, iba a contestarle cuando me interrumpió-. Mejor no digas nada.