Capítulo 31- La cruda realidad (Vercy)

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POV VERO

Estaba sola en casa pensando en nada, Lousine se había ido desde hace ya un rato, ella es muy amable y es una buena amiga, me ha confesado sus sentimientos varias veces pero ambas sabemos que no podemos tener una relación, sería extraño y es lo menos que me apetece en estos momentos

Resulta que hace dos días me enteré de que en realidad si estoy embarazada, me da rabia porque ahora voy a pasar todo eso sola, el embarazo, las náuseas, los cambios de humor... realmente no lo pasaré sola, lo pasaré con mis hijas, que es aún peor, no me malinterpreten pero si ya es difícil llevar y educar a dos niñas, imagínenselo embarazada, entre el bebé y ella van a agotar todas mis energías

-¿Dónde se habrán metido?- susurré mirando el reloj, eran las 21:00pm, Lucy se había llevado a las niñas hacía bastante rato, sé que esto es difícil para las niñas pero deberán aceptar que su madre y yo ya no estamos juntas, lo que Lucy hizo es imperdonable, realmente no se me ha pasado por la cabeza la idea de perdonarla, porque, aparte de engañarme, me lo dijo de una manera tan simple...

Parecía que no le importaban mis sentimientos

El timbre de la casa sonó sacándome de mis pensamientos, casi corrí a abrir la puerta deseando que fueran mis hijas, y gracias a dios, así fue

-Mami- dijeron ambas abrazándome

-Hola pequeñas- dije dejando un beso en la cabecita de cada una, Hailee casi trepó hasta quedar enganchada a mi cintura y yo reí acomodándola en mis brazos, Emma por su parte decidió situarse en mi otro costado abrazándome firmemente

-¿Podemos hablar?- susurró Lucy nerviosa, yo simplemente asentí para luego ver como Hailee se quedaba dormida sobre mi hombro

-Pero primero voy a acostarlas- dije y ella asintió entendiendo, la dejé pasar a la casa y cerré la puerta para luego caminar con mi hija pequeña en brazos hasta su habitación, Emma y Hailee compartían habitación porque realmente, nuestro departamento no era muy grande, solo tenía tres habitaciones, una era la mía, otra la de mis hijas y otra era el despacho que antes Lucy utilizaba para trabajar

Acosté a mi hija con cuidado y la arropé mientras ella se hacía una bolita bajo las sábanas, caminé hacia la cama de Emma y dejé un beso en su frente para luego arroparla

-Buenas noches mi amor- le susurré y ella sonrió

-Buenas noches mami- dijo de vuelta y salí de la habitación con cuidado para no hacer ruido, apagué la luz y cerré la puerta con mucho cuidado, una vez fuera de la habitación de mis hijas, suspiré, sabía que ahora me tocaba enfrentarme a Lucy y realmente no me apetecía nada, pero debía hacerlo

-¿De qué quieres hablar?- pregunté llegando al living donde ella se situaba

-A ver...- susurró, me senté en uno de los sofás y ella imitó mi acción sentándose frente a mí –Vero, yo no quería hacerte daño, no era mi intención, yo te amo, te amo muchísimo pero... sentí que la llama de nuestro matrimonio se apagó, no hacíamos nada más que hablar de las niñas y del trabajo, me aburría, necesitaba salir, respirar nuevos aires, sentirme viva...- comenzó a decir mientras la miraba atentamente –El destino es caprichoso y resultó ser que Lauren se encontraba en la misma situación- sus palabras me desconcentraron, ¿que tenía que ver Lauren en todo esto?, cierto, Lauren y Lucy estuvieron liadas, ella misma me lo confesó el mismo día que la boté de casa –Comenzamos a hablar y coincidíamos en muchas más cosas de las que pensábamos, nuestros gustos, aficiones, nos iban las mismas cosas, incluso los mismos juegos sexuales. Un día salimos temprano del trabajo, Lauren me preguntó que si me apetecía una copa y yo acepté, al fin y al cabo a ambas nos encanta el alcohol, pero también a ambas nos sienta fatal, nos emborrachamos, esa noche bebimos hasta estar lo más ebrias posible, también fumamos, estábamos horriblemente mal, y... esa noche... nos acostamos...- sus palabras se clavaban en mi corazón como estacas, no solo no había sido capaz de decirme que no estábamos bien, que se aburría, que la monotonía nos estaba consumiendo, sino que tampoco fue capaz de decírmelo en su momento, y lo que es aún peor, yo no me di cuenta

-Lucy...- traté de cambiar la conversación, esta no era de mi agrado, me herían sus palabras

-Déjame terminar- susurró y asentí a desgana –Eso fue hace como dos años...- dijo y mis ojos se abrieron como platos, tengo más cuernos de los que había imaginado –Fue en uno de los viajes de Lauren, a Estambul, un viaje al que la acompañé, te dije que tenía un desfile en Estambul, no sé si lo recuerdas- dijo y asentí -no era del todo mentira pero tampoco era del todo cierto, volví un par de días antes que ella porque no queríamos levantar sospechas, estuvimos allí casi tres semanas y fueron tres semanas geniales, hicimos de todo sin importarnos nada, Lauren y Camila en ese entonces no estaban muy bien y Lauren quería distraerse, y yo la distraje...- susurró algo avergonzada, analicé sus palabras, Camila... ¿Ella sabrá todo esto? ¿Sabrá que lleva tres años viviendo engañada?, pienso llamarla para contarle todo esto, no pienso dejar que estas dos perras se salgan con la suya

-Lucía, sigo sin entender por qué mierda me cuentas todo esto- dije molesta y ella negó

-Necesitaba contártelo, sentía que debías saberlo, me sentía fatal, llevo cargando con ese peso tres años y créeme, no es agradable... pero tan solo déjame acabar Vero...- dijo y volví a quedar asombrada, ¿Esto seguía? –Lauren estaba mal por qué se sentía culpable de engañar a Camila después de todo lo que había pasado, así que dejamos las cosas estar... dejamos de tener esos maravillosos encuentros hasta meses después, en París, allí volvimos a mantener todo tipo de encuentros sexuales, era exitante teniéndote a ti y a Camila a tres pasos, cuando Camila vio la foto del beso Lauren me lo contó y dejamos de vernos, porque Camila podría descubrirnos, pero hace tres meses volvimos a las andadas, esta vez no solo entre nosotras, sino con más gente... lo siento Vero, no era mi intención hacerte daño, lo juro...- eso me dolió aún más, quería terminar esta conversación ya y echar a Lucy de mi casa

-Lucía- dije firme –No quiero saber nada más, tus palabras me están haciendo más daño aún y no me apetece seguir escuchando- dije aguantando las lágrimas

-Vero, si te hacen daño es que aún me amas- dijo tratando de acercarse a mí

-No Lucy, aún te amo, eso es cierto, pero me duele porque he vivido engañada, me mirabas a la cara, me besabas, me hacías el amor después de haber estado con otras y eso no te lo pienso perdonar- dije señalándole la puerta –Y ahora, fuera de mi casa- dije y ella salió derrotada mientras algunas lágrimas se apoderaban de sus mejillas

-Cuando cerré la puerta me desplomé, lloré, ahogué mis gritos, evité romper las cosas a mi alcance solo para no despertar a mis hijas, estaba molesta, dolida, herida, pero si algo puedo asegurar es que Lucía Vives no volverá a hacerme daño y destrozarme nunca más

Subí corriendo a mi habitación y marqué el número de Camila en mi celular

-Camila... siento despertarte pero tengo algo muy importante que decirte...- dije cuando Camila respondió a mi llamada, ella debía saberlo

POV LUCY

Había tratado de hablar con Vero, traté de contarle todo desde el principio para ver si así me perdonaba pero no....

Salí de la casa y vagué sin rumbo fijo por las oscuras calles de Miami, me dolía no poder recuperar a mi familia

Ese bebé que lleva Vero dentro, de alguna forma es mío, es mi bebé, al igual que las dos pequeñas que yacen dormidas en sus pequeñas camas, son mías, vero no quiere aceptar que ella me ama, que no va a poder vivir sin mi

Pero se lo pienso demostrar

Va a ver que me necesita para vivir, que me necesita para cuidar de las niñas, que me necesita para sentirse amada, soy igual de importante para ella que ella para mí, y se lo pienso demostrar, ella es mía. 

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Si este capítulo llega a diez comentarios haré un maratón de dos capítulos más, uno solamente sobre Sofía y otro sobre las Camren, siempre con la condición de que los tres capítulos lleguen a diez comentarios  

Thinking About Perfect Love (Camren) Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora