Acostumbrate

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Sin duda alguna no estaba de humor, no quería estar ahí, era suficiente con saber que su padre había muerto y que ni siquiera pudo hablar con él una última vez, ahora no conforme con eso tendría que cuidar a su hermanastro, apenas unos segundos atrás él era hijo único! Qué carajo estaba pasando ahora, en su mente su juntaron varios vulgares e irracionales insultos hacia el chico a su lado, no lo conocía pero era eso mismo lo que le ponía los nervios tan tensos, la explicación acerca de los planes de su padre siguieron con fluidez aunque en su mente Jung ya planeaba una estrategia para deshacerse de su hermanito, no podía quedárselo no estaba dispuesto a eso, por un momento le paso por la mente decirlo ahí mismo ¡Que te jodan! No te quiero cuidar, pero a pesar de todo sintió que no era el momento.

-Muy bien, entonces ya que lo saben espero que se puedan entenderse bien, mañana mismo les daré los papeles necesarios para el traspaso de la empresa y los bienes de la familia.- el señor Lee realmente parecía calmado, ¿acaso no pensaba que esa decisión afectaba demasiado a Jung? Su estilo de vida cambiaria por alguien ajeno a él.
El joven chico asintió con la cabeza mientras mordia su seco labio inferior, se levantó y dio Una reverencia. -Entiendo, iré a empacar-
Salió casi huyendo del lugar como si estar ahí le robara el aire.

Una vez que estuvo a solas con el señor Lee lo cuestionó acerca de algo que lo llevaba molestando desde la impactante noticia recibida, -Disculpe, ¿mi padre sólo dejo eso para mí?- con eso hablaba de las ordenes echas no precisamente del chico adjunto en el testamento, -Hmm, sin duda es un joven muy perspicaz, tome-, acto seguido el abogado le dio una carta en sus manos aún sellada, en el sobre se podía apreciar perfectamente la elegante escritura de su padre.

-Ni siquiera yo sé cuál es su contenido, tengo entendido que su padre la escribió hace años para usted, pero al no saber si sería bien recibida no la envió.- en los ojos de aquel hombre se reflejaba una clara tristeza, posiblemente por el hecho de que el difunto señor Jung no se sintiera con la confianza de mandar una simple carta a su hijo.

-Gracias…- el hombre le palmeo el hombro y le dijo al oído, -Muchacho, sé que eres un buen hombre, ayuda al pequeño Kim, la perdida de tu padre realmente lo afecto, para él es el único padre que conoció.- se separo dándole una cálida sonrisa.

Las palabras dichas lo desconcertaron un poco, como si lo llamara con el pensamiento frente a él apareció un cabizbajo Jaejoong, con una pequeña maleta en su mano, que lo miraba fijamente mientras se recargaba en la pared del pasillo., -Umm, hola- su tímida voz inundo sus tímpanos, -Así que te llamas Yunho, lamento...-por un momento las palabras parecieron atorarse en su garganta pero aun así prosiguió, -lamento la muerte del Señor Jung.- en su mirada se filtraban ligeras gotas cristalinas de un salado liquido, rápidamente oculto sus ojos con su cabello mientas bajaba la cabeza.

-¿Señor Jung?, tengo entendido que lo llamabas padre.- Yunho no tenia intenciones de ser amable, pero que pensaran que debían contenerse ante él era algo que lo irritaba, ese muchacho no lo conocía como para pensar que era tan sentimental parta molestarse al escucharlo decirle “padre”.

La mirada de Jaejoong bajo aún más hacia el suelo ese movimiento irritó a Yunho, -Escúchame bien, no lo repetiré otra vez, no me interesa la relación que tuviste con mi padre, tampoco me importa si le decías papá abiertamente, no soy un crio como para que cuides tus palabras al dirigirte a mi o a la muerte de mi padre ¿acaso me piensas que soy tan débil como tú?- las palabras del más alto asombraron a Jaejoong, pensó que sería amable como su padre pero no era así, durante la lectura del testamento se percato de que la mirada de Yunho se parecía a la propia, tan profunda y amarga, como si estuviera acostumbrado al dolor y que la ira fuera el único medio para hacer saber sus sentimientos, al sentir esto pensó que sería por la muerte de su padre, que la tristeza inundaba verdaderamente todos sus sentidos, pero ahora que lo veía de nuevo y al escuchar sus palabras sabia que se había equivocado, él no tenía un lado amable, no era la situación la que ponía sus ojos de esa manera, ese semblante estaba endurecido como si esa fuera su forma natural, frunció el seño al entender las palabras que había dirigido hacia él, - No estaba midiéndome y déjame decirte que tu tampoco me conoces como para llamarme débil- su tono de voz iba aumentado gradualmente al mismo tiempo que sus manos se cerraban en puños por el enojo que se acumulaba en su cuerpo, -Realmente eres como los rumores dicen un prepotente egocéntrico que juzga todo sin saber nada, realmente no quería creerlos pero veo que no están alejados de la realidad.-

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