Jimin estaba en la plena flor de la juventud. Contaba con quince años, se caracterizaba por ser un joven listo e inteligente, pero eso no era todo, era magníficamente adorable. Desde pequeños hasta grandes detalles, como su vestuario y actitud.
Esa fue la razón de aquel llamado para la ayuda, colectando dinero para su instituto. Era un trabajo especial para aquel diminuto joven. Pues se trataba de un puesto de besos para la popular feria escolar.
Si bien, se sabía que Jimin era un chico popular entre ambos géneros, no había discusión cuando se trataba de él. Los chicos lo veían como una figura totalmente pasiva, perfecto para la dominación, querían corromper al pequeño Jimin queriéndole arrebatar su inocencia.
Su maestra fue la primera en alzar la voz para la votación, y Jimin fue el finalista.
Como decir que no estaba nervioso si obviamente, lo estaba. Era la jodida primera vez que recibiría su primer beso, y estaba triste por no recibirlo de alguien especial.
No le quedaba de otra, los aprovechados de la directiva iban detrás suyo insistentes para que participase, era un joven codiciado por la sociedad.
Sus manitos temblaban y estaban heladas, tenía que calmarse lo más pronto posible antes que se sienta desfallecer ahí mismo en pleno beso.
Recordó que dentro de su mochila, se encontraba la bosita transparente rosa con un osito impreso, totalmente "femenino", en donde contenía las paletas sabor cereza que le compró su madre hacía unos tres días anteriores.
Corrió rápidamente hasta su salón, sus piernas se sintieron flaquear pero eso no fue un impedimento para conseguir su objetivo.
Con desespero, sus manos y dedos revisaban por todos lados sin saltarse un huequito de su mochila hasta que dio con él. La bolsita parecía sonreirle cómplice.
Con ansiedad, quitó la envoltura azul para seguidamente, sacar una paleta e introducirla en su boca. Disfrutaba ese sabor agridulce, refrescante y con fuerte sabor a cereza que minaba toda su cavidad bucal.
Su lengua daba pequeños paseos por toda la extensión del caramelo macizo dulce. Sus labios ya parecían tener un tono rojo más fuerte de lo usual, casi el tono cuando es invierno y no existiese ningún suéter.
Se sentía tan agradable para Jimin, había cerrado ambos ojos para tener control de no masticarlo. Porque sí, le era tan difícil... El mantener un dulce entero hasta el final.
Un llamado de su maestra de artes lo interrumpió de tal disfrute celestial, y sin más, terminó por mascar el caramelo y tirar el palito sobrante en un bote de basura, rumbo a la salida.
La gente ya estaba haciendo fila, cuchicheaban entre ellos con el mismo fin, saber cual era el sabor de los carnosos labios del rubio. Era ya bastante tarde cuando Jimin se dio cuenta que haber aceptado, fue una estupidez.
Pero fue su decisión y tuvo que aceptarlo. Aceptar besos ajenos, de labios que quizá ya hayan besado muchos antes y luego estaba él, virgen en todo sentido.
Primera parte de tres, un poco corto pero en fin... Mañana subiré la segunda parte. Espero que les guste beias personitas~
By: Abby
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Cerezas | KookMin | ThreeShot
Short Story"Donde a Jungkook le gustan las cerezas, su color y su sabor. Los labios de Jimin sabían igual que las cerezas y eso le encantaba." © Historia Original | Contenido Homosexual Autora: Yo | Abby | LaTiaAbisita ⚠Jimin pasivo, Jungkook activo⚠ ⚠Historia...