First Kiss 3/3

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Los billetes eran metidos en forma de rollitos directo hacia el huequito de la caja, uno tras otro sin parar.

Pero había algo mal, de pronto los billetes dejaron de meterse  hacia la alcancía.

Jimin seguía llorando tal como  niño pequeño a quien le arrebataban su rica paleta de caramelo. Sus ojos estaban hinchados y no había nada que hacer por él, su amigo Jin ya sabía su personalidad y tenía fuera de su alcance el consuelo, pues Jimin no pararía su llanto fuese como fuese.

El joven Park pasó por alto la presencia de un cuerpo fornido a un metro suyo de distancia.

—Para ya de llorar—. Frente a su cuerpo estaba Jeon, con una voz fuerte y decidida, aún si hablaba con el rubio no dejaba se mirar su celular como si fuese la cosa más interesante de todas.

—¡N...no puedo!—. Mordía su labio inferior con ansiedad tratando de calmar su sufrimiento.

Jungkook movía sus dedos en la pantalla, parecía estar jugando al popular juego de candy crush.

—Oh vamos, no es tan difícil—. No le prestaba total atención al rubio.

Ambos estaban sólos, Jin se había marchado y al parecer casi toda la escuela había desaparecido ya que era de noche.

—Tú no entiendes—. Sus bracitos quedaron en ambos costados y sus manos se formaron en puños—. ¡Yo... Yo cuando lloro no puedo parar!—. Sollozaba una y otra vez “tratando" de mantener la calma.

Jeon suspiró alejando el celular de su vista y lo apagó, guardándolo enseguida en su bolsillo derecho. Aquel chiquillo ya lo estaba molestando por tan infantil actitud que tenía.

Caminó un paso más y apoyó la mitad de su cuerpo en la mesa, su mano alzó su barbilla y rápidamente lo besó.

Jimin enseguida paró de llorar pero las últimas lágrimas que fueron derramadas de sus rasgados, ahora sorprendidos ojos, convertían el beso dulce a una combinación salada.

Jungkook atrajo más a Jimin con su mano posandola en su cabellera sedosa, profundizaron el beso a tal grado de que el pelinegro ingresó su lengua a la cavidad bucal del rubio mordiéndole intencionalmente el labio inferior, a lo que Jimin lo recibió inexpertamente y con un gemido de sorpresa.

Jimin cerró sus ojos, disfrutando del beso, quizá si no fuera por Jungkook nunca habría recibido su primer beso.

En cambio Jungkook, estaba absorto entre esos carnosos labios color rojos, tan suaves y manejables, tibios, calientes e inexpertos. Todo era magnifico, su sabor, su color, la suavidad y la timidez con la cual le era recibido. Pero lo era más ese encantador sabor a cereza que tanto lo atraía.

Ambos se separaron por la maldita falta de aire en sus pulmones. Un hilo de saliva quedó entre ambas bocas como signo de tan placentero beso.

Jungkook se separó de Jimin y lo miró, fue la imagen más tierna pero a la vez tan caliente que había visto. El vendedor de besos estaba con la boca entreabierta y con los ojos cerrados de par en par, sus pestañas cortas descansaban sobre sus mejillas coloradas de un tono rosa dulce y los mechones de su cabello estaban abanicados producto de aquel viento invernal

Poco a poco, el rubio abrió los ojos encontrándose con aquel chico que sin esperarselo, robó su virginidad labial.

Lo miraba con ojos brillantes, era obvio que le había gustado y quería seguir.

—Paraste de llorar—. Jeon sonrió tiernamente, sus ojos se encogieron formando lineas a los lados que le daban un aire infantil.

—Ese fue... Mi primer beso—. Dijo susurrando, casi sin habla.

Jungkook lo miró divertido y sacó un billete de su cartera, para luego meterlo en la caja.

—Espero poder ser el último también —. Se acercó nuevamente y rápido le dio un casto beso sorprendiendo a Jimin. Se separó y se fue, no sin antes guiñarle un ojo y robarle otro beso.

Quizá después de todo, al pequeño Park Jimin le fue mejor de lo que esperaba.

Cerezas | KookMin | ThreeShot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora