Pi pi pi
El molesto sonido del despertador fue quien me despertó de golpe. Casi lo tiro contra la pared para no tener que escuchar de nuevo ese maldito pitido del demonio, pero luego recordé que mi madre me mataría si lo estropeo.
Me levanté perezoso de la cama, estirando mis articulaciones antes de caminar hasta el baño. Mi reflejo en el espejo se veía horrible, mi pelo castaño no podía estar más despeinado y las ojeras que traía se notaban demasiado. No debí de irme tan tarde anoche, soy idiota.
Ya estaba duchado cuando volví a mi habitación. Entonces, recordé que hoy tenía una excursión a la montaña. Nos dejarían varios días de acampada en el monte. Un asco.
Me vestí con unos pantalones que mi madre se molestó en comprarme; especiales para andar por el monte, una camiseta blanca y por encima, una sudadera gris de algodón y con cremallera. En los pies me puse unas viejas botas de montaña y así, bajé para desayunar. Mi madre me había preparado un plato de tortitas y una humeante taza de café, cosa que yo agradecí en el alma porque me moría del hambre.
—¿Tienes ganas de ir a la montaña, hijo? —preguntó mi madre con una sonrisa divertida, sabiendo que yo odiaba todo lo relacionado con el barro y las montañas. Rodé los ojos con cariño, comiendo un trozo de mis deliciosas tortitas.
—Ya sabes que no, mamá —contesté.
—Bueno, tu procura pasarlo bien. Y ya sabes, ten cuidado. Siempre siguiendo a los monitores y no se te ocurra separarte del grupo —advirtió mi madre. Yo solo asentí, como hacía cada vez que me sermoneaba o me advertía de algo. Típico de las madres, asegurarse de que llevas todo lo necesario.
—Sí, mamá.
—¿Metiste la crema solar en la mochila? No quiero que llegues todo rojo y quemado por el sol, cariño.
—Sí, mamá.
—¿Las pastillas para el mareo? Los viajes largos en autobús suelen dar dolor de cabeza, Louis.
—Sí, mamá. Anoche las metí.
—Oh, ¿Y el repelente para mosquitos? Tienes una sangre muy dulzona y los mosquitos te acribillarían. Ya sabes que tú eres propenso a las picaduras, amor.
Rodé los ojos una vez más.
—Sí, mamá, sí. Metí todo en la mochila. No te preocupes —terminé de desayunar y fui a cepillarme los dientes. Seguidamente, me colgué la mochila a los hombros y escuché la bocina del auto de Zayn—. Bueno, mamá. Yo ya me voy. Prometo portarme bien. Te extrañaré.
Tenía la mano puesta en el pomo de la puerta cuando ella dijo:— ¿No se te olvida algo?
—No, mamá. Metí todo lo que-
—¡Mi beso, William!
Me acerqué a mi madre y la apreté entre mis brazos, riendo cuando ella me cogió de las mejillas y dejó un beso en mi frente.
—Pásalo bien, cariño.
—Claro, mamá. Te quiero —besé su mejilla y salí por la puerta.
El ford negro de Zayn estaba estacionado justo en frente de mi puerta. Sonreí cuando ví a mi rubio amigo asomarse por la ventanilla trasera. Rodeé el auto y subí en la parte de atrás, junto a Liam y Niall. Por suerte, el coche era grande y espacioso y no teníamos problema para entrar los tres.
—Qué ganas de andar entre barrizales y senderos llenos de lodo, ¿Verdad, Lou? —ignoré las necias palabras de Harry.
Es un estúpido.
—Pues yo no tengo ganas —contestó Niall—. Pasaremos horas y horas caminando por un sucio bosque. Que flojera me da solo de pensarlo.
—A mi si me apetece. Es un recorrido bonito y el profesor Samuels dijo que podríamos ver y tocar las ardillas —los ojos de Liam se iluminaron, y no me sorprendió su reacción teniendo en cuenta que Liam era un gran amante de los animales.
—Tienes un montón de ardillas en el parque, Liam —dijo Harry.
—No importa, Harry. Él quiere ver las del bosque —defendió Zayn.
Miré a Liam de reojo, sus mejillas estaban encendidas y podía ver como presionaba su labio inferior con los dientes.
Minutos más tarde, llegamos al instituto y Zayn estacionó a pocos metros de la entrada. Nuestro curso estaba reunido en el patio, y había un par de autobuses allí aparcados.
El profesor Samuels nos ordenó juntarnos por parejas, y me sorprendí cuando vi que Liam se había emparejado con el moreno. Él solo me sonrió con nerviosismo y tuve que encogerme de hombros y aceptarlo. Tendría que buscarme otra pareja. Miré a Niall, para mi mala suerte, ya se había juntado a una chica castaña.
¿Me habían dejado solo? Perfecto. Gracias, amigos míos.
—Tomlinson, ¿Tiene usted pareja? —me volteé cuando escuché la voz de mi profesor. Negué con la cabeza, maldiciendo internamente cuando me percaté de la presencia de Harry a un lado del profesor de educación física.
Mierda.
—Bien. Entonces irá con Harry Styles. Son los únicos que quedan sin emparejar —después de eso, se alejó. Miré a Harry con los brazos cruzados.
—Se supone que tú ibas a ir con Ashton —murmuré, muy molesto y fastidiado.
—Tú lo has dicho. Se supone. Pero Ashton me mandó un mensaje diciendo que no vendría porque su abuela enfermó y tenía que cuidarla mientras sus padres no estuviesen —explicó, todo con una de sus sonrisas chulas y prepotentes.
Que idiota. Como lo odio.
—Me da igual —caminé hacia el autobús con él pisándome los talones—. Yo iré al lado de la ventanilla.
Una vez dentro, me senté y procuré ignorar la mirada divertida de Harry. ¿Acaso le daba risa verme cabreado? Si pudiera, le golpearía en la cara y borraría esa estúpida sonrisa. Maldito estúpido.
El autobús ya se había puesto en marcha, y yo no despegaba mi vista de la ventana. Por suerte, Harry no decía nada. Fue un trayecto incómodo, realmente incómodo. Se notaba la tensión en el ambiente y agradecía que tuviese la boca cerrada.
Una hora después, yo estaba medio dormido. Todo hasta que sentí el flash de una cámara apuntarme de cerca. Abrí lo ojos y fruncí el ceño cuando vi a Harry apuntarme con su celular. Le di un manotazo, intentado arrebatarle el aparato, pero fallé en todos los intentos.
—¡Borra eso, Harry! —chillé, golpeándolo por todos los lados. Él solo reía y le pedía ayuda a Zayn, quien estaba detrás de nosotros, sentado junto a Liam.
—Maldito enano, deja de golpearme —rió Harry, cubriéndose la cabeza con sus brazos. Yo seguí hasta que me cansé. Me había desahogado, para que mentir.
Le di un último golpe en el brazo y sonreí.
—Au —se quejó, sobándose la parte afectada. Yo volví a recostarme en el asiento, con el celular encendido. Entonces, me llegó un mensaje de Liam.
Liam: loouuuu, ha roto con la perra!! 😁😍👏❤❤❤❤❤❤
Louis: en serio? 😮
Liam: siiiiiiii!!! 😇
Louis: estarás contento, no? 😏
Liam: tu qué crees?!?!? 😻🙊
Louis: a por él, Payno 😎
Liam: 😳
Miré hacia un lado cuando me di cuenta de que Harry estaba leyendo mi conversación con Liam. Su boca y ojos estaban abiertos como platos, y una sonrisa perversa apareció en su rostro.
—Ni se te ocurra decirle nada a Zayn —murmuró—. Por favor. Liam me matará.
~~
Lo siento por la espera❤❤
ESTÁS LEYENDO
Perdimos el control (Larry Stylinson)
FanfictionDos enemigos perdidos en el bosque. Nada bueno puede pasar.