Alexandro.
—Coja ese mortero y salga ahí a matar Nazis y a devolver la paz a América.
El salio ahí y dijo ''Vamos equipo, estos tíos quieren tragar balas''.
Durante aquella batalla estuvieron refugiados 9 horas en un búnker.
Dejaron de escuchar disparos y salieron corriendo hacia un avión para volver a casa.
Durante 2 horas de vuelo los nervios les carcomían y, al llegar a casa se aliviaron.
Volvieron felíces, pero no sabían que la guerra solo había empezado. Lo celebraron y disfrutaron gloriosamente.
Entonces el almirante Jhona exclamó.
-¡Eso es, ah, el gobierno me dijo que le ascienden a coronel!.-
Entonces, su fiesta había empezado.
