Lo que cuentan en las calles

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Muchos ancianos de Sehjordhen y de las provinicas cercanas creen que hace mucho tiempo en una isla, cuyo nombre es Urojsebaka, vivió un ser que tenía la capacidad de conceder los anhelos de las personas que se atrevieran a hacer un viaje tan largo para lograr que sus sueños se volviesen realidad. Antes de empezar el viaje, todos los aspirantes debían de estar enterados del hecho de que probablemente no volverían a sus casas, no volverían ver a sus seres queridos e incluso, no volverían a ver la luz del día.

Todos aquellos a los que les interesara cumplir con lo que les decía su codicioso corazón simplemente debían de iniciar un viaje sin un rumbo fijo, ir hacia donde su instinto los llevara. Pero no todos eran dignos de que sus sueños más profundos fueran hechos realidad; y era ese momento en el que el guardián de la isla perdía a los aspirantes. En algunos casos, sus barcos eran hundidos por tremendas tormentas que sucedían sin aviso alguno, en otros casos, los barcos naufragaban en islas completamente vírgenes, y se dice que muchos morían ahí; se volvían locos de tan solo pensar en el viaje que los había llevado a ese punto.

Así fue como los viajes cesaron. Simplemente, ya nadie tenía el valor de ir en un viaje a buscar la isla que haría de sus vidas más fáciles, y todo quedo como un simple mito; el mito de la isla en la que vive un ser que cumple deseos, en donde solo tienes que empezar un viaje en el que nunca sabes cuando terminaría.

Muchos de pequeños formábamos grupos haciendo planes para ir en busca de esa isla, encontrar al guardián y así, darle forma material a sus sueños etéreos; Esa era la forma en que pasábamos el tiempo, planeando un viaje que nunca se haría realidad ya que al crecer, la mayoría de mis amigos perdieron el interés en ese viaje, todos excepto mi mejor amigo, Ululani. El es un chico que además de ser mi amigo, es mi hermano. El comprende la forma en la que me gustaría pasar los próximos meses, el tiene el mismo tipo de magia que yo, pero al revés; Suena extraño, pero estamos hecho el uno para el otro.

No sólo eso, también, tenemos el mismo deseo: Ser feliz

Donde los sueños se vuelven realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora