Capitulo 2

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Escuche a lo lejos mi nombre y abrí mis ojos. Lo primero que vi fue a mi tío que me observaba fijamente. –Tio, tuve el sueño mas raro del mundo, me decían que era un tipo de "princesa" y decias unas palabras rara y...- Mi tio empezó a reírse.- No fue un sueño ¿Cierto?- Le pregunte y el negó con la cabeza. –No pequeña, todo es cierto. De hecho no fue tu culpa. Le dije a Verónica que era mejor que yo te presentara a tu prometido. Sabia que esto podría pasar- Casi vuelvo a caer cuando escuche la palabra "prometido"

-Tío, espera, no entiendo, ¿Cómo que prometido?- Dije confundida. – Si, tu desde el nacimiento estas comprometida con el príncipe Irle y ahora que el cumplió 19 años, esta en edad de casarse y pues... aquí estas!- Me levante de a cama donde estaba furiosa, ¿Cómo podían decidir mi futuro sin siquiera consultarlo conmigo? Sentí como una energía crecía dentro de mi y de repente salía en dirección a un vaso que se encontraba cerca rompiéndolo en el acto. Mi tío se limito a recoger los restos del vaso y se acerco a mi. –Mejor bajemos a cenar ¿Si linda? Sigue siendo tu cumpleaños y aun no celebramos- Tiro lo que tenia en las manos y fue hasta mi cama donde dejo una caja con un moño y se volteo a mi –Feliz cumpleaños Emma- Fui hasta el y lo abrace fuerte –Al parecer eres el mas normal de aquí, tío- Dije mientras reía. –Bueno,- Me respondió divertido- No me he puesto mi Único pero si quieres....- -Nononono, así estas bien- Reímos y el se alejo un poco de mi soltándome. – Te espero abajo.- Me dio un beso en la frente y salió de la habitación dejándome sola. Fui hasta la cama donde seencontraba la caja y la abrí, con un bello y largo vestido azul que estaba abierto en la espalda, unos tacones negros y una tiara. Me cambie el vestido que traía puesto por el nuevo y decidí peinar un poco mi cabello dejándolo un poco rizado para colocarme la tiara. Salí de la habitación y me encontré con Irle esperándome.

-¿Vamos?- me extendió su brazo, el cual un poco confundida acepte.

–Así que.... ¿Estoy comprometida contigo?- Voltee a verlo mientras bajábamos una escaleras de cristal. Al parecer todo aquí era de cristal.

-Todavía no es oficial, hoy se supone lo formalizamos y pasado mañana nos casamos- Me detuve en seco al escuchar eso. -¿Qué pasa?- Me pregunto con el ceño fruncido.-Yo no quiero... lo siento- Dije mirándolo a los ojos, esos ojos que no sabía porque, desde la primera vez que los vi, me embrujaron, con sus destellos plateados mezclándose con ese violeta tan profundo. –Se que fui un tonto, no me presente del modo correcto y comprendo que esto no es lo que deseas, pero... es lo único que tengo. Gracias a ti podre al fin ser tomado en cuenta, me coronaran y le llevare paz a mi reino. ¿Podríamos... por lo menos intentarlo?- Mientras dijo todo esto, tomo mi mano entre las suyas que se sentían tan tibias que.. sin pensarlo, decidí aceptar. El se acerco mi mano a sus labios, dejando un suave beso en el dorso de mi mano y terminamos de bajar las escaleras. Llegamos a un salón luminoso llena de gente que al notar nuestra presencia empezó a aplaudir y mi abuelita se acerco a mí.

-Mi niña, todos aquí estamos tan felices de que por fin regreses- Observe que una señora se acerco con una copa llena de un liquido verdoso. –Es momento de que recuerdes todo lo que te rodea, pues aquí pasaste tu infancia, y comprenderás la responsabilidad que cargas. Así que por favor,- tomo la copa y la acerco a mis labios- Bebe, y recuerda. 

Desconfiada, tome la copa y la lleve a mis labios. Tome un trago y de repente sentí que todo a mi alrededor dio vueltas, tragándome en el centro, vi o mejor dicho recordé mi vida. Vi a mi mejor amigo Louis corriendo conmigo, vi a mi abuelita hablando con otra señora, vi a Irle de niño conmigo, todo paso muy rápido que cerré los ojos y al abrirlos, estaba un joven alto, de piel clara, ojos grises y cabello negro frente a mí.

-¿Louis?- Pregunte con un hilo de voz, a lo que el sonrió. –Bienvenida a casa, pitufa- Sentí como las lagrimas se juntaban en mis ojos y lo abrace fuerte. –Creí.... Creía que solo te había soñado- dije cuando nos soltamos –Lo sé, pero era necesario, no podía dejar que Syrku te encontrara.­- Syrku, el enemigo más letal de mi reino, solo de escuchar su nombre, mi piel se erizo. Iba a abrazar a Louis de nuevo, cuando escuche un carraspeo a mi lado. Era Irle. –Ok...- Dijo mientras miraba a Louis desafiante.-Ya que es el cumpleaños de la princesa.... Es momento.- Se empezó a hincar frente a mi –Querida Emma, ¿Me concederías el honor de casarte conmigo?- Saco un hermoso anillo con una esmeralda. Aunque hace unos momentos me sentía segura de decirle que si... al recordar a Louis, hizo que dudara de mi respuesta y por instinto, me acomode la tiara esperando que Louis reconociera ese simple acto, a lo que el estornudo. –Este... yo.... Si- Dije al fin y me puso el anillo en el dedo. Mi abuelita propuso un brindis y me llevo a conocer a mucha gente. Ministros, Reyes, Condes, de todo. Fue una noche tan agotadora que me retire a mi habitación antes. Al llegar a ella, abrí la ventana que daba la balcón y salí sintiendo el aire fresco. Al haber recordado, regresaron mis sentimientos hacia Louis y tenía que aclarar mi mente. Sentí una presencia ha mi espalda y voltee ilusionada con que fuera Louis pero... solo me encontré con la persona que menos deseaba.

-Syrku..- Susurre y retrocedí un paso. El soltó una gran carcajada e hizo una pomposa reverencia. –Su majestad... es un honor tenerla de regreso... ¿Qué opina de tomar un paseo?- y sin siquiera esperar, me tomo fuerte del brazo y salimos despegando como un cohete hacia la fría y oscura noche.
 

Un cuento de hadas a mi estilo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora