Premio

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Hoy es 1/5 Ushiten day y no podia dejar pasar la oportunidad de subir esto. <3



Todos saben quien es Ushijima Wakatoshi, pero son pocas personas las que en verdad pueden decir que lo conocen en verdad, quizás un poco por su infancia, lo volvieron una persona sumamente tranquila pero a la vez apasionada por el deporte.

Estaba ya a finales de la secundaria, jugaba volley, su padre le había inculcado un amor por este deporte, aun así no se sentía lleno de satisfacción, muchos hablaban de él como "insensible" por su inexpresivo rostro, en eso tenían razón, las emociones las sentía, pero su rostro no las trasmitía a los demás.

Su vida no era particularmente complicada, pero en ocasiones, como todos, había recibido duros golpes de realidad, formando así su carácter, poderoso y claro como el agua cristalina, era un chico sencillo que parecía complicado.

Uno de sus gustos era ir a un parque lejano, donde tenía la oportunidad de practicar sus saques, era una sección bastante escondida, entonces no había ningún problema con nadie, siempre iba de las 6 de la tarde hasta las 8 y media de la noche, para después correr de regreso a casa.

Estaba por ingresar a la preparatoria, a Shiratorizawa para ser más exactos, le había gustado desde que supo que el club de volleyball era muy estricto y no dejan unirse a cualquiera, quería estar rodeado de personas que solo quisieran dar lo mejor, por eso practicaba tanto.

Un día como cualquier otro llego y comenzó a practicar, golpe tras golpe con la mano derecha, su hombro dolía, y al hacer uno de otros tantos golpes uno de sus dedos se dobló provocando un dolor agudo que le hizo detenerse.

Escucho pasos, y al voltear la mirada había un chico alto, cabello rojo, con ropa de deporte y una mochila, comiendo despreocupadamente una paleta de hielo.

-Hey, ¿te lastimaste?-

-Sí, un poco -

-Demonios, tan buena que estaba mi paleta, espero no seas de esas personas que le dan asco las cosas- caminó directo a Ushijima y tomo su mano, la extendió y sobre los dedos puso la paleta esperando a que se derritiese, después de su mochila saco una botella de agua para que lavara su mano, al mismo tiempo había limpiado el palito de la paleta, por ultimo saco una toalla, seco su mano y coloco el palito de la paleta en su dedo, sujetándolo con cinta adhesiva.

-Por lo menos te servirá mientras llegas a casa-

-Gracias, no te hubieras molestado-

-No es nada, pero quizás no deberías ser tan intenso cuando estas golpeando la pelota con tu mano no dominante, ¿eres zurdo no?-

Siempre que oía esa palabra no podía evitar sentir disgusto, le ponía de malas. Pero antes de que pudiera responder algo, el chico habló.

-A mí me parece genial, aproximadamente solo el 13% de las personas en el mundo lo son, se ha llegado a decir que tienen niveles de testosterona más altos que el común, y al practicar un deporte eso debe ser bueno, ¿quieres que levante para ti?-

¿Qué posibilidad había de que alguien tan callado como él estuviera interactuando tanto con una persona que hablaba tanto? Asintió sin dudarlo, no quería dejar de practicar.

El chico paso todo el rato hablando de mil cosas mientras jugaba , sobre que había estado haciendo mucho frio, sobre la película que vio anoche, sobre pasteles, animales de peluche, no le desagrado pues se acoplaron bastante bien para los remates, sin embargo solo lo miraba platicar.

Un sonido salió de su mochila, era la alarma del celular que indicaba que debía estirar para volver a casa, esta vez el tiempo se había ido más rápido que de costumbre.

- ¿Debes irte ya?-

-Si, en cuanto haga mis estiramientos-

-Te acompañare entonces-

Al terminar de estirar comenzaron a caminar, el chico seguía platicando, pero llego un punto donde se quedó quieto y dejo de hablar.

- ¿Sabes?, fue una tarde asombrosa, ojala nos volvamos a ver un día, cuida tu mano, ¡¡adiós!!-

Coincidía con eso, fue una tarde divertida.

-Ah casi lo olvidaba, me llamo Tendou Satori, ¿cómo te llamas tú? -

-Ushijima Wakatoshi-

-Entonces, hasta pronto Ushijima-kun- agitó su brazo enérgicamente para seguir su rumbo

Y ese fue el mejor día que había tenido en mucho tiempo, pero, también el último.

Esperaba verlo otra vez, pero en su lugar continuo con sus entrenamientos de siempre, la pelota, él y la cancha vacía. Quedo solamente el recuerdo y un palito de paleta que, curiosamente, tenía un premio.


Creo en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora