Treinta

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-Creo que ya esta despertando -dijo una voz de hombre cerca de mi cabeza.

-Llama al doctor de inmediato -dijo otra, pero esta vez era una mujer.

Escuché el sonido de una puerta abrirse y cerrarse y finalmente abrí los ojos.

Una luz me hizo cerrarlos y esta vez los fui abriendo lentamente para acostumbrarlos.

-¿Shaily? -giré mi cabeza y la cara de Malia apareció ante mi. -¿Me recuerdas?

-Si -dije y mi voz sonó áspera -Me da gusto verte.

-A mi también. -me dedicó una cálida sonrisa -Y hay varias personas allá afuera a las que les gustará verte despierta.

-¿Cuánto ha pasado? -Pregunté temiendo haber estado dormida mucho tiempo.

-Tranquila, a penas un día desde que te trajeron al hospital, te tuvieron sedada para evitar que tu cerebro se inflamara más.

Asentí y la puerta se abrió de nuevo, por ella entró un médico y detrás mi tía Ann junto con Aaron.

-Bueno Shaily -habló el médico -Es muy bueno verte con los ojos abiertos.

Empezó a revisarme, al parecer mis reflejos estaban bien, al igual que mis signos vitales.

-¿Hay algún problema doctor? -Mi tía Ann se veía muy preocupada, tenía ojeras y el cabello despeinado.

-No, tranquila señora todo esta bien. -el doctor tomo unos últimos apuntes y habló de nuevo. -La inflamación ha bajado y Shaily se encuentra muy bien, no hay perdida de memoria y tampoco hay signos de alguna secuela por el golpe.

-¿Cuando podré irme? -pregunté, no había querido hablar pero necesitaba saber cuando me dejarían levantarme de la cama -Pues solo atenderemos los golpes menores y mañana por la mañana estarás lista para ir a casa. -Dijo el doctor.

-Muchas gracias -le dijo Aaron -¿Podemos hablar afuera un momento? 

-Por supuesto -el doctor asintió y salió de la habitación seguido por Aaron.

-¿Cómo te sientes mi niña? -mi tía Ann se acerco y acarició mi cabello.

-Me siento algo adolorida -dije sincera. -Pero no tienes idea lo bien que me hace saber que estas aquí.

-Shaily -interrumpió Malia -Quizá no es el momento, pero tienes que decirnos que pasó, para que podamos ayudarte.

Me quedé paralizada, de nuevo no sabía que decir, ni siquiera se me había ocurrido preguntar por mi marido.

-Mi niña, no queremos un susto mas, mucho menos que llegue a pasar algo peor. -Mi tía tenía lágrimas en los ojos.

-Yo... no... -En ese momento la puerta de la habitación se abrió de nuevo y en cuanto vi quien entraba por ella un escalofrío cruzo mi columna.

-Mi cielo -dijo August en cuanto entró, tenía la ropa arrugada como si hubiera corrido kilómetros. -A penas baje del avión y me enteré del accidente vine para acá.

-¿Avión? -pregunté.

-Si, recuerdas que hoy llegaría de mi viaje, oh mi amor, has perdido la memoria por el golpe.

-Pero si tú...

-Shhh -dijo llegando hasta mi e interponiéndose entre mi tía y yo -Tranquila, no hables, ya estoy aquí para cuidarte.

Un carraspeo lo hizo levantar la mirada y sus ojos se posaron en una furiosa Malia.

-Lo que le ocurrió a Shai no fue un accidente profesor -Malia estaba apretando los puños y mi tía se puso a su lado.

-Oh, ¿Y tienen alguna pista sobre  lo que pudo pasar? -su voz sonaba a burla.

-Aún no -dijo mi tía -Pero en cuanto Shaily declare todo saldrá a la luz.

Blanchard, tomo mi mano y la apretó sin que ellas lo notaran.

-¿Recuerdas algo mi vida? -sus ojos se posaron en los míos y sentí que me rompía los dedos.

-No -dije finalmente al borde del llanto -No recuerdo lo que ocurrió.

Mi tía y Malia bufaron.

En ese momento Aaron volvió a la habitación y en cuanto observo a mi esposo se lanzó sobre él.

-Eres un maldito cobarde. -gritó -¿Como pudiste?

August le regreso un puñetazo y se empezaron a pelear en medio del lugar.

-No se a que te refieres -dijo mi marido -Pero esto no se va a quedar así, tendrá noticias de mis abogados señor McGregor

-Oh, claro que no -dijo Aaron limpiándose la comisura de la boca por donde corría un hilito de sangre. -De mi cuenta corre que esto no se quede así.

Malia corrió a auxiliar a Aaron y ambos salieron del cuarto, mi tía Ann se negaba a separarse de mi y Blanchard solo miraba el suelo.

-Amor -dijo finalmente -Iré a asearme y volveré.

No dije nada, August le dedicó una mirada despectiva a mi tía y se fue.

De inmediato me giré a verla.

-Sácame de aquí -fue lo único que pude decir.

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