Un dígito mal le llevo a sumergirse en un mar lleno de emociones.
Denis Shaforostov & Lynn Gunn.
Agosto, 2016
By:kobatohood
Derechos Reservados
No se permiten adaptación o plagio de la historia.
Les dejo uno de los ost del drama Goblin, la cancion se llama "round and round" de Heize.
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Siempre he sufrido de ansiedad antes de una gran presentación o alguna entrevista importante, jamás me sentí como ahora me estoy sintiendo para encontrarme con una chica que conocí a través de un error en un dígito.
No podía soportar un minuto más y estar caminando en círculos mientras veo como el reloj del hotel avanzaba tan lentamente que me estaba volviendo loco.
Tomo mi cartera y miro una vez más mi atuendo, me siento como un niñito usando ropa decente que solo usarías para ir a la iglesia o a casa de la abuela.
Trato de no distraerme, joder... Me arreglé tan rápido que falta más de una hora para mi cita con Lynn.
"CITA".
La última vez que tuve una cita fue con mi ex novia, no se le puede considerar como cita ya que ella me boto antes de probar el postre.
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Al llegar al restaurante, nuestra mesa luce como si de alguna recreación de una escena de alguna película romántica se tratara.
Dios... Me siento sonrojado de tan solo ver como luce, no puedo esperar a que ella llegue y vea todo esto.
Los minutos se están haciendo cortos logrando que la espera no me deje sin aire.
Error.
La espera no me esta dejando sin aire, sino, es aquella chica que luce tan hermosa en ese vestido negro logrando hacerme olvidar de cómo se respira.
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Su sonrisa tan tímida en esos labios rojos que me logra hacer pecar con mis pensamientos tan impuros.
Me levanto de mi asiento y le extiendo el ramo de rosas que pedí exclusivamente para ella.
Su rostro se logra camuflajear con las rosas, señal que ha quedado fascinada con ellas.
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No puedo apartar mis ojos de ella, luce tan hermosa en ese vestido que puedo jurar que fue hecho exclusivamente para ella.
Nunca creí que una chica lograría hacerme sentir tan caliente con tan solo verla.
Mierda.
Debo de alejar aquellos malos pensamientos y no pensar en que traera debajo de todo ese vestido.
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La cena transcurre de maravillas.
Ella riendo de manera adorable mientras sus ojos se hacen pequeños a tal expresión.
Podría jurar que me he enamorado totalmente de ella.
Si ella sigue mirándome de esa manera, no sería capaz de controlarme.
Quiero besarla.
Sentir esos labios rojos, sin importarme en quedar al descubierto de su labial.
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Al salir del restaurante, caminamos hacía su auto.
Un paseo por la playa será la mejor manera de concluir nuestra cita.
Eso fue lo que leí en un libro mientras venía en el avión.
Me siento tan nervioso de no saber si todo esto le esta gustando o exagere con seguir al pie de la letra de lo que decía el libro.
Siento el tacto de su mano en la mía, regalandome una de sus tímidas sonrisas.
Valió la pena y todo rastro de inseguridad desaparece al verla tan feliz.
Podría detener el tiempo y estar así con ella.
Al llegar a la playa, me sorprendo de que luzca tan bien.
No hay duda que esta noche sólo es para nosotros dos.
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La suave brisa hace que el cabello de Lynn vuele con ella.
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Concluimos nuestra primera cita como todo un éxito.
Estamos en las puertas del hotel en dónde me estoy quedando.
Nos despedimos pero ninguno quiere avanzar a su respectiva dirección.
Aquí falta algo.
¿Pero qué es?
Ella me regala una vez más una de aquellas sonrisas que me han estado matando toda la noche.
Ahora recuerdo que es lo que falta.
Tomo sus manos y junto mi frente con la suya.
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Sorprendida ante mi repentino movimiento, veo como sus mejillas van tomando el mismo rojo encendido que tienen sus labios.
Siento como su corazón se acelera, no solo el de ella, también el mío.
Quiero besarla.
Ella también espera que lo haga.
Al acercarme más a ella, cierra sus ojos solo esperando mi acción.
No la beso en su boca, sino en su mejilla derecha.
Quiero hacer las cosas bien.
Besar en la primera cita solo hará que quiera las cosas más rápidas.
Con una Lynn alarmada ante mi cambio repentino, veo como ella trata de ocultar su decepción por mi beso en su mejilla.
Sin más me despido de ella, mientras voy caminando hacía la recepción de mi hotel.
Su mejilla se sentía como fuego y me siento feliz de ocasionar eso.
Esta noche sin duda fue una de las mejores que he tenido.
