01 Un adiós, no significa nada...

82 9 1
                                    

-Mamá, ¿¡donde está mi uniforme!?- Grité mientras bajaba las escaleras, en calzoncillos.- ¡Ma-má!- Grité, nuevamente, esperando ser escuchado. Seguí caminando, con rumbo a la cocina, al escuchar un ruido provenir de esta última. Cuando me acerqué, ahí se encontraba mi madre,- ¿donde está mi uniforme mujer?- Pregunte de manera desesperada, la tome por los hombros y la sangoloteé, ella se volteó y me miro.

Da miedo.

-Está donde siempre...- dijo, mirándome un tanto irritada.

-Ya lo busqué y no está.- Le comenté, acomodando mi bóxer, el cual tenía a medio trasero.

-Y si voy, lo busco y lo encuentro, ¿qué te hago?- Dijo ella, con mirada desafiante.

-Este, pues... Me viste, ¿no?- Contesté divertido mientras ladeaba la cabeza.

Ella río por lo bajo y salió de la cocina, para dirigirse a mi habitación.

Mientras esperaba a mi madre, decidí tomar un poco de cereal con leche y chocolate, oh y chispas.- Pff, y mamá dice que es asqueroso, -comenté para mí mismo, me senté en la silla y puse mi plato, con esa suculenta creación, sobre la mesa.

Un recuerdo llegó a mí...

Toc toc toc

Escuché como tocaban mi ventana, toc toc, sonó de nueva cuenta pero ahora más fuerte, me encontraba somnoliento, por lo tarde que era, y al otro día tendría clase.

Con cansancio y cierto interés, me levante sólo para mirar y grande fue mi sorpresa al verlo, a él, sonriendome al otro lado de la ventana. La cual, no dude ni un segundo en abrirle.

-¿Qué haces aquí?- Pregunté, tras abrir completamente la ventana.

-¿Qué, no vez? Vine a verte, tonto-, al escucharlo, sentí que mi corazón dio un vuelco enorme y mi sonrisa, era muy grande, quizá me vea estúpido pero no me importa - muévete, voy a entrar- Al momento de escuchar eso, me quité para dejarlo pasar.- Ahora, vamos a dormir...- dijo mientras se metía a mi cama.

-¿Qué? Estas loco- Pronuncié, un tanto impactado.

-Vamos, no seas tímido sólo vamos a dormir... A no ser que esperes algo más.- Eso último, lo dijo con una sonrisa ladina, la cual a penas se divisaba por la tenue luz de luna, que entraba por mi ventana.

-No claro que no, sólo callate- Dije, avergonzado, mientras me metía, nuevamente, a mi cama lo mas lejos que pude de él, tratando de ignorar sus estúpidas insinuaciones.

-No seas tímido,- me susurró,para seguido acercarse a mi, abrazarme y, en cuestión de segundos, quedarse completamente dormido, de esa forma, a mi lado...

-Hijo, Adam, ¿qué tienes? Llevo rato hablándote.- La voz de una fémina, mi madre para ser exacto, me saco de mi ensimismamiento,- ¿estás, llorando - Dijo, sin darme cuenta, las lágrimas caían por mi rostro.

-¿Qué? No, claro que no, solo me estaba atorando con el cereal- Dije mientras limpiaba mis lágrimas.- Encontraste el uniforme, ma...-, comenté mientras me levantaba.

-Sí, obvio, soy tu madre, está en la cama.

Tras escuchar eso, salí corriendo a mi habitación, me tumbe en la cama.
¿Porque tuve que recordar eso? Eso no debió recorrer por mi mente, ya no más.

Pasado un rato, termine de alistarme finalmente, me siento extraño y vacío, además, sé que tengo los ojos completamente rojos. Bajé rápidamente y salí de la casa con la intención de no toparme a mi madre, no quiero mostrarme así frente a ella, no quiero que me vea así completamente destrozado y mucho menos por un imbécil que nunca valió la pena - aunque nunca haya pensado esto último completamente-.

Complicated Boys!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora