03 Visitas Inesperadas

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Salió del baño y regresó al sitio donde me quedé, con la duda impregnada en el rostro, en busca de una buena explicación.

Aunque tengo el leve presentimiento de que así me quedaré.

Me dio mi celular y trate de ver quien fue la persona que había llamado, por su repentino cambio de humor, pero ¡la tipa es astuta! y borró mi registro de llamadas.

Decidí ignorar el tema y prendí la  televisión, ya que se quedara aquí, supongo que podemos ver alguna película para entretenernos.

Después de ese día, el resto de la semana pasó volando, tanto así que ¡BOOM! ya es sábado.

Me encontraba sentado en mi cama —recien despierto — en posición de indio, con el celular y las manís entre las piernas, mandando mensajes a mía amigos y revisando Facebook.

El aire fresco entraba de lleno por mi ventana, meciendo las cortinas de ésta sutilmente.
La mañana se hallaba ligeramente soleada, con el cielo de un precioso azul y completamente despejado. La fuerte fragancia de las flores era lo que mas resaltaba.

Sí, sin duda era un día hermoso.

Deje mi celular sobre la cama y me baje de esta misma al escuchar un ruido proveniente de la entrada de la casa. Ding Dong, una y otra vez.

Salí de mi habitación descalzo, y con mucha pereza, para tratar de bajar las escaleras rápidamente —o morir en el intento—. Tras terminar, lo que a mí parecer fue un largo recorrido, llegue a la puerta de la entrada, jale de la manilla de la puerta y, por consiguiente, abrí la puerta recibiendo, primero que nada, una gran ventisca que causo en mi un escalofrío instantáneo. Me abrace a mi mismo y levanté mi vista hacia la persona que se hallaba frente a mí, quedando sorprendido al instante.

La persona frente a mi, ensanchó su sonrisa tan rápido como nuestras miradas se encontraron, y sin más, me tomó entre sus brazos, en un cálido abrazo, con el cual consiguió levantarme del suelo.

Me deje hacer mientras disfrutaba el momento, y sonreía. ¡Jamás pensé que vendría! Me refiero a, no en este momento. Es decir, llegó como si hubiese sabido lo ocurrido y me dio el abrazo que tanto añoraba, sí, ese donde me decía sin hacerlo que todo estaría bien y que nada pasaría.

¡Dios, por eso lo quiero demasiado!

Mis piernas volvieron a tocar el suelo lentamente mientras deshaciamos el abrazo, alce mí vista ante él y tomo mi cabeza entre sus manos, depositando un beso en ella.

-Te extrañe- Me dijo.

-Yo más- Le respondí, con una gran sonrisa en el rostro. -De verdad que lo hice, papá.

Dicho esto último, entró a la casa y fue directo a ver a mi madre.

Yo, fuí de regreso a mi cuarto y, nada mas llegué, me tiré a mi cama y tome mi teléfono —otra vez—. Deslicé mi dedo índice por la pantalla e ingresé al menú de opciones. Busque el icono de música y lo toque al encontrarlo, puse la primera canción que vi y marqué la opción aleatorio para después subir todo el volumen, to.ar la toalla y meterme al baño.

Coloque el pequeño artefacto en la repisa y me despoje de toda mi ropa.

Tras abrir la llave, el agua hizo contacto con mi cuerpo y me puso la piel de gallina. -Shit- Pronuncié en modo de queja mientras me encorvaba un poco.

'Quizá a así no sienta mucho el balde de hielo que me ataca en este monento' pensé.

Y continúe así por unos segundos más —que para mi fueron infinitos— hasta que logré acostumbrarme a la sensación que el agua sobre mi cuerpo provocaba.

Complicated Boys!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora