Capítulo 1

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Poco a poco comenzaba a entrar la claridad a través de las cortinas, no era mucho pero le dejo distinguir las manecillas del reloj, ya pasaban las 5:40, ¿Cuánto llevaba despierto?, como media hora, eso era extraño. En la casa de los Matsuno el único que se levantaba temprano era el padre, los chicos no lo hacían y menos en domingo, Choromatsu tenía el sueño ligero pero ni aun así era madrugador.

Por más que Karamatsu intento volver a dormir no podía, decidió levantarse, suavemente se deslizo sobre el futón para evitar que sus hermanos se despertará, camino hacia el armario para cambiarse la ropa, se puso su habitual canguro azul, jeans; necesitaba salir a caminar, a despejarse a pensar, antes de salir paso por la cocina para comer algo, solo había sobrado algo de arroz de ayer y encontró un poco de jugo de frutas en el refrigerador, después de comer y limpiar la vajilla que había usado, se calzo sus zapatillas azules y salió a la calle.

No sabía a dónde ir con exactitud, así que se fue hacia el puente donde solía pasar sus horas de ocio, le encantaba es puente era tranquilo y bohemio, ideal para pensar, realmente tenía bastante en que pensar.

-¿Qué estoy haciendo con mi vida? – se pregunto a si mismo mientras se acomodaba en la barandilla del puente para contemplar el rio – Nothing.

Ayer había visto a uno de sus compañeros de secundaria, estaba en el centro comercial, llevaba un traje sastre sencillo seguramente salía de su oficina, a él se acerco una muchacha muy contenta de verlo, él la beso en la mejilla y le acomodo un mechón de cabello detrás de la oreja, fue entonces que Karamatsu noto que eran un matrimonio al distinguir el brillo dorado de sus alianzas, los vio alejarse hacia el sector de tiendas de ropa.

Últimamente cada que entraba al Facebook, veía que la gran mayoría de sus compañeros estaban en sus últimos años de universidad, los que habían ido al instituto técnico ya se habían graduado y trabajaban en diferentes lugares, algunos ya se casaron y hasta tenían bebes, casi todos ya estaban independizados, de hecho los únicos que aun vivían como ninis eran los él y sus hermanos.

Realmente no estaban haciendo nada con sus vidas se habían quedado estancados en la misma rutina desde que habían acabado el colegio, todos días era lo mismo, dormir hasta tarde, ordenar la habitación de muy mala gana, desayunar, salir a la calle a vagar o al pachinko, volver para la cena y dormir nuevamente, su vida se había convertido en un círculo vicioso e improductivo, no tenía nada de que enorgullecerse. Por eso los sextillizos Matsuno evitaban encontrarse con sus antiguos compañeros del colegio, querían evitar preguntas incomodas.

¿Porqué habían caído en esta absurda rutina?, simple por seguir a Osomatsu, y no es que lo culpara a él de su realidad, por que en cierta forma él también había fallado como segundo hermano mayor, estaban muy consientes que sus padres no podían pagar estudios universitarios para 6 muchachos, era demasiado costoso, de hecho los únicos que en el colegio tenían buenas notas eran Choromatsu, Jyushimatsu y él, pero de ellos el único con la posibilidad de postular a una beca e incluso obtenerla era Jyushi, tenía muy buenos promedios y sus habilidades en el baseball le daban una gran oportunidad, aunque sus profesores le sugirieron varias veces que postulara a una beca él nunca quiso hacerlo porque al ser uno de los menores, siempre haría lo que hacen sus mayores.

Choromatsu, aunque tenía ganas de ir a la universidad, no estaba seguro de lo que quería, no sabía a qué carrera postularse, así que lo único que hizo fue tomar un curso de computación. Todomatsu nunca había reprobado en alguna materia, pero su promedio era muy bajo apenas por encima del mínimo necesario, seguramente si se hubiera concentrado más en sus estudios en vez de salir con tantas chicas hubiera tenido un mejor promedio, así que se limito a seguir a Choro en el curso de computación.

Los que realmente tenían un problema con los estudios eran Osomatsu e Ichimatsu, independiente de que varias veces tenían problemas para entender algunas cosas y requerían el apoyo del tercer y segundo hermano, eran los que más tendencia tenían a flojear, distraerse y dejar de lado los deberes.

El por su parte también tenía oportunidad de optar por una beca universitaria, aunque sus posibilidades de obtenerla eran mucho menores que las de Jyushi, tenía a su favor su participación en varios clubes, en el club de drama solo una vez en una obra pequeña había obtenido un papel protagónico, el resto de sus papeles eran secundarios, pero su asesor le hubiera dado una buena recomendación, el club de música se le daba bien la guitarra, amaba la literatura y la filosofía, tal vez hubiera podido optar por una carrera en esas aéreas, pero no lo hizo por pensar en sus hermanos, por no dejarlos solos, tanto él y Jyushi se hubieran sentido muy tristes por abandonar a los demás, por eso se limito solo a ir al instituto técnico junto a Choro y Todo, pero se animo por un curso de contabilidad básica y al acabar tomo uno de inglés, el cual ni siquiera termino, pero al ver que ninguno de sus hermanos tenia la más minima intención de estudiar algo más o trabajar fue perdiendo las ganas de estudiar y lo dejo a medias.

Era tiempo de salir de ese estancamiento y darle rumbo a su vida, se paso un buen rato contemplando su reflejo moverse ligeramente con la corriente del rio, pensando en que tal vez no sería mala idea volver al instituto técnico o buscar un trabajo, generar sus propios recursos; estaba concentrado en eso cuando el ruido de una lata rodar capto su atención se dio la vuelta para ver que había pasado, vio que una lata de leche evaporada estaba rodando hacia él y a poco metros se encontraba una de sus vecinas intentando acomodar su bolsa del supermercado, la cual se había rasgado y varios productos iban cayendo al suelo. Tomo la lata de leche y se aproximo ayudar a la señora.

- Señora Edogawa buenos días, permítame ayudarle –comento mientras se agachaba para recoger las demás cosas que se habían caído.

- Muchas gracias, Karamatsu- le respondió ella con una dulce sonrisa.

Karamatsu le devolvió la sonrisa mientras acomodaba las cosas en la bolsa, como la bolsa de papel se había rasgado algunas ya no entraban, la señora Edogawa guardo varias cosas en la pequeña cartera que llevaba.

Karamatsu se ofreció a llevar acompañar a la señora cargando su bolsa de mercado, él nunca dejaría que una damisela en apuros abandonada y menos a alguien tan amable y gentil como la señora Edogawa, de sus vecinos eran pocos los que se habían tomado la molestia de aprender a diferenciarlos, para la mayoría eran los chicos Matsuno o simplemente todos eran Osomatsu.

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Después de mucho tiempo, revivo de entre la flojera y los ajetreos de la vida, espero les guste la historia , para el siguiente capítulo nos toca conocer a la señora Edogawa

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