Morfopsicología -2

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Dicen que la cara es el espejo del alma y, ciertamente, el primer contacto visual con otra persona es el que nos ofrece los datos iniciales acerca de su personalidad. Esa rápida impresión provoca actitudes tan definidas como atracción, repulsión o, simplemente, indiferencia. Son las características de la fisonomía, cuya ciencia, la Fisiognomía, desentraña.

Ya desde la antigüedad se observaron las diversas estructuras corporales que permitían reconocer ciertos caracteres definidos, así como predisposiciones a determinadas enfermedades mentales (lo que los médicos llaman temperamento). En cada rasgo físico puede hallarse una indicación del carácter, del mismo modo que cada indicación del carácter se refleja en los rasgos de la cara, en la forma de las manos, o en la escritura.

Con el estudio de las tres ciencias, Fisiognomía, o el estudio del rostro y del cuerpo; Quirología, o estudio de las manos, y Grafología o estudio de la escritura, se puede llegar a diagnosticar el carácter del individuo. Aquí nos centraremos exclusivamente en la morfopsicología de la frente, de la nariz, de los ojos y la boca.

LA CABEZA: una cabeza grande, frente pequeña triangular, indica un espíritu desprovisto de sentido. El hueso occipital comprimido, o más bien algo cóncavo, denuncia un espíritu débil, algunas veces obstinado y siempre limitado.

LA FRENTE: Tanto en la Fisiognomía antigua como en la moderna se puede juzgar por la forma y capacidad de la frente las posibilidades intelectuales de un individuo.

Cierto es que las facultades intelectivas de un ser no depende sólo de las dimensiones de su cráneo: debemos también considerar la complejidad de su cerebro, así como su cultura y su herencia genética, que también desempeñan un importante papel.

Frente ancha: nos indica grandes posibilidades de poder abarcar un número considerable de diferentes nociones. Es la frente de un ser sintético, dotado de una notable memoria, capaz de asociar ideas y extraer conclusiones. Este individuo está siempre dispuesto a examinar todas las ideas nuevas que se le presentan a fin de compararlas con las propias. Resulta fácil convencer a este individuo, siempre que se le sugieran horizontes desconocidos.

Frente estrecha: la frente estrecha corresponde a un individuo de espíritu analítico, de ideas brillantes y profundas, aunque las asocia con dificultad. Carece de orden y método, así como de habilidad manual. No se deja convencer con facilidad y, para ello, es necesario presentarle una idea nueva relacionada con los temas que le preocupen.

MÁS:

Frente alta: la frente alta indica el poder de transformar las sensaciones en ideas. De ello deducimos idealismo y sensualidad, serenidad del espíritu que juzga desde arriba. Con frecuencia lo vemos operando para satisfacer y ver triunfar la lógica, el ideal. Se le convence fácilmente si se emplean argumentos sólidos.

Frente baja: este individuo rechaza los pensamientos metafísicos y se siente inclinado hacia el utilitarismo. Indica voluntad, obstinación, cólera, y con mucha frecuencia, avaricia. Suele ir acompañado de un espíritu de iniciativa.

FORMAS DE LA FRENTE, VISTA DE CARA.
Ovalada: si la frente posee una forma ovalada, ello indica que se trata de un ser soñador, imaginativo, que raras veces se detiene en lo concreto; aunque este individuo se nos presente como un artista dotado de inspiración, como un poeta, su producción es escasa y obra guiándose por la intuición. Ama la independencia y es incapaz de someterse a cualquier disciplina.

Cuadrada: el individuo dotado de tal frente es un ser armonioso, juicioso, calculador y reflexivo, orientado hacia el lado práctico y positivo de las cosas. De él no podemos decir que dé rienda suelta a su imaginación y sueñe quimeras. Su carácter es duro y severo, pero demuestra poseer gran sentido del deber.

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