- Estimados alumnos, les presento a su nuevo compañero, su nombre es Mateo, salúdenlo por favor.
Todo sistema creado el hombre fueron alterados y el sistema escolar no era la excepción, los documentos para la escuela Nueva Grecia fueron manipulados para que Dolier Pudiera entrar bajo el nombre de Mateo, a él le pareció extraño su nueva identificación, pero en realidad todos los nombres de la escuela le parecían extraños, finalmente él no pertenecía a este universo.
Camino a su puesto giro su mirada al lado derecho del salón, allí estaba Carolina, la niña a la cual debía asegurar su muerte.
La maestra ordenó realizar un proyecto escolar de historia y como si existiesen las casualidades Dolier tenía que realizar el proyecto con Carolina y dos compañeros más que se llamaban Tomas y Daniel respectivamente.
Dolier parecía bastante joven, pero sin embargo no lo era, del mundo donde el venía la gente era milenaria, en el caso de Dolier, a pesar de tener mil años podía representar fácilmente a un estudiante de 17 años humanos.
Los estudiantes le parecían un poco tontos, aunque comprendía que solo eran niños de 17 años.
Mateo, por el momento lo llamaremos así, no dejaba de mirar a Carolina, sus ojos grandes, su cabello negro, sus lindas manos, le parecía bastante atractiva, su rostro era muy agradable de mirar, sentía una sensación extraña al observarla, algo que no había sentido anteriormente y se sentía triste al saber que debía dejar de existir.
La profesora pidió que los grupos que ella formo se sentaran juntos para que pudiesen trabajar mejor. Los cuatro alumnos que conformaban el grupo unieron sus puestos y comenzaron a trabajar.
Mateo seguía mirando a Carolina de una forma en la que ella no se diera cuenta, pero Carolina no era lo único que le llamaba la atención. Aquel alumno que estaba en un rincón del salón despertó mucha curiosidad en él, pero luego explicaremos en detalle a este joven. Mateo estaba escuchando lo que sus compañeros hablaban del proyecto, el cual trataba de la segunda guerra mundial, pero no dejaba de sentirse un poco incómodo con la presencia de ella hasta que uno de sus compañeros llamó su atención.
- ¿Qué piensas tú de la segunda guerra mundial y de quienes ganaron? – dijo Daniel.
- No sé, la verdad no me interesa. Escribe lo que te parezca mejor – se dirigió Mateo de una forma indiferente.
Había algo que a Mateo le causaba mucha curiosidad, el por qué los humanos mataban por vienes, el por qué alguien perdería su vida así, sus vidas eran tan fugaces en comparación a la de él y se preguntaba ¿Cuánto es lo máximo que podría vivir un hombre en 100 años?
- Yo voy a tomar nota – dijo Carolina
Mateo le tomo la mano, ella lo miro, él le devolvió la mirada y ella sonrío.
- Mejor yo tomo apuntes – dijo Mateo.
- Bueno – respondió ella sonriendo.
A la salida de la escuela Mateo tomo el mismo camino que Carolina.
- ¿Te acompaño? – le ofreció Mateo.
- Mejor, así no camino sola – sonrió Carolina
Luego de esto todos los días se iban juntos, siempre se miraban sonriendo como si supieran algo que nunca se habían dicho, conversaban mucho después de las clases, Mateo siempre tomaba su mano y ella nunca le decía nada, era muy dulce aunque él era muy serio.

YOU ARE READING
MOMENTO
Fantasy¿Alguna vez haz deseado cambiar algún momento de tu vida? Una nueva historia que te presentara de una forma que no conoces el tiempo