el ataque

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Capitulo 4 el ataque.

ALANIS.

Llegue cansada a casa, hice todo lo que tenía pendiente en el trabajo lo único que no pude hacer fue echarle un vistazo a los libros y apuntes para las clases. Y muchas ganas de estudiar no tenia, no precisamente en este momento en el que mi cuerpo me pide un buen baño caliente y posiblemente un libro en la cama pero conociéndome como me conozco solamente voy a leer el primer párrafo posiblemente dos o tres veces para luego caer rendida en el es maravilloso paraíso donde Morfeo me espera.

Pero leer, oh leer, me sentía como el hobby malo de el señor de los anillos, hobby que ahora no me acuerdo el nombre. Para mejor descripción era ese que mato o al hermano o al primo y luego andaba por los rincones de la cueva diciendo "mi tesoro". Bueno eso. Era la mejor descripción que podría dar de cómo me siento cuando estoy en mi pequeño paraíso.

-LLEGUE- grite y de la nada misma tenia a tres personas delante de mí. -¿pero qué?-

-hay reunión en la casa de la manada- dice mi padre mientras se acomoda el nudo de la corbata

-y por eso tienes que de esmoquin-

-pasada la medianoche tenemos la reunión en el concejo-

-por Oscar- dice Joel quien trata de controlar su cabello con gel.

-Carmelo- dije pensando en lo que paso anoche.

-si, nos vendría mucha ayuda que vengas con nosotros ya sabes- suelta el tercer hombre.

-¡Mauricio!- exclamo mi padre.

Verlo a él, era ver en que se convertiría Joel cuando pisara los cincuenta, aunque Mauricio no ha cambiado desde los cuarenta. Padre e hijo era igual de altos, con el mismo color de ojos solamente que el color de sus cabellos cambiaba, uno era castaño con tonos rubios mientras que el otro era simplemente negro. Era el agua y el aceite. Eso si en el aspecto físico eran idénticos, no creo que Daniela habría engañado a Mauricio.

-gracias por la invitación pero desisto un humano no entra en territorio de la manada- contesto.

-pero eres mi hija- dice mi padre –soy el alfa-

-¿y qué? por más que seas el dios supremo de la milanesa yo seguiría siendo humana- me encojo de hombros y noto como trata de reírse Joel –aparte estoy un poco cansada-

-puedes quedarte en la casilla- dice Mauricio –descansar allí totalmente fue hecha para ti para tenerte cerca-

-me llevas solamente para que sea niñera de los cachorros- suspire.

-aparte de eso, cosa que no lo voy a negar, también quiero ver como explota Carmelo, me gusta molestarlo desde temprano- confiesa Mauricio

-eres un chico malo- achico los ojos y sonrió.

-me halagas mujer- sacude la mano como si fuera una Quien.

-entonces ¿vamos?- pregunta Joel.

-Ya que- contesto y veo como el rostro de mi padre brilla por la noticia –solo lo hago por el hecho que estaré rodeada de hermosos niños tiernos-

-admite que te gusta molestar Carmelo- comenta mi cómplice

-shhhh, es secreto de estado no puedes ir divulgándolo por ahí- que le digo dándole un golpe en el brazo –pero por más que quiera ir necesito un baño y cambiarme de ropa-

-tienes una hora- dice papa.

-en media hora estaré lista- afirmo mientras corro hacia mi habitación.

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