Sin Aliento || Harry Styles

Capútulo II

¿Cómo no me había dado cuenta antes? En serio, a veces pienso que soy demasiado despistada.

- Lo siento Sr. Styles, no quería causarle ninguna molestia, puedo esperar a que vengan a recogerme- dije muy nerviosa.

Harry me mira unos instantes y se encoge de hombros.

- Haz lo que quieras, pero tiene pinta de que vas a pasar la noche en el aeropuerto y, te aseguro que esos asientos de plástico no son nada cómodos - bosteza y miro hacia el suelo - ¿Podrías hacerme un favor, niña?

Otra vez. "NIÑA". Y lo dice tan tranquilo. Respiro fuerte y profundamente. Tranquilízate Hayley.

- ¿Qué tipo de favor? - replico.

- Simplemente deja de tratarme de usted. Y ahora, déjame llevarte a casa.

Asiento con la cabeza y la apoyo en la ventana de la furgoneta. Necesitaba ir a casa.

Realmente iba a ser muy duro estar en Los Ángeles.

Miro hacia Harry. Se está comiendo un plátano.

- ¿Qué miras? - me pregunta arqueando una ceja - ¿Quieres plátano?

Por unos instantes me puse muy pero que muy nerviosa. Me maldigo a diario por lo malpensada que llego a ser, pero la reputación de Harry y su largo historial sexual, alimentaba a mi "yo" más pervertida. No nos estábamos refiriendo al mismo plátano.

- No, no, no... - dije muy rápido- Gracias.

Harry sonríe de lado. Me pareció que fue una sonrisa juguetona. Y se me hizo ver uno de sus hoyuelos. Tampoco es tan guapo como alardeaban las chicas de clase.

Cuando llegamos a la casa de Mel, los guardaespaldas de Harry sacaron mis maletas y me abrieron la puerta.

-Gracias, no hacía falta - digo.

-Nos pagan para esto.

Harry sale del coche y se queda apoyado en la parte trasera.

- Estoy seguro de que nos veremos pronto... - dice esperando algo.

- ¡Oh! Sí, eh... Soy Hayley, muchas gracias por traerme, Sr Styles - lo último lo dije de mala gana - Dudo que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.

- Ahora sé dónde vives - sonríe y entra en la furgoneta sin despedirse.

Sinceramente, es mucho más insoportable de lo que dicen. Aunque me haya traído a casa, sigo pensando que es un auténtico cretino.

Me giro y echo un vistazo a la casa de Mel. Es increíble. Y como si no hubiese tendio bastante por hoy, los aspersores se encienden y comienzan a regar el césped... ¡Ah! Y a mí incluída.

Mel sale a recibirme.

- ¡Dios mío! Hayley, lo siento mucho... intenté convencer a papá y a mamá de que me dejaran quedarme contigo y que volvieran a por nosotras, y no me dejaron... Estaba saliendo a recogerte yo misma - me dice preocupada.

- Es igual, Mel. Me han traído a casa - le sonrío para tranquilizarla.

- ¿Haciendo amigos? Esa es mi Hayley - dice acariciando mi brazo.

Pongo los ojos en blanco al recordar a Harry.

- No se lo digas a papá y mamá, pero... puede que me haya traído un cantante famoso. - digo en voz baja- Era Harry Styles, no me pregunt...

- ¡Venga ya! ¿El vecino? - dice y se queda con la boca abierta. - Bueno... pasa poco tiempo en esa casa, por eso de los conciertos, pero no hemos hablado con él jamás, se le ve muy...

¿VECINO? Pues no, este día horrible no tenía pinta de acabar jamás. La verdad es que se me pasan por la cabeza miles de adjetivos despectivos para terminar la frase de Mel, pero...

- ¿Frustrante? ¿Engreído?

- Iba a decir misterioso - me responde con curiosidad - pero veo, que habéis cruzado algo más que media ciudad.

Se ríe y me transmite su risa.

- Te echaba de menos Mel.

- Y yo a ti bichito.

Asi que Harry Styles mi vecino...