Hallazgo de Juanjo.

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-¿por qué demorarán tanto?
-Señora Juana.
-Sí, digame.
-Le tengo buenas noticias, gracias al mensaje de su hijo, encontramos quien lo secuestro y suponemos también el lugar dónde lo tienen.

-¡Oh, qué felicidad! ¿y ya van por mi niño?
-En realidad aún no. Debemos estar más seguros del paradero de su hijo.
-¿hay que seguir esperando entonces?
-Sí.
-¡Bueno! Ya me siento más tranquila al saber que ya encontraron a mi hijo.

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Relata Juanjo.

-Señor, ya ha pasado mucho tiempo y no nos movemos de este lugar, tengo hambre y no veo a mi mamá.
-Calmate, ya pronto llegará ella, dice el secuestrador mientras se pone un trapo dónde fue herido.
-Si ve que era grave y me mentiste, me dijiste que era solo un rasguño.
-¡DIJE QUE TE CALLARAS! ¡YO ESTOY BIEN!
-Bu... Bueno, responde Juanjo asustado.
-Sabes dónde consigo algo de comer, ¡tengo hambre!
-Mira toma este chocolate y no me moleste más.
-¡Oh! Es mi favorito, muchas gracias señor.
-Sí, cómo sea.

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Relata el oficial.

-Bueno, ¿cómo va con la investigación del pequeño? ¿ya dieron con su ubicación?
-Sí, ya la conseguí, ¡Señor! --Dice una policía de turno.
-¡Muy bien Contreras, felicitaciones! Hagame llegar la ubicación a mi escritorio y salimos a buscar al pequeño.
-¿Sa... Salimos? Pero no puedo dejar mi puesto, señor.
-Le di una orden y las órdenes aquí se cumplen, dije que me lleve las indicaciones a mi escritorio y salimos.
-Okey, ya se las hago llegar.

-Juana buenas noticias.
-¿Encontraron a Juanjo?
-¡Ay! Quien le contó ya, ¿fue usted Contreras?
-No señor, yo no fui, yo venía detrás suyo y hasta ahora veo a la señora.
-¿¡Po fin encontraron a mi hijo!? --Grita Juana emocionada.
-Sí, aquí mi Contreras fue la que encontró el paredero del secuestrador.
-¡Muchas gracias por encontrar a mi hijo! Estoy muy agradecida contigo.
-No es nada, responde Contreras.
Bueno, ¿y ya van por el niño?
-Sí, ya vamos por él, ya llegaron los refuerzos que necesitaba y ya nos vamos.
-¿Puedo acompañarlos?
-Esto es peligroso, puedes salir herida.
-No importa, todo sea por mi hijo.
-Bueno, entonces sube a la patruya con Contreras y los demás Juana.

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Relata el secuestrador.

-¡Hasta que por fin llegan! ¿dónde estaban metidos?
-Ay jefecito, estábamos perdidos, esta ciudad es grande y no dábamos con este lugar.
-¿y el niño? ¿dónde lo tienes? Pregunta uno de los secuestradores.
-lo tengo comiendo chocolate por allá, me tenía cansado con sus vainas.
-Es un niño jefe, enti...
-Shh, silencio ¿escucharon eso?
-¿Qué cosa?
-Nada debe ser mi imaginación, responde el Jefe secuestrador.
-Oye Ronni, trae la comida ya tengo hambre.
-Ya regreso, dice Ronni mientras se aleja.
-Oiga jefe, ¿cómo vamos a llevarnos al pelado? Escuché que tienen a todos los policías de la ciudad más que atentos, será difícil sacarlo.
-No te preocupes, ya tengo todo planeado. Eso es lo de menos.






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Relata el oficial.

-Alguien que me pase un megáfono.
-Aquí está.
-Gracias. Policía nacional, sabemos que están adentro, están rodeados, salgan con las manos en la cabeza y entreguen al niño.
-Nos cayeron los tombos.-Dice Ronni.
-Calmate, esto lo voy a controlar, ¿tienen cargadas las armas? Porque las pondrán en uso.

-Salgan con las manos en la cabeza y entreguen al niño.-Repite el oficial.
-¡NO!-Responde el jefe secuestrador.
-Están rodeados, no tienen escapatoria.
-Traigan al niño.
-¡Aquí tengo al niño! si hacen un movimiento brusco le disparo.
-¡NOOOOOOOOOOO! ¡POR FAVOR!-grita Juana.
-Mamiiiiiii.
-Juanjo, aquí estoy.
-No se mueva Juana, puede ser peligroso.

*Después de media hora de hablar con los secuestradores*

-Por última vez que entreguen al niño o empezaremos un juego cruzado.
-¿¡Qué!? No.-Exclama Juana.
-Calmate, es para darles miedo, no pasará eso.
-Ya dije que no y no me retractaré.
-Oiga señor, déjeme ir con mi mamá.
-No, tú te quedas conmigo.
-¡Qué me dejes ir!
-¡QUÉ NO!
-Mami tengo miedo-grita Juanjo.

Última oportunidad, entreguen al niño.
-¡Qué no!
En ese momento Juanjo logra escapar y sale corriendo.
-Hay movimientos, estén atentos.-Dice el oficial.
-Mientras que Juanjo sale corriendo detrás de el lo siguen los secuestradores.
-Disparen a los secuestradores y pilas con dispararle al niño o se las verán conmigo.

En ese momento sale corriendo Juana también.

-Mami, abraz...
-¡Bum! Cae Juanjo al piso con una herida de bala.
-NOOOOOOOOOO, JUAJOSE-grita Juana.







Bueno. Hasta aquí lo dejo.

Historia de un marginadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora