Kyungsoo se encontraba recargado en la pared de un cajellon, eran las seis en punto, en su cabeza tenia una cuenta regresiva, de cien a cero, su mirada estaba en el piso, mirando de reojo hacia los peatones.
Su gorra tapaba su rostro, al menos, lo necesario para que no supiesen de quien se trataba, una sonrisa de lado se había marcado en sus labiales en el momento en que llegó a cero, elevando su mirar, notando como la persona que estaba buscando había pasado.
Había estado vigilandole al menos cinco días seguidos, sabia sus rutas, sus paradas e incluso la hora de sus salidas, si es que aquella persona no hubiera tenido una rutina habría actuado desde el primer momento, pero realmente le parecía interesante que apenas había sido encontrado inocente y de alguna manera, caía a lo mismo.
Comenzó a caminar detrás de el, como si fuera su camino habitual, sin rastro de preocupación y obvio sin si quiera hacerse de notar, los minutos transcurrían hasta que al parecer la persona que seguía, se había dado cuenta de su presencia, y de hecho ahora podía notar que aquel camino era muy solitario.
Apenas y había visto que aquel sujeto, se había detenido, sus pasos también habían parado, ambas miradas se habían encontrado, cuando aquella persona había volteado a mirarle, y con descaro suspiro.
—Si eres de la policía o algo por el estilo, ya estuve en juicio y soy inocente por lo que espero que dejen de seguirme, no he hecho nada encontra de la ley.—La sonrisa y con aquel sarcasmo en su vocabulario, habían hecho que no puediera evitar burlarse de aquel señor, no, el no era un señor, era una basura.
—Han Seung Min, puede picarle los ojos a los policías, al juez y hasta a la gente que lo rodea, pero a mi no... Yo realmente se de la bodega abandonada en donde tiene señoritas y algunos jóvenes encerrados contra su voluntad, para usarlos a su antojo. —Hablo de una manera un tanto enfermiza y con una sonrisa sutíl, mientras se quitaba su gorra, notando como el rostro de el dicho anteriormente, se descomponía lentamente.
Había tomado unos guantes negros de látex poniéndolos de manera lenta, sin apresurarse, quería tomar su tiempo, aunque podía sentir la mirada fija de la persona frente a si y cuando por fin su mirada subió, solo mostró como su rostro estaba completamente sin expresión.
—Yo odio las personas enfermas... Las odio al grado de querer comportarme como tal.—Sus palabras salían sin dudar, mientras de su funda sacara un bate, una pequeña "arma" para defenderse, o mas que nada, para poder ponerlos a dormir, algo divertido para el. —Vamos a jugar.—
Tomo un balde de agua aventándo el contenido en su rostro observando como abría sus ojos mientras tosía, sus intentos por moverse le hicieron mostrar una sonrisa retorcida, mientras tomaba asiento.
—¿Quien jodidos eres tu?—Su voz era alta, realmente aquella "cosa" sabia lo que hacia, después de todo escoger aquel lugar alejado había sido una muy buena elección.
—No es necesaria una respuesta a eso pero ahora que estoy en este lugar me doy cuenta de que tan retorcido puedes llegar a ser y de cierta forma hace querer empeñarme en hacerte desear morir rápidamente, enserio deseo que me supliques que te mate.—Menciono para así pasar su vista hacia las jaulas que ese hombre tenia en aquel lugar, aun tenia jóvenes ahí, era un total enfermo, por lo que prosiguió con su plan y camino directamente a esas jaulas mirando como mientras se acercaba los cuerpos maltratados temblaban. —¡¡Quiero que escuchen atentamente los gritos del hombre que los hizo sufrir, quiero que presten atención a sus súplicas, ahí estará su venganza, yo me vengare por ustedes!!.—
—Solo dices idioteces, te matare... No, mejor disfrutare de tu cuerpo primero.—Decia seung min sus palabras asquerosamente hacia el, cosa que habian hecho se acercara a paso lento hasta tomar de una mesa, en las cuales parecía tener sangre seca, una cuchilla.
—Yo no tuve una linda infancia... Alguien había tratado de abusar de mi y odio eso, o mas bien me gusta porque me hacen pensar que darán pelea pero lamentablemente... No lo hacen.—Se pego a el por la espalda recargando su cabeza en su hombro, ya que el se encontraba amarrado a una cadena que caía desde el techo, para así con su mano, que obviamente tenia el guante tomo su lengua, halandola hacia afuera escuchando como de su garganta trataba de gritar pero le era imposible. —Primero quiero que dejes de hablar.—Sin dudarlo, paso aquel filo por su lengua cortándola inmediatamente, una sonrisa se formo en su rostro una vez que había dejado caer la mitad de su lengua, ya amputada.
Podía escuchar perfectamente los gritos desde su garganta, musica para sus oídos, quería hacerle sufrir mientras podía, se alejo después de haberlo volteado, hacia donde estaban las jaulas, pero aun teniendo la cuchilla en manos.
—Pideles perdón, diles que eres un enfermo, diles.—Su voz aumento, su mirada sínica, con rabia, coraje, quizás era porque podía sentirse un poco identificado. —¿Porque no lo haces?—Grito acercándose para así mirar la sangre que salia de su boca por lo que volvió a la compostura riendo.—Lo siento, lo había olvidado, pero bueno todo queda perdonado ¿Verdad? Después de todo somos unos moustros.—
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Kyungsoo despertó sintiendo su cuerpo mas pesado de lo normal, mirando como había sangre en su ropa, solo se digno a levantarse de la cama quitando sus ropas y las sabanas que estaban puestas en la cama, ya que también estaban manchadas, suponía que apenas había caído dormido.
Se ducho, quitando aquel olor impregnante de sangre, era un olor al cual estaba acostumbrado por lo que no se le hacia algo asqueroso.
Se puso su traje, quedando impecable y sin algún defecto, su caminar hasta su auto fue hecho poniéndose en marcha al hospital en donde trabajaba.