Capitulo 1

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-Merlia ¿Como me quedan estos jeans?-Dijo mi mejor amiga Megan, tiene puesto unos jeans ajustados color negro. Le quedaban genial pero ya llevaba probándose mas de 10 y yo estaba comenzando a aburrirme.
-Te quedan genial ¿ahora puedes comprarlos ya?-Le conteste de mala manera mirando a una niña que llevaba un perro.

Al final de todo Megan se decidió por no llevar nada ¡La matare! Estuvimos mas de 10 horas en tiendas para que ella comprara algo y que al final no llevara nada, bueno creo que estoy exagerando un poquito.

Al salir del centro comercial tomamos un taxi, Megan me iba contando como conoció al amor de su vida y de como él la llamo loca por derramarle un jugo de fresa encima y el odiaba la fresa, no parábamos de reírnos a tal punto de llorar, es que ósea a quien le puede pasar algo tan extraño.
Tan solo nos faltaban unas cuadras para poder llegar cuando decidimos bajarnos y caminar, le pagamos al chofer y empezamos a caminar.
-Es que aun no puedo creer que no me pidiera el número, ¿soy tan horrible?
-Meg, le derramaste un jugo de fresa, tu no estas horrible solo estas un poco torpe.-
-No tan torpe como para  decirle papá a un empleado mayor ¿es que no viste la cara de espanto que puso el señor? Todo el mundo se dio cuenta.-
-Fue sin querer, justo estaba hablando con mi padre cuando me pediste que le preguntara si quedaban zapatillas talla 37, es tu culpa.-
-Si si, como digas señora, bueno aquí tengo que doblar, nos vemos querida.-
-Adiós chica de las fresas.-

No se por que decidimos caminar, estoy cansada y solo me quedan unas 2 cuadras para poder llegar, y no puedo parar de tararear la canción Waiting For You de Unlike pluto, es la sensación del momento, no hay ninguna persona en las calles y es un poco extraño ¿Por que no salen a divertirse? ¡Son las 8:30 de un día sábado! Siento que a cada paso que doy la noche se oscurece más y más. Silencio es solo lo que se escucha y eso me da un poco de miedo, detestaba el silencio y no era como si algo sobrehumano me atacara.
-Hola hermosa ¿necesitas algo?-Una voz muy ronca se presento.
Me di la vuelta para poder mirar a la persona de aquella voz y me encontré con dos motos KTM de color negro. En una de ellas había un hombre de no mas de 30 años que me miraba fijamente, lo ignore y camine lo mas rápido.
Uno de ellos bajo de su moto y camino a paso rápido hacia mi, estaba aterrada, sentía su respiración en mi nuca.
¡Me quiere asesinar y vender mis órganos!
Ahogué un grito cuando sentí su mano recorrer mi espalda y corrí como si mi vida dependiera de ello aunque pensándolo bien, era así.

Llevaba mas de 10 minutos corriendo y el tipo seguía tras de mi ¿es que no se cansaba? Vi un callejón, no lo pensé dos veces y entre maldiciéndome enseguida por no aprender de la películas y entrar a un callejón sin salida.
El tipo siguió de largo y yo aproveche esa oportunidad para poder salir, acelere el paso con mi pulso a mil y mi respiración agitada, voltee mi cabeza para asegurarme de que no me siguiera y choque con un cuerpo.
Sentí un fuerte dolor en mi trasero por la caída, me levante rápidamente y le pedí que me ayudara. Mis lagrimas caían sobre mis mejillas y sin dudarlo lo abrace.
-Tienes que ayudarme, por favor.- Sollocé.
La persona que yo estaba abrazando coloco su mano en mi espalda y la acaricio suavemente.
-Hey tranquila ¿estas bien?- pregunto.
Me separe rápidamente, mis mejillas estaban húmedas y sentía calor por la tremenda maratón que había corrido. Levante mi cabeza y saque un mechón de mi pelo que no me dejaba ver a tal persona.
           Era un chico.
Lo primero que inspeccione fueron sus labios que estaban entreabiertos, sus ojos oscuros que me miraban fijamente, sus cejas que llamaban a gritos una depilación y acabe por mirar su hermoso cabello, era una mezcla de castaño con gris.

-¿Donde estas mocosa?- fue la misma voz del hombre que me perseguía.
     Tuve miedo otra vez.
El hombre nos miro por unos segundos y luego se fue maldiciendo, escuche como arrancaba su moto y se iba.
-¿Te estaba siguiendo?- Pregunto con una voz penetrante.
Solo me concentre en ver como algunos mechones de su cabello caían en su rostro, haciéndolo lucir muy adorable y mas con el jersey rojo que llevaba.
-Ya puedes ir a casa- Dijo sacándome de mis pensamientos.
-Gracias...- Le sonreí
-Jerome, me llamo Jerome- dijo un poco seco.

Le dedique una ultima mirada y me fui lo mas rápido de ese lugar. Llegue a mi casa muy agitada, casi no sentía mis piernas, y sentía que mi corazón saldría explotando, fui directo a la cocina para poder prepararme un café muy cargante para poder calmarme.
Llegando a la cocina me encontré a una persona que  abrace a tal punto de sacarle las costillas, bueno creo que estoy exagerando otra vez.

-Merlia, estaba muy preocupada-Mi madre era una persona demasiado sensible.
-Lo siento, no encontraba un taxi-Mentí, no quería que se preocupara por algo que no volvería a pasar.

Mi madre solo asintió y siguió cocinando, subí las escaleras con mi café hasta llegar a mi habitación y me coloque mi pijama. Me recosté en la cama y cerré mis ojos tratando de poder dormir, pero no podía, no dejaba de pensar en lo que pudo pasarme si aquel tipo me hubiera atrapado, gracias al chico con el que tropecé no paso nada grave.
Jerome ¿quien eres?

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¡Hola a todo mundo! Este es mi primer capituló de Ella es única, esperó que haya sido de su agrado y si no pues ¡que viva el café!

Ella es única Donde viven las historias. Descúbrelo ahora