celos y cerdos

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Durante la cena, todos me observaban con ojos lascivos, natsu los miraba con odio, ellos rehuian de su mirada.
- tranquilo cariño tu sabes que solo te amo a ti.
- eso lo sé, pero odio que todos vean asi a mi hermosa prometida.
-es el costo que debes pagar.
- estoy pagando duro.
-aunque tu tampoco te quedas atras- las meseras desde hace rato solo observaban a natsu con deseo, podía ver lo que sentían ellas al verlo.
-¿de que hablas?- dijo el idiota afeminado.
- hablo sobre los miles de orgasmos que les causas cuando ellas te miran.- que mujer no se excitarian al verlo tan guapo, la primera vez que lo vi casi muero desangrada.
- eres graciosa, no te das cuenta de las erecciones que haz generado al solo sonreir- señalo con su índice a los hombres que cubrían avergonzados sus miembros.
- aquí todos son unos enfermos, desde las mujeres hasta los hombres, son un asco, vámonos ahora mismo de aqui- dije al ver como todos estaban sonrojados, no apartaban la mirada de nosotros , me encanta ser mirada pero no así.
Me levanté de mi asiento, mientras natsu pedía la cuenta, les dirigí una mirada cargada de odio y repugnancia a todos y salía del establecimiento.
Me daban ganas de volar todo en pedazos pero no ganaba nada, o si, bueno unos simples autos no me satisfacen pero algo será entretenido para frenar mi cólera, cuando acabe con mi hazaña, giré para ver por qué natsu tardaba tanto, cuando vi que esa desgraciada estaba muy cerca de el coqueteando, me llene de odio, nadie puede coquetearle mi natsu, camine de regreso y él al verme todo enfurecida se acobardó.
- querido es hora de irnos, me siento un poco mal.- con la voz más suave que pude hacer le hable, mi fachada de chica dulce nunca fallaba- disculpa amm- mire su gafete- jannet la cuenta por favor-  logré hacer que esa chica me mirara sonrojada mente, corrió rápido a la cocina y enseguida regreso, pague y arrastre a natsu del lugar.
- querida, por favor no vayas hacer explotar el lugar.
- quien dijo que explotaría el lugar.- mi rostro se iluminó con una sonrisa sádica.
- luce pero que estás pensando.
- nada malo, que-ri-do.
Entramos al auto, no deje que natsu condujera, una vez algo lejos del restaurante apreté el botón, en un abrir y cerrar de ojos todos los autos iban explotando uno a uno.
- realmente estás loca luce ¿que paso?
- no paso nada, solo que no puedo dejarte solo un momento.
-tu sabes que te amo.
-¿asi?- dije sarcásticamente.
- no seas así.
-natsu cállate o el siguiente en explotar será tu Xbox.
-nooo eres un monstruo- le dedique una mirada asesina, el solo se quedó callado.

Al día siguiente makarov me regaño por el celular, se enojo por que explote los autos.
- no sabía que los cerdos usaban autos, creí que era un basurero y que podía explotar lo que quisiera.- de nuevo sarcásticamente hablé.
- Lucy, ahora que sucedió, no vuelvas a explotar más cosas es por seguridad de todos, entiendes
-claro que entiendo, solo que odio a los cerdos
- eres todo un caso.
- saldré con natsu a comprar mis electrodomésticos, en dos meses es la boda, don no se olvide de asistir.
-nunca me perdería la boda de mis hijos, y por favor no explotes algo hoy.
- are el intento, en la semana estaré ocupada, hasta luego don.
- adiós Lucy.

- hey afeminado date prisa, necesito mis electrodomésticos hoy si no tu cabeza rodará.
El bajo asustado, sabía que era capaz de muchas cosas.
- claro querida, es hora de irnos.
Acomode mi peluca pelirroja y la peluca color gris de natsu, el día de hoy traía una falda circular color negra, una blusa cruzada color blanco y los tacones color rojo ajuego con mi peluca, natsu por su lado, traía unos jeans color negros, su camisa blanca y zapatos negros.
El día fue largo, por fin conseguí lo que necesitaba, subí radiante a mi recamara, estaba feliz de tener ya todo, mucho dinero, una lujosa mansión, un irresistible prometido, buen cuerpo y todos los lujos que podía tener, a mis 25 años tenía todo.
- me encanta verte feliz- dijo natsu el cual se recostaba a mi lado.
- es por que tengo todo lo que cualquiera soñaría.
- créeme que lo tienes todo y me tienes a mi-  se acercó y me besó tiernamente, un beso lleno de amor, ternura, me hizo pensar realmente tengo todo, hay algo que quiero pero aún no es el momento, ambos nos separamos.
- aún hay algo que quiero pero aún no es el momento.
- cualquier cosa que quiera mi princesa lo tendrá.
- cuando lo desee con la fuerza me lo darás.
- si quieres hasta el corazón del presidente te lo dare.
- es por eso que te amo dragneel.
Ambos nos volvimos a besar con más intensidad, la ropa fue desapareciendo, ambos nos fundimos el uno con el otro, encajabamos a la perfección, sentir sus labios recorrer todas las partes de mi cuerpo, hacía que perdiera la cordura.




Y después de mil años, después de 365 sacrificios a Satán por fin regresé y ahora estoy llena de contenido, lamento haber tardado tanto en reanudar la historia, asegúrense de pedir un deseo. Realmente aprecio a esas personitas que leyeron al inicio está historia y me disculpo por haberla abandonado cuando se suponía que estaba pausa pero pues ya estoy aquí, recuerden votar y comentar para que actualice más seguido, nos leemos la próxima.

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⏰ Última actualización: May 07, 2017 ⏰

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