Capítulo 1

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SUMMER

El gran día había llegado. Observaba por la ventana al imaginarme en el avión, nunca tuve dicha oportunidad de subirme a uno, pero eso cambiaría. Lentamente comenzaba a entrar mi ropa doblada lo más pequeño posible dentro de la maleta. Moría de ganas de irme, en las vacaciones del verano pasado mis amigas fueron pero no pude, por haber reprobado mate. Mí mamá me prometió que si aprobaba y obtenía buenas calificaciones este año me dejaría viajar. Les juro que no me lo creía hasta tener el boleto de avión en mis manos. Ya saben, con los padres uno no sabe a lo que se atiene.

 Tanto pensar y pensar, recordé que no le había informado a mi novio y a mis amigas. En mi defensa, mi mamá me sorprendió con los boletos y viajaría el mismo día. Así que no tenía tiempo.

-¿Bueno?- Su voz aguda resonaba en mi cabeza. Alejé el celular de mi oído.

-Hola, ¿Patricia?-según no escuchaba nada, volví a pegar el celular a mi oído.

-Si ella habla. Summer deberías conocer mi voz, joder-Habló ya en voz baja, juro que si no lo hubiera hecho, hoy día estuviera sorda.

-Perdón es que la voz de Andrea y la tuya se parecen mucho-Patricia era la mayor de 4 hermanos, Andrea era menor que ella por solo un año, suertuda.

Yo gracias al cielo era hija única, aunque tenía sus desventajas; no tenía con quien jugar, pelear, molestar, cosas así.

-Hola amiga ¿que tal? No esperaba tu llamada-dijo extrañada.

-Discúlpame es que, seguro me vas a querer matar. Pero, Esta noche viajo a Londres.

-¡¿Qué?!-escupió ella causando que me quedara sorda de ese oído.

-Sí, No te había informado antes porque, ciertamente no me lo esperaba. Saluda a las chicas de mi parte.-Luego de que acababan los exámenes no nos veíamos, no hasta volver de las vacaciones. Este año no sería como los otros, ya habíamos terminado el último año y teníamos que decidir que hacer con nuestras vidas.

-Buen viaje, no olvides hablarnos hay que mantener el contacto. Un día de estos te caemos allá- dijo para después colgar- Su voz amenazaba con quebrarse, así que sin más, colgó.

Éramos muy unidas, Nicole, Patricia, Cristina y Melissa.  Yo era la mayor de todas, tenía 19. Cristina también tenía 19, sólo que yo lo cumplía primero que ella. Tenía una hermosa melena castaña oscuro. Unos ojos grandes, nariz perfilada. Labios carnosos. Su altura no lo sé, solo sabía que yo era más alta que ella por pocos centímetros. Era sumamente delgada, eso sí. Nunca con exageración. Unas bien tornadas piernas y un buen trasero que enloquecía a más de uno. Patricia era la que seguía, cumplía 19 cinco meses después de Cristina. Su hermosa cabellera roja le bajaba justamente a su trasero, que por cierto era muy grande. Tenía una hija; El delirio de todas nosotras. A su corta edad ya era madre, pero sí algo admirábamos de ella era su valentía, su forma de ver la vida y de enfrentarse a los problemas. Nicole, un año menos que nosotras. Era con la que más me identificaba de todo el grupo. Leíamos los mismos libros, escuchábamos la misma música. El humor negro era algo que nos unía además de la WWE. Su melena era algo que envidiaba. En buen sentido. Casi siempre lo llevaba en una cola. Fue siempre la más natural de todas. Su tez era india canela. No sé si me explico bien. Y por último Melissa, extremadamente delgada pero igual de hermosa. Era la menor de todas nosotras. Era con la que menos hablaba pero igual le tenía mucho cariño. En fin. El quinteto perfecto, nuestros días en la escuela eran los mejores. Cuando entramos a la secundaría estábamos ansiosas por terminar y así salir. Pero ¿Y ahora?. Anhelábamos esa época. Cada una empezaba hacer su vida y cada vez nos veíamos menos.

Continué preparando mi maleta no sabía a lo que me enfrentaría, en pleno invierno.

Todo estuvo listo mi reloj marcaba las 10:15 pm. Sentía que algo me faltaba, no sabía con exactitud lo que era. Y como si tuviera una bombilla encima de la cabeza.

London Love ||H.S.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora