¡Mírame!

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-Mírate, tan quieta y tan callada, tan sumisa y pálida, tan bella como siempre.

Porque la tienes, esa mirada brillante que delata al más frívolo enamorado, esa mirada lacustre que me refleja, y que refleja mi mirada, mirada cruel y lastimada, mirada brillante estrellada.

Porque lo hiciste, y lo hice, me lo hiciste y te lo hice, te lo hago, aún sigo haciéndotelo.

El lacio pelo que se pega a tu rostro, empapado en lágrimas, haciendo de tu bella tez un engrudo de cabellos y húmeda dulzura.

Te amé, juro que aún lo hago, te amo en mi subsuelo, en mi mediocre sótano. Porque no puede ser de otra forma, el amor es sufrimiento, el verdadero amor es amar tanto, que no se encuentra forma alguna de expresarlo, y se sufre, se sufre ante la impotencia de no poder exteriorizarlo. Por eso lo hice, porque te amo.

Quizá mi sótano es tan profundo que me impide ver con claridad aquello que juzgaste como nimiedades. Dime, tú, que todo lo sabes ¿Qué es el amor? Te pido que me lo expliques, pero ya es muy tarde, por mi frente corre un sudor helado.

¿Qué tienes, estimada mia? ¿Por qué enmudeces?

Que cruel es todo esto. ¿Cómo es posible que un sentimiento sea tan grande, que obligue a quien lo padece a hacer aquello de lo que no se creía capaz, a hacer aquello que va en contra de la lógica y el sentido común?

El olor fresco de tu piel, tan suave y fuerte a la vez. Olor a nada, olor acre, olor a muerte, olor a belleza.

¿Qué es esa presencia, que me obliga a correr como un cobarde y a quedarme como un idiota?¿Qué es esto que siento? Mi pecho salta, y late con precipitación mi pulso, mis ojos dilatados me pierden y me hacen preguntarme si todo esto de verdad está pasando.

¿Qué me hiciste? ¿Por qué me miras? ¿Por qué ya no lloras? Creí que todo sería sencillo.

Vuelve conmigo, pestañea, todo habrá pasado. Por favor ¡Hazlo! ¿Es que no tienes corazón? Lo busqué con precisión quirúrgica y hallé un diamante deforme. ¿Por qué me lo niegas? ¡Dímelo!

¡Me rindo! ¡Lo lograste! ¡Eres dura y fría, y lo has de ser por siempre!

Así lo quisiste, y yo lo supe por tu mirada ¡Ella me lo dijo todo!

¡Mírame! ¡Por favor no me mires!

¡Devuélveme mi daga, larva diabólica, flor celestial!

¡Deja de mirarme! ¡Mírame!

¡Suéltenme!

¡Mírame! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora