La Culpa

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Victoria se quedó abrazada de Victoriano recostada en su pecho, ninguno decía nada solo se acariciaban era muy difícil entender como un beso desencadeno el tumulto de sensaciones que los llevaron a entregarse. Escucharon a lo lejos a los escoltas buscando a Victoriano, se vistieron rápidamente y salieron Victoria se dirigió a su habitación los sentimientos estaban encontrados todavía no se daba cuenta muy bien que la había llevado a eso, solo creía que había cometido un error Juanita subió con un te

J: Señora Victoria la busque por todas partes menos mal y la encuentro

V: (Victoria miro a Juanita extrañada) paso algo

J: si señora algo terrible

V: Mi hijo está bien?

J: Si señora quien no va a estar bien es Victoriano

V: Victoriano por qué?

J: llamaron del hospital Ana Rosa tuvo un accidente y la verdad no entiendo por qué ella estaba tan feliz con la noticia del embarazo inclusive fue a buscarla en el invernadero antes de irse para pedirle disculpas por los malos entendidos con Victoriano, pero no sé qué paso Tango dice que salió desesperada de la casa sin rumbo ellos intentaron seguirla y ella apresuro el paso.

V: Fue al invernadero hace cuanto Juanita (los ojos de Victoria estaban llenos de lágrimas)

J: Creo que no más de media hora

V: Fue mi culpa (dijo susurrando) Juanita averigua en que hospital esta y el estado de Ana Rosa quiero saber si murió o si esta grave quiero ir al hospital

J: Claro señora voy

Victoria se paró en la ventana “fue mi culpa ella debió ver a su esposo engañándola que hice como voy a tener el valor de mirar a Victoriano”

Al llegar a la clínica las noticias no eran nada alentadoras Ana Rosa había fallecido tenía 8 semanas de embarazo apenas Enrique se enteró se ofreció ayudar con los gastos funerarios Victoria lo acompaño al velorio no podía evitar sentir la necesidad de hacerle compañía a Victoriano al llegar lo abrazo y le limpio una lágrima del rostro su mirada la enternecía no podía creer cuanto lo amaba  

V: Lo siento mucho Victoriano, de verdad no sé qué decirte para intentar sanar esa herida

VS: gracias Victoria

V: Realmente no tengo palabras para un momento como este

VS: Le agradezco que haya venido Victoria

V: No tiene que agradecerme nada Victoriano

VS: Pero me hace mucho daño verla siendo sincero con usted no quiero verla aquí

Victoriano se dio la vuelta y sin mirar atrás regreso al ataúd de Ana Rosa, Victoria lo miraba desconcertada no sabía que decir y esas palabras habían dolido más de lo que ella imagino los ojos se llenaron de lágrimas, pero con la dignidad que la caracterizaba siempre salió de aquel lugar asistió al entierro pero lo miro de lejos, Victoriano la encontró con la mirada mientras las lágrimas rodaban sin cesar por sus mejillas los dos se sentían culpables ese amor que se empecinaba en vivir en sus pechos había hecho mucho daño, a un ser inocente que se formaba en el vientre de Ana Rosa

Los días siguientes para Victoria se hicieron eternos al parecer Victoriano no regresaría a trabajar a la casa, ella intentaba matar el tiempo leyendo, trabajando haciendo varias actividades a la vez, mientras Victoriano recostado en su cama no podía dejar de pensar en Victoria en todo lo que el tiempo se había encargado de robarles a los dos, tampoco podía lidiar con la culpa que se sembró en su corazón, Victoria ya no había ido a la empresa hace varios días no podía concentrarse en nada, quería correr a sus brazos para llenarlo de besos, pero la culpa de Victoriano los separaba cada vez más una tarde Victoria se armó de valor  para llamarlo marco el número de teléfono pero fue incapaz de hablar el sentirse culpable también la freno Victoriano varias veces pregunto “eres tu Victoria” pero ella no podía responder y colgó se llevó el celular al pecho para suspirar un par de besos, mientras más días pasaban los recuerdos de los besos las caricias con Victoria casi lo doblegaban una tarde mientras Victoria fue a una cita en el hospital para revisar la herida se abrió el ascensor y ahí estaba el destino nuevamente los ponía frente a frente

Aprendiendo a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora