Al terminar la pelea de Atsushi contra Lucy, la joven Kyouka se puso mal, todo empezó desde el momento que se tropezó con el, apenas había terminando de hablar con ese hombre mayor de cabello azabache y en ese momento la Izumi colapso, Atsushi noto como ella temblaba, balbuceaba a la vez que sus ojos solo mostraban terror y desesperación, obviamente se preocupo. —¿Kyouka-Chan, pasa algo Kyouka-Chan?.—Preguntaba pero no recibía respuesta, la chica de coletas seguía en la misma posición de niña aterrada solo sosteniendo la manga de la camisa del chico tigre.
Y entonces solo se dejo caer, ella simplemente quedo inconsciente, el Nakajima actuó rápido y la tomo entre brazos solo aumentando su preocupación por ella, salió corriendo de las calles para ir con la doctora Yosano y esta la revisará, olvidando por completo que iba acompañando a Naomi y Tanizaki.
—Ella esta bien físicamente. —Fue el diagnóstico que dio la mujer, tranquilizando al de cabello gris, pero quedando con dudas, observa a la Izumi descansando en la cama.
—Si esta bien. . . Entonces ¿porque de repente se desmayó así?. —Cuestiono el de mirada bicolor.
—Mmm, podría tratarse de algo psicológico, ya sabes solo es una niña, todo lo que hizo, su vida en la port mafia, imagínate todo lo que vivió en ese lugar, debió sufrir estrés. . . Tal vez hasta ahora puede liberarse de todo eso.—La doctora Yosano soltó un suspiro. —Seguro se esta atormentado sola.—Ahora también voltea a ver a Kyouka, quien duerme tranquilamente aunque parece quejarse entre sueños. —Ah pero solo es mi opinión, Atsushi que tal si la llevas a dormir en el apartamento. . . Si se pone peor llámame enseguida. —El Nakajima con duda asintió, para así llevarse a su compañera con el.
La veía descansar, preguntándose que clase de cosas debió haber sufrido en la port mafia solo espera no hayan sido parecidas a las que el sufrió en el orfanato, la cubrió con la sabana y así se disponía a salir de su habitación mas una silenciosa queja lo hizo volver al instante.
—Mgh. . .—Murmura, moviéndose en el futon de un lado a otro, ella mismo termino por hacer las sabanas a un lado, si no se equivoca Atsushi esta sufriendo una pesadilla. Fue hacia ella con rapidez tratando de tranquilizar yace acariciando su cabello o moviendo un poco, dándose cuenta que la Izumi esta ardiendo en fiebre, toco su frente para asegurarse y efectivamente eso pasaba.
—Oh no Kyouka-chan, que pasa porque estas así.—Al parecer la joven Izumi pudo reaccionar ante esa dulce voz familiar para ella, entre abriendo los ojos y viendo el preocupado rostro de Atsushi, aliviándose por completo porque esta aquí, pues la pesadilla que había tenido era sobre que el Nakajima se iba de su lado, la abandonaba porque fue un dolor de cabeza para el.
—Ah. . .—Se queja entre suspiros, alzando una de sus manos con pesadez tratando de alcanzar el lindo rostro de su salvador. —No. . . Me abandones por favor. —Ella sabe bien que no se merece a alguien como Atsushi a su lado, pero es egoísta y quiere que este con ella. . . Porque el la hizo sentir querida de nuevo, porque la protegió y el la llevó hacia la luz.
Rápido el Nakajima sostiene la mano blanca de Kyouka y la coloca en su mejilla, para así se de cuenta que esta a su lado. —Por supuesto que no.—Dice con firmeza, sonriendo amablemente a la Izumi quien suspira. —Kyouka-chan. . . Por favor dime que pasa, ¿te sientes mal por tu vida en la port mafia?. —Necesita saber que le pasa exactamente a su compañera para poder ayudarla.
Ella escucha su pregunta, no quiere responder, desvía la mirada, a la vez que sigue suspirando. —Agua.—Fue lo que se ocurrió para cambiar de tema. —Quiero agua por favor. —Casi suplicó el líquido vital.
—¡S-Si!.—Rapido el chico tigre se apresuró para ir por el agua. Cuando volvió notó que Kyouka se estaba durmiendo, se preocupó por el hecho de que se deshidrate así que la despertó e hizo sentarse para que beba un poco.
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El dulce ángel guardián de Kyouka
FanfictionKyouka a veces duda si se merece a alguien como Atsushi, ella que ha asesinado, algo imperdonable ante los ojos de dios y la sociedad. E igual teme que algún día solo la abandone, se canse de ayudarla, ya no la proteja como lo ha hecho antes. . . Y...