Ese Chico...

Capitulo 3

El resto del día pasó rápidamente. La compañía de Mary siempre ayudaba en los malos momentos, sobretodo en los días en los que Gale me hacía estar de un humor de perros. Me dirigía a casa caminando cuando recibí un mensaje de Nick, mi novio. Sonreí instantáneamente. Iba tan concentrada mirando mi móvil que choqué con alguien. Habría caído al suelo de no ser porque esa persona me sujetó de la cintura, y levanté mi mirada encontrándome con esos ojos azules dueños de mis pesadillas. Una corriente eléctrica me invadió al ver que estábamos muy cerca. Me ruboricé apartando la mirada y me solté al instante.

-La próxima vez, mira por dónde vas -dijo Gale apretando la mandíbula y mirándome profundamente.+

Sin poderle responder comencé a sentir como mi cabello se mojaba. Estaba lloviendo.

-Mierda -musité.

-No debería hacerlo, pero te llevaré a casa.

No me había dado cuenta de que seguía ahí.

-Pero...

-No me obligues a dejarte aquí tirada. Sube al coche -me indicó su todoterreno negro que se encontraba ahí aparcado.21

Hice lo que dijo. Me pareció raro su comportamiento, pero no estaba dispuesta a preguntarle nada ya que temía que cambiara de opinión. Me extrañé que aún se acordara del camino hacia mi casa. Aparcó enfrente unos minutos más tarde, después de haber estado sumidos en un silencio incómodo durante todo el camino.

-Gracias.

Él solamente asintió.

Bajé del coche y entré a mi casa aún extrañada por lo que había pasado. Observé cómo se iba.

-Y bien... ¿Quién te ha traído? Estás empapada.

Me sobresalté al escuchar a mi madre. Me giré intentando disimular mis nervios.

-Comenzó a llover y llamé a Nick. Él me trajo.

Al parecer me creyó ya que esbozó una sonrisa. No podía decirle que Smith me había traído. En realidad, ni yo creía que fuera capaz de haber sido amable conmigo por sólo un momento.

-Anda, ve a cambiarte -dijo riendo-. Adoro a ese chico, ¿Lo sabes?

-Sí, lo sé.

Hice una mueca y subí a mi habitación.

---

-¿QUE GALE HIZO QUÉ? -Exclamó Mary, haciendo que me apartara del auricular por un momento.

-¡SHHH! ¡Me dejarás sorda!

-Lo siento -rió a través del teléfono-. Es que no me lo puedo creer todavía.

-¿Y crees que yo sí? El Gale de esta mañana me hubiera dejado sola en plena calle y hubiera disfrutado con mi desgracia.

-Lo sé -rió-. Supongo que estaría de buen humor.

-La verdad es que no lo sé, ni me interesa.

-Como digas, ¡Nos vemos mañana!

-Adiós.

Colgué.

Me dispuse a dormir. El día de hoy fue raro. Smith fue amable y me trajo a casa y... Cuando me sujetó de la cintura impidiendo que me cayera pude darme cuenta de lo bonitos que eran sus ojos. Y ni hablar de la extraña corriente eléctrica que sentí. Sin darle más vueltas subí a mi habitación, mi mente todavía dándole vueltas a lo sucedido.